"Después de dos o tres meses, nos damos cuenta de que en Palacio (había) una oficina de la CIA. Tenemos esos documentado", aseguró el Jefe de Estado en oportunidad de entregar 70 hectáreas de tierras a 400 familias de El Torno, 110 kilómetros de Santa Cruz, que resultaron afectadas por los desastres del fenómeno climático de La Niña, según la ABI.

"Un ex general de la Policía daba informes so pretexto de lucha contra el terrorismo", denunció el mandatario.

El aseguró que su Gobierno suprimió, al comienzo de su gestión en 2006, una oficina que la Central Intelligence Agency de Estados Unidos (CIA) que estaba instalada en pleno Palacio Quemado.

Morales agregó que "los gringos no perdonan al compañero Juan Ramón Quintana (ministro de la Presidencia)", pues él habría sido quien impulsó el retiro de los funcionario de la CIA de Palacio Quemado".

En febrero pasado, el director de la CIA, Michael McConnell, ante la Cámara de representantes de Estados Unidos, lanzó duras críticas y advirtió sobre la supuesta influencia de los gobiernos de Venezuela y Cuba "para desestabilizar" las democracias en Bolivia, Ecuador y Nicaragua.

McConnell dijo entonces que bajo la influencia venezolano-cubana "los líderes de Bolivia, Nicaragua y, en menor grado Ecuador, están persiguiendo agendas que buscan prolongar mandatos presidenciales, debilitan los medios de comunicación y libertades civiles".

Ante ello el Gobierno boliviano rechazó toda observación y dijo que ambas naciones están cooperando al país y salió a paso acusando a la Agencia de Cooperación de los Estados Unidos (Usaid) de impulsar un proceso sedicioso en contra del presidente Morales.

Hoy mismo, el Jefe de Estado volvió a acusar a Usaid de impulsar campañas de propaganda en contra de su Gobierno junto a algunas Organizaciones No Gubernamentales (ONG).

"Tenemos documentación de todas estas denuncias", afirmó Morales.

Ya en agosto del año pasado, el propio ministro Quintana había revelado desvíos de millonarios fondos de Usaid para patrocinar acciones de personeros y grupos opositores al gobernante boliviano, por lo que fue emplazada a ajustarse a las políticas de Estado o dejar el país.

Según Quintana, hasta esa fecha, 89 millones de 134 millones de dólares provenientes de la cooperación de Estados Unidos financiaron a sectores opositores al gobierno de Morales.