Avanza la investigación sobre el asesinato en el Ulster de Stephen Carroll, agente de la policía norirlandesa. Dos son hasta ahora las personas a las que la policía ha imputado el crimen. Los dos varones. El primero, de 17 años. El segundo, de 37.

El menor compareció ayer en el tribunal de la localidad de Lisburn, a escasos kilómetros del paraje de los hechos. El juez le leyó los delitos que se le imputan: asesinato, pertenencia a banda armada y posesión ilegal de un arma de fuego. Nada menos que un rifle de asalto y 37 rondas de munición del calibre 7.62.El acusado no habló. En realidad, no ha hablado desde que lo arrestaran hace 13 días. Tomó la palabra su abogado para decir que su cliente niega los cargos y no reconoce el tribunal que lo juzga. Esta mañana aparecerá ante el mismo tribunal el segundo acusado, un varón de 37 años detenido casi al mismo tiempo que el menor al día siguiente del atentado.

El chico fue detenido al día siguiente de la muerte del agente junto con Brendan McConville, otrora concejal del Sinn Fein y hoy deslizado del lado de los disidentes. McConville tiene 37 años y es muy probable que sea la persona a la que se le imputa el crimen pero éste es un extremo que al cierre de esta edición nadie había confirmado.

De ser así, sería una mala noticia para la paz en el Ulster pues sería la prueba del favor de las bandas terroristas de disidentes entre ciertos círculos de la comunidad republicana que en principio votaron a favor de abandonar las armas y pactar con los unionistas.

Tampoco es para alegrarse la presencia entre los acusados de un adolescente porque demuestra que los terroristas han logrado que el mensaje del odio cale en elementos aislados de las nuevas generaciones. Algo de lo que ya advertían los informes policiales pero de lo que hasta ahora apenas había noticia. Más allá, por supuesto, de las sobrecogedoras imágenes de barricadas y cócteles molotov grabadas el día de las detenciones en la pedanía donde fue asesinado el agente Carroll.

Según fuentes policiales, viejos pistoleros del IRA adoctrinan y adiestran a chicos cada vez más jóvenes, muchos de los cuales ni siquiera tenían uso de razón cuando se firmaron los Acuerdos de Viernes Santo.

El asesinato de Stephen Carroll -reivindicado por el IRA de la Continuidad- suscitó la reacción unitaria de todos los partidos parlamentarios. Los líderes del Sinn Fein y de los grupos unionistas posaron junto al jefe de la policía, Hugh Orde, con el objetivo de respaldar su labor y animar a la ciudadanía a colaborar en la búsqueda de los asesinos. A la luz de la imputación del presunto autor del crimen, esa colaboración parece haber funcionado.