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02/07/2022 | Opinión - La seguridad nacional, en crisis: la amenaza nuclear de Rusia y China

Judith Bergman

Rusia no sólo ha modernizado su tríada nuclear; también ha desarrollado nuevos armamentos.



 

La guerra de Rusia contra Ucrania ha renovado el interés sobre el arsenal nuclear ruso y el riesgo de una guerra nuclear, sobre todo después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, pusiera las fuerzas nucleares de su país en alerta al poco de invadir Ucrania, el pasado 24 de febrero. Prácticamente a la mitad de los norteamericanos les preocupa mucho que Rusia ataque directamente a EEUU con armas nucleares, y a 3 de cada 10 les preocupa en alguna medida, según una reciente encuesta de Associated Press y el NORC Center for Public Affairs Research.

Con 6.255 cabezas nucleares, Rusia cuenta con el mayor arsenal nuclear del planeta, según el anuario del Stockholm International Peace Research Institute (Sipri) de 2021. El segundo es el de EEUU, con 5.500. Moscú lleva dos décadas modernizando el suyo, en un proceso que puede que concluya en el presente decenio.

Rusia no sólo se ha dedicado a la modernización de su tríada atómica, también está desarrollando nuevos proyectiles, como el Sarmat, el mayor y más pesado misil balístico intercontinental (MBI), que puede descargar hasta diez cabezas nucleares sobre EEUU o Europa, y el Burevestnik, un misil de crucero diseñado para que tenga un "alcance ilimitado" y denominado "el Chernobil volante" por su reactor nuclear.

El nuevo equipamiento nuclear ruso incluye también el vehículo submarino autónomo Poseidón y el Kinzhal, un misil balístico hipersónico que puede llevar cabezas convencionales o atómicas y diseñado para ser disparado desde cazas MiG-31. Rusia afirma que en marzo lanzó dos de ellos sobre Ucrania.

El Poseidón tiene un alcance de 10.000 kilómetros, puede montarse en submarinos y también puede llevar armamento convencional o nuclear. En un informe se dice de él:

Rusia podría lanzar el drone desde un submarino próximo a la costa norteamericana y detonarlo a fin de que genere un 'tsunami radiactivo' que podría destruir infraestructuras y ciudades a lo largo de la misma.

Recientemente salió en la televisión rusa Dmitry Kiselyov, considerado el "portavoz" de Putin, diciendo que Gran Bretaña podría acabar "en las profundidades del océano" si Rusia le enviara su Poseidón. "Una sola acometida [liberaría] dosis extremas de radiación".

Un documento del Servicio de Investigación del Congreso norteamericano publicado el pasado 21 de abril decía lo siguiente:

En diciembre de 2020 el presidente de Rusia, Vladímir Putin, informó de que el 86% de la fuerza estratégica nuclear rusa estaba compuesta de armamento moderno, cifra que esperaba alcanzara el 88% en 2021 (...) Rusia está modernizando su arsenal de MBI reemplazando los remanentes de la era soviética por otros que pueden portar una o varias cabezas nucleares. Según estimaciones de EEUU, es probable que Rusia complete su proceso de modernización en torno a 2022.

En su arsenal nuclear Rusia atesora casi 2.000 armas tácticas, o no estratégicas. Las armas nucleares tácticas están concebidas para su utilización en el campo de batalla, mientras que las estratégicas tienen por cometido impactar sobre ciudades, fábricas y demás grandes objetivos y quebrantar la capacidad bélica del enemigo.

Por su parte, EEUU sólo tiene unos cuantos centenares de armas nucleares tácticas. El MNMC (un misil marítimo de crucero) sería una nueva arma nuclear táctica –v. más abajo–, pero la Administración Biden ha decidido cancelarlo.

"Rusia está añadiendo nuevas capacidades militares a su arsenal de armas nucleares no estratégicas, incluidas las que pueden manejarse desde barcos, aviones y fuerzas de tierra", apuntó el teniente general Robert P. Ashley, de la Agencia de Inteligencia de Defensa (AID), en 2019.

Esas cabezas nucleares incluyen sistemas tácticos con los que Rusia confía en poner freno y derrotar a la OTAN o a China en caso de conflicto. El arsenal ruso de armas nucleares no estratégicas ya [es] amplio y diverso, y está siendo modernizado para conseguir una mayor precisión, alcances mayores y unos retornos más bajos a fin de que pueda cumplir su rol potencial de combate. Consideramos que Rusia tiene docenas de esos sistemas ya desplegados o en desarrollo; que comprenden pero no se limitan a misiles balísticos de corto alcance, misiles terrestres de crucero –incluido el 9M729, que el Gobierno de EEUU determinó que viola el Tratado de Fuerzas Nucleares de Alcance Medio–, misiles antisubmarino y antibuque, torpedos y cargas de profundidad.

El arsenal nuclear táctico de Rusia "es probable que crezca significativamente en la próxima década", según Ashley.

Por supuesto, Rusia no es la única amenaza para EEUU. China ha acelerado su desarrollo nuclear al punto de que el almirante Charles Richard, jefe del Mando Estratégico norteamericano, declaró ante el Comité de Servicios Armados del Senado el pasado abril:

Por primera vez en nuestra historia, vamos camino de tener enfrente simultáneamente a dos adversarios estratégicos con capacidades nucleares, y han de ser contenidos de maneras distintas. No podemos seguir asumiendo que siempre será bajo el riesgo [inherente a] una disuasión estratégica fallida.

