«El desastre nacional es tan evidente, que al propio Fidel Castro no le queda más remedio que reconocerlo», subraya la oposición.
La
sentencia de Fidel Castro de que «el modelo cubano ya no nos sirve ni a nosotros
» ha causado una gran conmoción tanto fuera como dentro de la isla, aunque los
medios oficiales no hayan difundido de momento sus palabras.
Analistas
cubanos en el exilio descartan que ese reconocimiento a un periodista
estadounidense de la revista «Atlantic» sea un «signo de senilidad» por parte
del ex jefe de Estado, de 84 años. Por el contrario, consideran que es una luz
verde para que su hermano y actual presidente, Raúl Castro, emprenda reformas
que permitan sacar al país de la bancarrota.
El ex preso
político y economista independiente Óscar Espinosa Chepe valora a ABC que el
«desastre nacional es tan evidente, que al propio Ficel Castro no le queda más
remedio que reconocerlo». Sin embargo, este disidente del «Grupo de los 75»
—detenidos en 2003— afirma que «es triste que lo reconozca ahora, cuando muchos
hemos pasado por prisión simplemente por hacer recomendaciones de cambio como
las que ha hecho el propio Castro».
Pescado
y aceite de oliva para Castro
El líder
de la revolución castrista invitó al periodista estadounidense Jeffrey Goldberg
a Cuba para comentar un artículo suyo sobre la situación en Oriente Medio.
Castro soltó la «perla» sobre el fracaso del «modelo cubano» en el transcurso
de un almuerzo «relajado», después de conversar durante «tres horas» sobre la
amenaza nuclear mundial.
En esa
comida, según contaba Goldberg en su blog este martes, su principal interés era
observar a Fidel Castro. El periodista comprobó cómo «ingirió pequeñas
cantidades de pescado y ensalada, mucho pan mojado en aceite de oliva, así como
una copa de vino tinto».
Los
cubanos, mientras tanto, celebran este jueves la festividad de la Virgen de la
Caridad del Cobre, la patrona de Cuba. La homilía del arzobispo de La Habana,
Jaime Ortega, ha tenido en esta ocasión un tono más político que en años
anteriores.
El
cardenal Ortega se mostró convencido que los 52 presos políticos de la
Primavera Negra de 2003 serán excarcelados, como ha ocurrido con 32 de ellos,
que ya han viajado a España. Una decena se niega a cambiar la prisión por el
«destierro».
El
arzobispo de La Habana, que desde mayo mantiene conversaciones con el Gobierno
de Raúl Castro, pidió a la venerada virgen que «los cambios buenos lleguen y
podamos aceptar los aspectos difíciles que ellos puedan traer consigo».