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10/05/2012 | Elecciones EEUU - El preso que casi derrotó a Obama

Eduardo Suárez

Es difícil encontrar un lugar menos propicio para Barack Obama que Virginia Occidental: un estado donde Hillary Clinton le derrotó hace cuatro años y donde el republicano John McCain se impuso por 13 puntos unos meses después.

 

Esta vez Obama encaraba las primarias demócratas sin un rival cualificado pero estuvo a punto de perder. Un 41% de quienes fueron a las urnas prefirieron votar por Keith Russell Judd: un preso que cumple condena por amenazas en una prisión de Texas y ha presentado su candidatura a la Casa Blanca en todas las elecciones desde 1996.

Judd logró la friolera de 69.799 votos. Unos 32.000 menos que el presidente pero muchos si tenemos en cuenta que apenas hizo campaña y que muy pocos conocen su confuso programa electoral. Algunos advierten los vestigios del racismo en el éxito de Judd. Pero la impresión general es que se trata de un voto de protesta contra un presidente que nunca ha conectado con la clase obrera blanca y cuyas políticas han dañado el futuro de la minería de carbón, que genera unos 30.000 empleos directos en Virginia Occidental.

No es la primera vez que Judd se presenta a unas elecciones. A principios de los 90 compitió por la alcaldía de Albuquerque (Nuevo México) y desde 1996 ha intentado entrar en la carrera por la Casa Blanca. Hace cuatro años logró colarse en las primarias demócratas de Idaho y apenas logró un 1,7% de los votos. Pero su irrupción suscitó cierta polémica en el estado, cuyos responsables reconocieron que el preso había burlado los controles presentando el formulario y abonando la tarifa de 1.000 dólares.

Entonces Judd presentó su solicitud en 14 estados y sólo Idaho la aceptó. Esta vez su nombre aparecía en la papeleta en Virginia Occidental y sus votos le otorgan el derecho a designar al menos un delegado a la convención de principios de septiembre. La dirección demócrata quiere evitar el bochorno a toda costa y ha anunciado que está examinando con lupa su documentación. Por ahora ningún ciudadano se ha ofrecido a representarle en el evento y Judd no podrá asistir porque no habrá salido de prisión.

Es difícil definir el programa electoral de Judd, que se define como cristiano rastafari y cuyo número en prisión es 11593-051. A principios de abril presentó un escrito (que lo retrata como una persona confusa que desprecia el rescate bancario, se opone a la reforma sanitaria de Obama y aboga por la muerte del dólar y por el derecho de los presos a llevar armas. Judd quiere suprimir los impuestos federales y a la vez elevar las ayudas sociales y el gasto militar. Y sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo tiene una posición inequívoca: "La homosexualidad no existe en ningún otro lugar en la naturaleza".

La historia personal de Judd está salpicada de lagunas e incoherencias intencionadas. Asegura que su madre es una actriz que murió en 1922 y que su padre es uno de los creadores de la bomba atómica. Su currículum no incluye ninguna titulación pero dice que "asistió a clases" en Harvard, UCLA y la Universidad de Nuevo México. Y cuenta que puede predecir el futuro, que es admirador de Nixon y Kennedy y que durante seis años fue miembro de la Federación de Superhéroes (sic).

Otros rivales

Judd no es el único candidato que ha logrado plantarle cara a Obama en las primarias de la primavera. El antiabortista Randall Terry le arrebató un 18% de los votos en Oklahoma. El mismo porcentaje que votó en blanco en las primarias demócratas del estado sureño de Alabama, donde el racismo todavía campa por sus fueros.

El inesperado auge de Judd no tendrá ninguna influencia en el resultado de las elecciones de noviembre. Pero es un aldabonazo para el presidente, cuya popularidad en Virginia Occidental roza el 32%: un porcentaje sólo menor en Utah, Idaho, Oklahoma y Wyoming.

Ni el gobernador demócrata Earl Ray Tomblin y ni el senador demócrata Joe Manchin han respaldado al presidente en su carrera por la reelección. Un detalle que demuestra sus problemas para conectar con la clase obrera blanca en un estado que votó por Michael Dukakis (1988) y Bill Clinton (1992 y 1996) pero donde Obama nunca ha logrado despegar

El Mundo (España)

 


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