La primera pregunta que Wolfe cree fundamental es la siguiente: "¿Es tan estúpido (Bush) como parece?". Y la segunda es ésta: "¿Por qué (Bush) decidió invadir Iraq?". Ahora, cuando los meses del último mandato del presidente republicano están contados, habría que añadir otra pregunta: ¿se inclinará (Bush) por la opción militar contra Irán?

Los rumores sobre un ataque a Irán crecen como hongos. Si vamos a Google y tecleamos "war Iran", las entradas superan los 93 millones. En Washington se celebró recientemente una cena en la que, a mano alzada, los comensales se pronunciaron sobre la posibilidad de que Estados Unidos bombardee Irán. Según Steve Clemons, de la New American Foundation, dieciséis de los asistentes, entre ellos Zbigniew Brzezinski, consejero de seguridad nacional de Jimmy Carter, se dijeron convencidos de que Bush pasará al ataque. Sólo dos de los invitados, uno de ellos Brent Scowcroft, republicano que trabajó para Bush padre y que se opuso a la guerra de Iraq, dijeron que no.

Uno de los dos grandes argumentos de los partidarios de darle un coscorrón a Irán se refiere a Iraq. Los neoconservadores dicen que Iraq no será estable mientras no se pare los pies a los ayatolás. Y los convencidos de que habrá una acción militar subrayan que Bush ha dicho que no aceptará que Irán se dote de armas nucleares durante su presidencia. Los expertos afirman que Irán necesita que tres mil centrifugadoras funcionen durante un año para obtener el combustible que requiere una bomba atómica. Y, según la Agencia Internacional de la Energía, Irán ya hace trabajar a dos mil centrifugadoras.

Las autoridades iraníes, por la cuenta que les trae, afirman que Estados Unidos, con lo que ocurre en Iraq, no está en condiciones de complicarse en otra guerra. Pero los iraníes son parte interesada. Y los hechos dicen que la Administración Bush ya ha comenzado a preparar el terreno, entre otras cosas porque, con la comprensión de Nicolas Sarkozy, acaba de incluir a Irán en la guerra contra el terrorismo.Bernard Kouchner, ministro de Asuntos Exteriores francés, advirtió en septiembre de que era necesario "prepararse para lo peor; lo peor es la guerra".

El neoconservador David Wurmser, hasta hace poco asesor del vicepresidente Cheney, ha declarado ahora a The Daily Telegraph:"Necesitamos hacer todo lo posible para desestabilizar Siria, lo que provocará un efecto dominó que derribará al régimen iraní". Y, como en Iraq, Wurmser niega el pan y la sal a la diplomacia en la cuestión iraní. ¿Por qué la diplomacia que esta semana se ha anotado un éxito en Corea del Norte, donde aún humea un conflicto de medio siglo, tiene que fracasar con Teherán? Tal vez sea porque Irán, a diferencia de Corea del Norte, no tiene la bomba.