Observadores de Naciones Unidas para Somalia han denunciado que la milicia islamista somalí Al Shabab estaría recibiendo en los últimos tiempos armas procedentes de Yemen e Irán, pese al embargo que pesa sobre el país africano.
En declaraciones a la agencia Reuters, el grupo señaló que la mayoría del armamento se dirigiría primero a las regiones norteñas de Somaliland y Puntland, para su posterior traslado a los bastiones de Al Shabab en la provincia de Lower Shabelle.
Desde la llegada al poder del ahora expresidente somalí Sheikh Ahmed en 2009, Irán se ha convertido en uno de los principales socios económicos del país. En octubre de 2011, la República Islámica donó cerca de 43 millones de dólarespara frenar la hambruna que sufría la región.
La colaboración armada viene de largo. En 2006, un informe de Naciones Unidas denunciaba el apoyo militar de Teherán a la Unión de Tribunales Islámicos, una asociación pseudo-islamista -entonces en el poder- que sirvió de germen tanto de Al Shabab (el actual líder espiritual del grupo, Hassan Dahir Aweys, también lo era de los Tribunales) como del propio exmandatario somalí (Sheikh Ahmed sirvió como presidente de las Cortes).
Sin embargo, el interés del régimen de los ayatolás no se limita a Somalia. El año pasado, el ministro de Exteriores iraní, Ali Akbar Salehi, anuncióla apertura de cuatro nuevas legaciones diplomáticas en el continente africano: la propia Somalia, Yibuti (el mando de Estados Unidos para África -Africom- cuenta con numeroso personal civil y militar desplazado allí), Sudán del Sur (el país más joven del mundo) y Camerún (la llave al Oeste continental).
Pese a ello, la diplomacia «bajo la mesa» es la más significativa. El pasado diciembre, la organización británica «Conflict Armament Research» ya denunciaba que Irán había incumplido el embargo de armas que pesa sobre algunas naciones africanas mediante el envío masivo de material al continente. En la actualidad, siete naciones africanas sufren esta sanción por parte de Naciones Unidas: República Democrática del Congo, Costa de Marfil, Eritrea, Liberia, Libia, Somalia y Sudán.
El Gobierno de Somalia ha exigido hace poco a la comunidad internacional la «supresión del embargo de armas» que pesa sobre sus fronteras. En un comunicado, el Ejecutivo somalí -a quien la ONU impuso el bloqueo en 1992- expresa la necesidad de reforzar el Ejército para poder luchar así de forma más eficaz contra la milicia islamista Al Shabab. Solo falta saber si el Gobierno de Mogadiscio podrá confiar en sus suministradores habituales.