"En Trípoli hay físicamente reservas de oro por un valor de unos 6.900 millones de euros. Ahora que ha huido, Gadafi podría usar una parte de este oro", dijo Bengdara.

"Pretende pagar y corromper a las tribus y así conseguir milicianos que le defiendan y sembrar el caos", añadió el banquero.

"Antes, pretendía venderlo de manera desesperada. Uno de mis amigos, no libio, me indicó que hacía poco tiempo había entrado en contacto con uno de los colaboradores próximos a Gadafi que le propuso venderle 25 toneladas de oro. Yo le sugerí rechazar la oferta y mi amigo lo hizo. Esta es una prueba clara", continuó Bengdara.

Respecto a la situación económica de Libia, Bengdara cree que el país "necesita una financiación de 3.000 a 5.000 millones de euros más o menos para reavivar el sistema bancario, pagar los salarios para que la gente vuelva a trabajar y cubrir las importaciones que representan el 80% del consumo" nacional.

"Nosotros no tenemos necesidad de donantes, Libia es un país rico" declaró el banquero, afirmando que los deberes de este Estado, entre la Banca Central, las participaciones de Fondos soberanos libios y las reservas de oro que "valen 116.500 millones de euros".

Aseguró también que los contratos actuales, incluyendo con la petrolera italiana ENI, "serán respetados". Antes del inicio de las revueltas, ENI fue la primera productora extranjera en Libia, una ex colonia de Italia.

Respecto al destino de Gadafi, Bengdara cree que se ha dirigido a través de la frontera con Argelia a la ciudad de Sabha, la capital regional de la región de Fezzan, un nodo de comunicación vital para el Níger, Chad y Argelia, donde la tribu de Gadafa juega un político y económico clave.