El presidente electo de México traslada su compromiso con mantener y reforzar las relaciones entre ambos países.
Antes de su toma de posesión el próximo domingo 1 de diciembre, cuando el Partido Revolucionario Institucional regrese al poder tras 12 años de largo impasse, el presidente electo de México, Enrique Peña Nieto ha viajado hasta Estados Unidos para dejar su tarjeta de presentación en Washington, donde se ha entrevistado con el presidente Barack Obama en la Casa Blanca y con los líderes del Congreso en el Capitolio.
“Lo que ocurre en México tiene impacto en nuestra sociedad”, aseguró Obama durante la reunión en el Despacho Oval. El presidente estadounidense felicitó a Peña Nieto —46 años— por su victoria en las elecciones presidenciales y reconoció que su visita de cuatro días antes de la ceremonia de investidura se debe a “la estrecha relación” entre los dos países. Respecto a la toma de posesión, a la que asistirá el vicepresidente de EE UU, Obama bromeó y dijo sentir envidia de su número dos, Joe Biden -presente en la reunión junto a la secretaria de Estado, Hillary Clinton. Peña Nieto invitó a su homólogo a hacer una visita de Estado a México, ante lo que Obama contestó: "cualquier excusa es buena para viajar" a su país.
Durante su primera reunión conjunta, Obama celebró la relación diplomática entre EE UU y México, alabó la agenda reformista de Peña Nieto y se mostró confiado en que los dos países mantengan sus lazos económicos y comerciales y puedan aumentar las condiciones de seguridad en la frontera. Ni una palabra sobre la polémica legalización de la marihuana que se está produciendo en varios Estados de la Unión.
Peña Nieto felicitó a Obama por su reelección y declaró su compromiso con reforzar las relaciones entre los dos países. Antes de visitar la Casa Blanca, el presidente electo fue recibido por la congresista demócrata Nancy Pelosi, ante quien presentó su “intención de extender puentes de diálogo” entre los dos países. El presidente electo también expresó su voluntad de crear una nueva política que le permita tener “fronteras modernas y seguras”.
Peña Nieto abogó ante los legisladores estadounidenses por “una relación más estrecha, más positiva y más constructiva con Estados Unidos”, que pueda crear después más beneficios para ambos países. Sin embargo, miembros de la Administración norteamericana declararon al diario The New York Times que su voluntad es solucionar en primer lugar el problema de la violencia y centrarse después en la economía