Las tendencias globales sobre el rol del sector privado en la sociedad, indudablemente tienen también una perspectiva y visión desde la Responsabilidad Social Empresarial (RSE). En el contexto social y económico propio de América Latina, el sector empresarial local y multinacional tiene muchas oportunidades para promover desarrollo y acceso a mercados para millones de personas, en todos los segmentos socioeconómicos. Dicho de otra manera, hacer RSE en América Latina tiene y debiera tener un sabor y un ritmo muy diferente a la RSE que se hace en otras latitudes o hemisferios.
Con el objetivo de explicar las tendencias y los enfoques de la RSE, se podría decir que las empresas generalmente tienen dos alternativas para enfocar sus líneas de acción de la RSE: i) RSE Filantropía y ii) RSE Cadena de Valor. En la primera categoría, se destacan actividades de filantropía y caridad, como ejemplo la donación de una cancha de fútbol, la construcción de una posta sanitaria, la organización de eventos de beneficencia para grupos vulnerables, el patrocinio de actividades deportivas u otras actividades de la sociedad civil, en general. En la segunda categoría, se identifican acciones que apuntan a promover mejora en las oportunidades económicas para poblaciones vulnerables y/o de menores ingresos en la cadena de valor de la empresa, en el “core business”. Como se mencionó en una columna anterior, estas acciones trabajan con los sectores de menores ingresos como trabajadores, proveedores, distribuidores y/o consumidores, los cuales se identifican como oportunidades en los llamados Negocios Inclusivos.
Las iniciativas de RSE en Cadena de Valor (Negocios Inclusivos) aunque no tienen más de cinco años de avance con esa etiqueta, son nuevos con relación a la RSE Filantropía. Se debe destacar que las actividades de RSE con trabajadores han tenido bastante de- sarrollo e impacto desde siempre. De igual forma, existen innumerables empresas que trabajan con mecanismos que se aproximan a RSE en Cadena de Valor o Negocios Inclusivos y además con alto impacto medible en poblaciones de menores ingresos.
¿Cuál es el mejor enfoque? Primero decir que ninguno de los dos enfoques explicados es mejor que el otro, simplemente que tienen objetivos distintos de acuerdo con el modelo de negocio y ciclo de vida de cada empresa. De hecho, la realidad demuestra que las empresas en la práctica tienen tres modelos de acción: i) RSE Filantropía Única, ii) RSE Mixta: Filantropía y Cadena de Valor y iii) RSE en Cadena de Valor Única.
En el caso de Bolivia, la historia de la RSE de los últimos años se destacó por un enfoque filantrópico entre 1995 y 2005, como resultado de las privatizaciones del sector petrolero y las inversiones del sector minero. Entre 2005 y la actualidad, hay evidencia de un avance hacia un modelo mixto, en el cual todavía resaltan las actividades de la RSE Filantropía (80%) sobre la RSE Cadena de Valor (20%). Es importante que los sectores económicos puedan avanzar hacia una estrategia mixta, pero con un mayor peso de acciones en RSE Cadena de valor (80%) que en RSE Filantropía (20%).
Por último, un enfoque de RSE Cadena de Valor (80%)/Filantropía (20%) presenta mayores ventajas, no sólo por el impacto para las poblaciones beneficiarias, sino también para los accionistas, ya que el presupuesto de RSE Filantropía de las empresas generalmente va contra utilidades. Es decir, las actividades de RSE en Cadena de Valor se convertirán en inversiones sostenibles y no en gasto para todos los actores relacionados.
