"Deserté del régimen en marzo. Desde el comienzo de la revolución, me he reunido con los revolucionarios, con los rebeldes, y sentí desde los primeros días que el régimen estaba mintiendo a todo el mundo. Por este motivo abandoné mi oficina desde el principio", dijo Tlass, hijo de un ex ministro de Defensa sirio.

El ex general dijo también que se oponía a "cualquier intervención extranjera en Siria, cualquiera que sea la forma que tome esta acción". Sin embargo, instó a la Comunidad Internacional que arme a los rebeldes. "El pueblo sirio ha obtenido muchas victorias, debería apoyarles, sería útil armarles".

Preguntado por la presencia de islamistas sirios y extranjeros en Siria, el general minimizó la importancia. "Obviamente, hay un 20% de islamistas, pero son una minoría. El pueblo sirio nunca ha sido una nación extremista". La Dirección General de Seguridad Exterior francesa no ha querido hacer ningún comentario.

La diplomacia francesa facilitó la llegada a Francia de la oposición siria. El hijo del general Mustafa Tlass, ex ministro de Defensa, era parte del núcleo duro del régimen y amigo de la infancia del actual presidente, Bashar Asad.

General de la Guardia Republicana, la unidad de élite encargada de proteger al régimen, este hombre era originario de la ciudad de Al Rastan en la provincia de Homs, localidad que más ha sufrido la represión. Una fuente cercana al régimen asegura que en realidad había sido retirado de sus responsabilidades.

Desde que desertó en julio llama a una "transición" en el país, acusando a Damasco de ser el responsable de la crisis y expresando su indignación por el apoyo del Ejército.

Desde entonces, ha dicho que prepara una hoja de ruta para salir de la crisis, donde implicará a personas "honestas" dentro del régimen de Bashar Asad.