"Ha habido muchas muertes de jóvenes y adolescentes en la frontera", ha declarado Navi Pillay, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para Derechos Humanos. "Los informes que tengo cuentan un uso desmedido de la fuerza por parte de las patrullas de la frontera", añadió.

La familia de un adolescente mexicano al que dispararon en la cabeza la pasada semana, cuando la patrulla de agentes de EEUU que vigila la frontera abrió fuego contra un grupo de traficantes que intentaban pasar al otro lado ha creado polémica y ha sacado a la luz el posible uso excesivo de la fuerza. La patrulla explicó que un agente en Nogales (Arizona) abrió fuego el 10 de octubre y un chico de 16 años, Jose Antonio Elena Rodríguez, recibió un disparo en la cabeza durante el tiroteo.

Luego recibió otros siete disparos en la espalda durante el fuego cruzado entre los agentes y los traficantes que trataban de pasar droga por la frontera. Arizona es la principal ruta para intentar pasar drogas y armas y para que los inmigrantes mexicanos intenten llegar a EEUU.

El caso de Rodriguez se produjo más de una semana después de que un agente también recibiera un disparo en la cabeza, al parecer de 'fuego amigo'.

Aclarar las muertes

Los últimos incidentes han enfadado al ministro de exteriores mexicano, que considera que los informes preliminares sobre el chico crean "serias y nuevas dudas sobre el comportamiento agresivo de los agentes de EEUU que patrullan la frontera, unas actuaciones que tanto los Gobiernos de ambos países como la sociedad deberían condenar".

Pillay está de acuerdo con las palabras del ministro y añade que "el uso desproporcionado de la fuerza en los controles de inmigración es inaceptable bajo cualquier circunstancia". Por este motivo, "pido a México y a EEUU que redoblen sus esfuerzos para investigar rápido y de forma transparente estos episodios"

Según la comisaria de la ONU, las víctimas de esta violencia o sus familias deberían tener acceso a los tribunales y a la justicia para aclarar qué ha ocurrido.