CAMBRIDGE.– ¿Es posible una guerra entre Estados Unidos y China por Taiwán? China considera que la isla —ubicada a 90 millas (145 kilómetros) de su costa— es una provincia renegada, y el presidente Xi Jinping mencionó el tema en el reciente 20° Congreso del Partido Comunista de China (PCCh). Aunque Xi afirmó que prefiere una reunificación pacífica, su objetivo fue claro y no descartó el uso de la fuerza. Mientras tanto, en Taiwán, el porcentaje de la población que se sólo identifica como taiwanesa sigue superando al de quienes se consideran tanto taiwaneses como chinos.
Desde hace mucho, EEUU trata de convencer
a Taiwán de que no declare oficialmente su independencia y de evitar
que China use la fuerza contra la isla, pero China ha estado aumentando su capacidad
militar y el presidente Joe Biden mencionó ya en cuatro ocasiones
que defenderán a Taiwán. En cada ocasión la Casa Blanca
publicó aclaraciones destacando que no cambió la política estadunidense de una
sola China.
Pero China replicó que las visitas recientes de
funcionarios de EEUU de alto nivel a Taiwán están convirtiendo a esa
política en una cáscara vacía. China respondió al viaje de Nancy
Pelosi, presidenta de la Cámara de Representantes de EEUU, disparando misiles
cerca de la costa de Taiwán. ¿Qué pasará si Kevin McCarthy se
convierte en presidente de la Cámara, bajo control de los
republicanos, y lleva adelante su amenaza de encabezar la visita de una
delegación oficial a la isla?
Cuando el presidente Nixon viajó a China y se
reunió con Mao en 1972, ambos países estaban
interesados en equilibrar el poder soviético porque la URSS era su
mayor problema, pero ahora China se alineó con Rusia ya que para
ambos su mayor problema es EEUU. De todas formas, Nixon y Mao no lograron
ponerse de acuerdo sobre Taiwán. Después de la visita de Nixon, la
estrategia de EU fue la de vincularse con China, esperando que
el aumento del comercio y el crecimiento económico ampliaría su clase media y
llevaría a su liberalización. Xi, sin embargo, ha ajustado el control del PCCh
sobre la sociedad civil y en regiones como Sinkiang y Hong Kong dio
señales de su ambición de recuperar Taiwán.
Las relaciones de EEUU con China
están en su peor momento en más de 50 años. Hay
quienes culpan por ello al expresidente Donald Trump,
pero fueron los líderes chinos quienes encendieron el
fuego con la manipulación mercantilista del sistema comercial internacional,
el robo y la transferencia coercitiva de propiedad intelectual occidental, y la
militarización de islas artificiales en el mar de la China
Meridional. La reacción de EEUU fue bipartidista, pero hasta fines de su
segundo año como presidente Biden se reunió personalmente con Xi
(en la reciente cumbre del G20 en Bali).
El objetivo de EEUU es evitar que China use la fuerza
contra la isla y que los líderes taiwaneses declaren su independencia
de derecho. En los meses previos a su asesinato, el exprimer ministro
japonés Shinzō Abe instó a EEUU a comprometerse
más claramente con la defensa de Taiwán. Otros expertos,
sin embargo, temen que un cambio de política de ese tipo provoque una respuesta
de los chinos, ya que eliminaría la ambigüedad que hoy les permite aplacar el
sentimiento nacionalista.
¿Qué tan probable es un conflicto? El jefe de
operaciones navales de EEUU advierte que el poder naval de los chinos puede
tentarlos a actuar si consideran que el paso del tiempo no los favorecerá.
Otros creen que el fracaso en Ucrania del presidente Putin llevó a
China a adoptar una actitud más cautelosa y que esperará hasta
después de 2030. Aun si China se abstiene de una invasión a gran escala,
un choque de barcos o aviones podría cambiar la situación, en especial
si hubiera víctimas fatales. Si EEUU reacciona congelando los activos chinos o
invocando la Ley de Comercio con el Enemigo, ambos países podrían
caer en una guerra fría real (en vez de una
metafórica), o incluso en una guerra caliente.
Ni EEUU ni China representan una amenaza para el otro. No
buscan la conquista del otro ni podrían lograrlo, pero si falla la
administración de la cuestión de Taiwán, el conflicto podría
convertirse en existencial. EU debiera seguir desalentando la
independencia formal taiwanesa, pero, al mismo tiempo, ayudarlo a
convertirse en un puercoespín difícil de tragar. También debiera
trabajar con sus aliados para fortalecer la disuasión
naval en la región, pero debe evitar visitas provocadoras que puedan
llevar a China a acelerar los planes de una invasión. Como Nixon y Mao
reconocieron hace mucho, los acuerdos diplomáticos para ganar tiempo tienen
grandes ventajas.
***Traducción al español por Ant-Translation
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Project Syndicate, 2022.
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