Hay, sin embargo, entre ambos una clara convergencia en un aspecto central, por lo demás no muy novedoso, ya que toda crónica periodística especializada resalta la importancia de la labor asistencial de Hamás, igual que ocurre con Hezbolá en Líbano, a la hora de explicar su creciente arraigo entre las poblaciones musulmanas pobres de los respectivos países. La frustración ante las políticas moderadas dirigidas a conseguir algo de Israel por vías pacíficas hace lo demás, en cuanto a la fenomenología de estos movimientos.

La aportación, de nuevo en ambos casos, reside sobre todo en la riqueza de precisiones que los respectivos estudios proporcionan sobre la organización, su estrategia y sus mutaciones. De ahí que pueda hablarse de un enfoque radiográfico. Muy bien escrito, el libro de López Alonso constituye una inmejorable introducción al lector que desee conocer los pormenores de la historia y el funcionamiento de Hamás, a partir de su organización-matriz, los Hermanos Musulmanes.

No obstante, hubiera sido útil que el relato se detuviera en el punto central del enlace entre la predicación, la labor asistencial, la deriva militar/terrorista y la dimensión teleológica, la materialización del orden social y político plenamente islámico, de cuyo entramado arranca, en nuevas circunstancias históricas, tanto la acción de los grupos terroristas que llevan a Al Qaeda como para la especificidad palestina, Hamás.

Puestos a mirar hacia atrás, falta, en una palabra, Sayyid Qutb y, de modo particular, su libro La justicia social en el Islam, ausente de la bibliografía, lo mismo que resulta borrado el origen en los textos sagrados de la figura del shahid, el mártir que entrega su vida por la causa de Alá.

El concepto de resistencia (muqawama), capital en el islamismo, de Tariq Ramadán a Setmarian, pasando por la misma denominación de Hamás, es de análisis imprescindible para entender la subordinación de la lucha particular, la liberación de Palestina, a la general, el predominio global del islam, presente en los estatutos de nuestra organización, que la autora analiza de forma sucinta y precisa, sin llegar a sus últimas consecuencias.

Al borde del abismo, prefiere el juego final entre las figuras de Salomón y Alejandro Magno. El libro de Levitt es en estos aspectos terminante. Hamás sería una rama especialmente violenta de los Hermanos Musulmanes, y para la valoración de sus labores asistenciales, la otra cara de la violencia, hay que adentrarse en las fuentes de financiación externas. Sin éstas no hay caridad, ni recursos para los atentados.

De ahí que el capítulo tercero, "el yihad económico", sea con el cuarto, "la logística del terrorismo", y el sexto, sobre la financiación extranjera, el núcleo más enriquecedor del estudio. "Las buenas obras no deben ganar el perdón para el terrorismo", concluye Levitt.