El presidente de Rusia reaviva la amenaza de un ataque nuclear. En este escenario se necesitan actores sensatos cerca de Putin, dice Alexander Görlach.
Las represalias de Rusia por la destrucción del
importante puente de abastecimiento a Crimea, anexionada desde 2014, no se
hicieron esperar. Ocho personas murieron en el último bombardeo a Kiev, y estos
fueron los primeros misiles disparados contra la capital ucraniana desde junio.
Putin había prometido vengarse y no tardó en hacerlo. Esto hace que otra
amenaza que estaba en el aire adquiera un tinte diferente: se trata de la
amenaza rusa de ganar la guerra contra Ucrania lanzando un ataque nuclear.
¿Quién tiene acceso a Putin?
En el escenario actual lo que más se necesita son actores
que tengan acceso al presidente ruso y puedan convencerlo de que un ataque
nuclear tendría consecuencias devastadoras para Rusia. Me vienen a la mente
China e India, las dos naciones más pobladas del planeta, que aún mantienen
relaciones con el Kremlin. Hasta ahora, India se ha beneficiado del suministro
de petróleo ruso y no se ha posicionado en contra de Putin, mientras que el
líder chino Xi se ha ido alejando poco a poco del lider ruso en las últimas
semanas.
La revista "Político” informó que Estados Unidos
está tratando de influir en los socios de Moscú. Washington espera que esos
actores puedan dejar claro al gobernante ruso que las consecuencias económicas
y diplomáticas de un ataque nuclear serían masivas y drásticas. El gobierno de
Biden parece seguir asumiendo que un posible ataque nuclear se llevaría a cabo
con un arma táctica cuyos efectos destructivos se desplegarían en las
inmediaciones del impacto, pero no amenazarían el territorio de la OTAN. Sin embargo,
los expertos señalan que un ataque táctico de este tipo no derrotaría al
Ejército ucraniano. Por lo tanto, un ataque con un arma nuclear táctica
"pequeña" sólo tendría un efecto simbólico: si no se rinden ahora,
utilizaremos los calibres grandes.
Esperando a China
La OTAN también espera que el gobernante chino Xi pueda
convencer a su colega Putin de dar marcha atrás en su amenaza nuclear. Los
antiguos estados de Asia Central, que fueron ocupados por Rusia durante la
Unión Soviética y en los que Pekín quiere ahora expandir su influencia, sienten
temor por los viejos tiempos soviéticos y la República Popular no necesita
disturbios en su entorno inmediato.
Como sea, lo cierto es que ahora los medios de
comunicación estatales chinos se permiten criticar abiertamente la movilización
rusa y la amenaza nuclear de Putin, una novedad, ya que hasta el momento se
utilizaba en China el mismo lenguaje que el Kremlin, y calificaban a la guerra
de "operación militar especial".
Putin quiere utilizar las anexiones de zonas ucranianas
para justificar un ataque nuclear, ya que cualquier intento de Ucrania de
recuperar su propio territorio sería visto por el Kremlin como un ataque
directo. En tal caso, Rusia se reserva el derecho a "defenderse", y
aunque los medios de comunicación de Pekín no han criticado directamente las
anexiones, el ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, dijo al margen
de la Asamblea General de la ONU, a finales de septiembre, que todos los países
merecen el respeto a su soberanía. Esto se tomó como una crítica a la
apropiación de territorio por parte de Rusia.
¿Presión diplomática de Delhi?
La semana pasada, los presidentes de India y Ucrania,
Modi y Zelenski, hablaron por teléfono. Las publicaciones posteriores de ambas
oficinas sugieren que Delhi quiere mediar entre Rusia y Ucrania. Al parecer,
Narendra Modi dijo que las dos partes debían negociar. Zelenski rechazó esa
postura refiriéndose a los falsos referendos en el Donbás.
Modi y Putin se reunieron por última vez el 16 de
septiembre al margen de la cumbre de la Organización de Cooperación de
Shanghai, una mesa redonda de Estados de Asia Central liderada por Pekín.
Durante el breve encuentro, el presidente indio dijo a Putin que la época
actual ya no era una época de guerras.
***Alexander Görlach es miembro principal del Consejo
Carnegie para la Ética en los Asuntos Internacionales e investigador asociado
del Instituto de Internet de la Universidad de Oxford. Tras pasar un tiempo en
Taiwán y Hong Kong, esa región del mundo y el ascenso de China se convirtieron
en su tema principal. Ha ocupado diversos cargos en la Universidad de Harvard y
en la Universidad de Cambridge.
https://www.dw.com/es/la-influencia-de-china-sobre-putin-es-limitada/a-63405982