Por otro lado, EEUU está en varios aspectos aún al principio de su proceso de modernización nuclear. Esto dice el Sipri:

Las fuerzas nucleares estratégicas ofensivas de EEUU incluyen bombarderos pesados, misiles balísticos intercontinentales terrestres (MBIT) y buques submarinos con misiles balísticos (BSMB). Estas fuerzas, conocidas como la tríada, experimentaron pocos cambios en 2020. Sipri estima que a la triada se le han asignado un total de 3.570 cabezas nucleares, de las que 1.700 se encuentran en misiles y en bases de cazabombarderos.

Por lo que hace a los MBI, parte fundamental de la disuasión nuclear norteamericana, "para enero de 2021, EEUU había desplegado 400 Minuteman III en 450 silos", según el Sipri.

Los 50 silos vacíos están a punto y pueden ser recargados en caso de ser necesario. Cada Minuteman III lleva una cabeza nuclear (...) El Sipri estima que hay 800 cabezas nucleares asignadas a los MBI, de las que 400 están desplegadas en misiles.

Los Minuteman III necesitan una modernización de manera acuciosa –fueron construidos en los años 1970 y se pensaron para que duraran sólo 10 años–. El desarrollo de una nueva generación de MBI, denominada Disuasión Estratégica Terrestre (DET), se ha decidido, pero el proceso está siendo lento y la Fuerza Aérea sólo espera que los DET empiecen a sustituir a los Minuteman III en 2029. Según el general John Hyten, vicepresidente de la Junta de Jefes de Estado Mayor, el sistema DET no alcanzará su capacidad operativa inicial hasta 2030, y la plena hasta 2035.

"No hay margen", afirmó en junio del año pasado el general Timothy M. Ray, del Mando de Ataque Global de la Fuerza Aérea. "Nos estamos quedando sin tiempo".

"Nos llevará entre 10 y 15 años modernizar los 400 silos [para misiles balísticos intercontinentales] existentes", dijo Hyten en septiembre del año pasado acerca del programa DET. "Básicamente, China construye casi los mismos en un santiamén".

El Minuteman III tiene graves problemas estructurales porque "el propio misil tiene 51 años", pero es que las cápsulas de lanzamiento y demás componentes de apoyo tienen 58, según el coronel Erik Quigley, jefe del directorio de sistemas del Minuteman III. "Los refrigeradores de salmuera", que enfrían las lanzaderas de MBI, están "severamente corroídos en los más de 400 emplazamientos".

Pero ¿sabe qué? No abordamos ese problema cuando programamos el mantenimiento. Simplemente esperamos a que se estropeen. Y cuando se estropean, el depósito de misiles se pone en alerta, lo cual es un gran problema.

Los misiles, cuando no se pueden operar, no se pueden utilizar.

Normalmente, EEUU prueba los Minuteman III cuatro veces al año. Pero en marzo el Pentágono pospuso un test preprogramado por miedo a provocar a Rusia en medio de la guerra de Ucrania. El secretario de Prensa del Pentágono, John F. Kirby, manifestó:

En un esfuerzo por demostrar que no tenemos intención de incurrir en actividades que puedan ser malinterpretadas, el secretario de Defensa ha ordenado que nuestro test de lanzamiento de misiles balísticos intercontinentales Minuteman III previsto para esta semana sea pospuesto. No hemos tomado esta decisión a la ligera, sino para demostrar que somos una potencia nuclear responsable.

El almirante Charles Richard, jefe del Mando Estratégico, recomendó mantener "nuestro curso normal de operaciones", enfatizando que necesita las pruebas para garantizar la "confianza y fiabilidad" de los Minuteman III, que afrontan problemas crecientes de fiabilidad a medida que pasa el tiempo. Rusia, en cambio, podría interpretar la suspensión como una muestra de debilidad fruto de sus repetidas amenazas.

En la Revisión de la Posición Nuclear de 2018, la Administración Trump decidió que había que incorporar al arsenal nuclear norteamericano un misil nuclear marítimo de crucero MNMC, un arma táctica, para brindar a EEUU una "necesaria presencia regional no estratégica" a fin de afrontar "la creciente necesidad de opciones flexibles y bajo rendimiento". Se esperaba que el desarrollo de dicho misil se iniciara en 2022 y que se consiguiera su capacidad operativa a finales de la década. Sin embargo, la Administración Biden lo eliminó de su presupuesto para el año fiscal de 2023, pese a que varios generales se mostraron disconformes con la decisión aduciendo que era necesario contra Rusia y China.

"La situación actual en Ucrania y la trayectoria nuclear de China me convencen de que hay una brecha en materia de disuasión y garantías", escribió el almirante Charles Richard en una carta a los legisladores el pasado mes de abril.

Para cerrar esa brecha es preciso una capacidad de bajo retorno y no balística, para disuadir y responder sin generación visible, a fin de procurar una capacidad persistente que disuada a los adversarios, dé garantías a los aliados, procure opciones flexibles y complemente las capacidades existentes.

Eliminar el MNMC del arsenal nuclear es igualmente una muestra de debilidad. En abril, el Wall Street Journal escribió en un editorial:

La Administración Trump propuso el MNMC en 2018. Mensaje al Sr. Putin: si lanza una bomba nuclear sobre territorio OTAN, la alianza tendrá la disposición y la capacidad de responder en consecuencia. Lo que reduce el riesgo de que el Sr. Putin use armas nucleares (....) La Administración Trump dijo que EEUU podría reconsiderar el MNMC si Rusia volviera a comprometerse con sus obligaciones en materia de control de armas, redujera su arsenal nuclear no estratégico y corrigiese sus otros comportamientos desestabilizadores. (...) Ahora el Sr. Biden está rindiendo esta ventaja, probablemente para aplacar a los progresistas que consideran un artículo de fe el oponerse a las armas nucleares.

Gatestone Institute (Estados Unidos)

 



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