El Banco Central del país aprobó una medida para frenar el nivel de especulación existente en su moneda, que en el último año se ha apreciado más de un 17%. La reacción no se hizo esperar y la Bolsa de Bangkok -primera ciudad de la nación- se desplomó un 15%, la mayor caída de este mercado desde ese fatídico 1997, y el bat 1,5%.

La normativa adoptada consiste en la retención libre de intereses en depósito durante un año del 30% del valor total de cada transferencia de capital extranjero que tenga como destino un banco tailandés, siempre que supere la cantidad de 20.000 dólares. Además, los inversores pagarán una multa del 10% del importe en caso de que decidan retirar antes de un año el capital desembolsado en el país.

Según el Banco Central, durante la primera semana de diciembre entraron en Tailandia 950 millones de dólares (730 millones de euros) procedentes del exterior como inversión a corto plazo.

El Ministerio convocó a primera hora una reunión de urgencia con los inversores para intentar paliar los efectos del reglamento y comunicarles que mantendrá a partir de ahora controles. «El mercado se ajustará por sí solo», afirmó el ministro de Finanzas, Pridiyatorn Devakula, que calificó la decisión de «histórico esfuerzo».

Las consecuencias se sintieron en los mercados bursátiles del área, como en Filipinas, Indonesia, Malasia o Singapur, con caídas superiores al 1%. El resto de plazas mundiales también se vieron afectadas, aunque en menor grado. Incluso Wall Strret mantuvo el tipo y a dos horas del cierre de la sesión consiguió ponerse en números negros.