El sector empresarial ha dado a conocer un documento en el que explica las razones por las que es inviable que el país ingrese como Miembro Pleno del Mercado Común del Sur (Mercosur), en consideración a diversas razones económicas y funcionales. Esta es una reacción al pedido que hizo el presidente Evo Morales para que Bolivia se integre como miembro pleno de ese bloque regional.

El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) dio a conocer un comunicado, según el cual debería cambiar su actual gravamen de importación (de sólo 3 niveles: 0%, 5% y 10%) que tiene consolidado como Arancel Externo en la Unión Aduanera de la Comunidad Andina de Naciones (CAN), para aplicar la Tarifa Externa Común (TEC) del Mercosur, escalonada a 11 niveles, desde el 0% al 20%, puesto que siendo tan celoso el Mercosur de su propia Unión Aduanera, sería muy difícil que acepte que Bolivia mantenga tal excepción, ya que ello complicaría su agenda interna y externa.

Venezuela debió dejar la CAN para no aplicar el AEC andino y así poder asumir el TEC mercosuriano. El año 1995, Chile desestimó ingresar como Miembro Pleno al Mercosur, precisamente porque dicho bloque no flexibilizó tal requisito, por lo que hoy es sólo un Estado Asociado, igual que Bolivia.

Por otra parte, ni Paraguay ni Uruguay aceptarían una “solución política”, que en su momento no obtuvieron ellos, para no aplicar la Tarifa Externa Común del Mercosur, lo que los llevó a sobreproteger sus mercados y a volverse dependientes de los productos brasileños y argentinos.

El IBC sostiene que está preocupado por las consecuencias que podría tener la consumación de este hecho para la economía, la producción agropecuaria e industrial, las exportaciones y el empleo en el país. Ocurre que Bolivia tendría que “armonizarse arancelariamente” con el Mercosur, para lo que tendría que dejar su condición de Miembro Pleno de la CAN, debilitando su posición, pese a que vende más de 400 millones de dólares en agroexportaciones a ese bloque.

De otra parte, Bolivia prácticamente consagraría la pérdida de su mercado interno a favor del Mercosur —en los rubros agropecuario, agroindustrial y manufacturero— justo cuando diferentes expresiones sociales piden la renegociación del Acuerdo de Libre Comercio firmado en 1996 con el Mercosur. Al mismo tiempo, Bolivia debería cambiar drásticamente su política arancelaria, lo que daría un sesgo proteccionista a su economía.

Sucedería también algo grave. Bolivia, pese a ejercer la Presidencia Pro Tempore de la CAN, no cumpliría con su rol de fortalecer más bien al bloque, sino incluso que pondría en riesgo la negociación de un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea, lo que debe empezar en el primer trimestre del 2007.

Bolivia tiene ya un Acuerdo de Libre Comercio con el Mercosur desde 10 años atrás, pero que no está dando los resultados esperados. Bolivia tiene un déficit de casi 900 millones de dólares por año. En cambio, Bolivia exportaba hace 10 años ocho millones, en confecciones y textiles, ventas que cayeron dramáticamente a tres millones por año, por el proteccionismo y las políticas devaluatorias en ese bloque.

En tales condiciones, según el IBCE, no se justifica el afán de que Bolivia ingrese al Mercosur como miembro pleno.