El asesinato violento de dirigentes políticos ha sido una constante a lo largo de nuestra historia reciente: desde John F. Kennedy en 1963 hasta el reciente asesinato del exprimer ministro de Japón Shinzo Abe.
Coches blindados, guardaespaldas y estrictos protocolos
de seguridad protegen a los líderes políticos, religiosos o culturales de todo
el mundo en sus desplazamientos y apariciones en público. Toda precaución es
poca si se tiene en cuenta que son el centro de atención en actos políticos,
mítines electorales, celebraciones eucarísticas o conciertos. Estar expuestos
ante grandes multitudes de personas les expone como blanco en ciertas
situaciones en las que, ante cualquier fallo en el sistema de seguridad, se
pueden producir circunstancias de riesgo.
Es el caso de un hombre brasileño de 35 años que ha sido
detenido hoy por apuntar con un arma, a pocos centímetros de la cabeza, a la
vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, mientras esta
saludaba a la multitud de personas que se agolpaba en las inmediaciones de su
domicilio. Por motivos que se desconocen, la pistola, cargada con cinco balas
de calibre 380, no se disparó a pesar de estar engatillada, razón por la que
Fernández pudo salvar su vida y evitar ser víctima de un magnicidio.
Pero ¿qué es un magnicidio? La definición de la Real
Academia Española (RAE) indica que se trata de una "muerte violenta dada a
una persona muy importante por su cargo o poder" en la sociedad. Por
tanto, el asesinato violento de un miembro de un gobierno o de la oposición,
así como el de un líder religioso o cantante, puede ser calificado como un
magnicidio. En España, por ejemplo, el magnicidio está considerado un delito
especialmente grave, por lo que está penado con prisión permanente revisable,
una de las penas más graves que se recoge en el Código Penal. Esta pena de
prisión por tiempo indefinido solo se aplica a casos extremadamente graves como
el terrorismo, los genocidios o los delitos de lesa humanidad, entre otros.
Magnicidios que conmocionaron al mundo
A lo largo de la historia reciente, han sido muchos los
magnicidios cometidos contra personas relevantes. Sin ir muy lejos, el más
reciente ocurrió el pasado 8 de julio cuando el ex primer ministro japonés,
Shinzo Abe, fue abatido a tiros durante la celebración de un mitin político en
plena campaña electoral. Justo un año antes, el 7 de julio de 2021, fue el
presidente de Haití, Jovenel Moise, el que resultó asesinado a manos de un
grupo de hombres armados que entraron en su residencia de Puerto Príncipe.
Otros magnicidios sonados fueron el de la ministra de
Exteriores sueca, Anna Lindh, apuñalada en un centro comercial de Estocolmo en
2003 o el asesinato a tiros del líder de la ultraderecha neerlandesa, Pim
Fortuyn en 2002. En Reino Unido, el diputado conservador David Amess fue
apuñalado por un joven de 25 años en 2021, mientras que la diputada laborista
Jo Cox falleció tras ser tiroteada en 2016.
Pero si volvemos la vista atrás, han sido muchos los
líderes asesinados a lo largo de la historia. En 1995, fue el primer ministro
israelí Isaac Rabin el que recibió dos disparos mortales por parte de un
ultranacionalista opuesto a sus iniciativas en el conflicto palestino-israelí.
En 1986, Suecia fue testigo del magnicidio contra el exprimer ministro Olof
Palme, asesinado de un tiro por la espalda en plena calle cuando volvía del
cine con su mujer.
Indira Gandhi, primera ministra de India, fue acribillada
a tiros por dos de sus guardaespaldas en 1984 en represalia por la muerte de
900 personas a manos del Ejército indio que clamaban por la independencia del
estado indio del Punjab. También en India fue asesinado Mahatma Gandhi, líder
espiritual y político del país, a manos de un fanático religioso contrario a su
ideología. Era el año 1948.
Pero, sin duda, uno de los magnicidios más sonados de
toda la historia fue el del presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy
en 1963 tras recibir dos disparos mortales mientras circulaba en el vehículo
presidencial por la ciudad de Dallas. Cinco años después, su hermano, Robert
Kennedy, también murió asesinado durante la campaña electoral en California.
Ese mismo año, en 1968, en plena lucha por los derechos de las personas negras,
moría de un disparo en la cabeza el activista Martin Luther King mientras
saludaba a sus seguidores desde un balcón en Memphis.
España también ha sido testigo de diferentes magnicidios.
El más reciente se produjo en 1973, cuando la organización terrorista ETA
perpetró el asesinato del entonces presidente del Gobierno franquista Luis
Carrero Blanco. Mientras se dirigía en coche a su despacho, una bomba hizo que
el vehículo en el que viajaba se elevara 30 metros por los aires, muriendo al
instante.
https://www.elconfidencial.com/mundo/2022-09-02/que-es-magnicidio-cuales-mas-famosos-historia_3484401/