Los principales problemas no se presentan en el año de elecciones sino en el siguiente, el primero de la administración entrante.
Un análisis de lo que ha ocurrido con la economía en los
años de elecciones presidenciales y en el siguiente, muestra que los
principales problemas no se presentan en el año de elecciones sino en el
siguiente, el primero de la administración entrante.
Veamos algunos datos y luego obtengamos algunas
conclusiones.
1.- La elección del 2018.
En el proceso electoral que llevó a la presidencia de la
República a Andrés Manuel López Obrador, veníamos de un año, el 2017, en el que
las tasas de crecimiento del Indicador Global de Actividad Económica (IGAE)
fueron cercanas al 2 por ciento en la última parte del año y se mantuvieron en
niveles similares durante las campañas.
Sin embargo, fue notorio el freno que se presentó en la
parte final del 2018, donde el ritmo promedio de crecimiento bajó del 1 por
ciento.
A mi parecer, lo que explica principalmente ese cambio
fue el anuncio de la cancelación del Aeropuerto de Texcoco, que modificó
profundamente la imagen que los inversionistas tenían del gobierno de AMLO. Las
tasas negativas se mantuvieron a lo largo del año 2019, siendo un mal primer
año de gobierno.
2.- La elección del 2012.
El ritmo de crecimiento de la economía en el arranque de
la campaña que llevó al triunfo de Enrique Peña Nieto en 2012 era superior al
que tuvimos posteriormente, estaba por arriba del 3 por ciento. A lo largo del
año y después del triunfo de Peña hubo una visible desaceleración, que se
agravó en el 2013, el primer año de la nueva administración en el que incluso
hubo tasas inferiores al 1 por ciento en algunos meses.
En ese momento, fue el apretón del gasto público lo que
condujo a que la economía frenara. Sin embargo, ya para el final del primer
año, con las reformas estructurales en curso, sobre todo la energética, la
actividad repuntó.
3.- La elección del 2006.
Si hubo un proceso electoral que podría haber estresado a
la economía fue el del año de 2006. Desde los primeros meses de aquel año
creció el encono entre las corrientes que respaldaban a López Obrador y quienes
apoyaban a Felipe Calderón. Fueron meses de campañas muy duras. Pese a ello, la
economía mantuvo tasas de crecimiento de 5 a 6 por ciento.
Después del controversial resultado y del plantón en el
Zócalo y Reforma, bajaron un poco, pero la economía siguió creciendo a un ritmo
superior al 3 por ciento. En el 2007, el primer año de gobierno, sí hubo un
freno económico visible, que bajó las tasas a niveles de 2 y hasta 1 por
ciento. Nuevamente, pareciera que el estrés derivado del arranque de sexenio
tuvo mucho que ver con esta baja.
4.- La elección del año 2000.
Durante el proceso electoral en el que por primera vez se
produjo la alternancia en la presidencia de la República, con el triunfo de
Vicente Fox, la economía creció a tasas de 5 y 6 por ciento. El empuje que el
TLCAN le dio a la economía mexicana fue extraordinario.
Pero, a pesar de ello, en el 2001, durante el primer año
del nuevo gobierno, otra vez observamos que el ritmo económico bajó
sensiblemente, con tasas negativas que dieron lugar a una leve pero prolongada
recesión. Factores externos y el efecto del cambio de gobierno fueron los
elementos principales.
5.- La elección de 1994.
El año que vivimos en peligro, por los asesinatos
políticos, los secuestros y la rebelión zapatista, no le pegó gran cosa a la
actividad productiva. En noviembre de 1994, la economía creció 6.4 por ciento.
El problema fueron los desequilibrios fiscales y de
balanza de pagos, y la falta de acuerdo entre las administraciones entrante y
saliente (del mismo partido, por cierto) para procesarlas.
Por esa razón, 1995, el primer año del nuevo gobierno,
fue de desastre tras “el error de diciembre”.
Esta breve revisión nos señala que la economía mexicana
ha sido poco sensible a los procesos electorales. Los cambios, durante el año
de la elección tienden a ser menores.
No es así en el arranque de cada gobierno. Tanto en los
casos de continuidad del mismo partido como de alternancia, encontramos casi
como regla un freno a la actividad económica, que en 1995, 2001 y 2019, dio
lugar a que tuviéramos registros negativos en la actividad económica.
Observando las condiciones y cifras de este año y las
perspectivas del siguiente, creo que el desempeño de la economía en el 2025 es
la principal preocupación.
https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/enrique-quintana/2024/05/31/la-preocupacion-mayor-el-proximo-ano/