El Ejército ruso se ha reagrupado y está concentrando sus ataques en el este de Ucrania. Esto no es una verdadera sorpresa. Pero, ¿por qué a Vladimir Putin le interesan tanto especialmente Lugansk y Donetsk?.
A principios de abril, Rusia retiró repentinamente sus
tropas de la región de la capital, en el norte de Ucrania, aparentemente para
concentrar la fuerza de su ejército en el Donbás, en el este de del país. La
nueva ofensiva allí se esperaba desde hace días. Pero, ¿por qué el Donbás?
¿Una relación diferente con Rusia que el resto de
Ucrania?
Las regiones de Lugansk y Donetsk, conocidas como región
o cuenca del Donbás, pertenecen -al igual que la península de Crimea- a los
territorios ucranianos en los que un número especialmente elevado de personas
declara el ruso como lengua materna. La proporción de rusos étnicos también es
comparativamente alta allí. Lo mismo ocurre con las provincias vecinas de
Zaporiyia, Járkov y Odesa. Sin embargo,
los rusos étnicos solo constituyen la mayoría de la población de Crimea.
Tras la Revolución Naranja, que siguió a las elecciones
presidenciales de 2004, y el Euromaidán, en 2014, la resistencia a una
orientación occidental de Ucrania fue especialmente fuerte en el Donbás, pero
no fue compartida por la mayoría del país. No obstante, los militantes
separatistas rusos -presumiblemente con apoyo de Moscú- lucharon por el control
de partes de esa región. Al mismo tiempo, el Kremlin aprovechó el vacío de
poder en Kiev para anexionar en 2014 la península de Crimea.
"Estos son dos de los muchos ejemplos en los que los
rusos actuaron según el principio ‘la oportunidad hace a los ladrones'",
afirma Andreas Heinemann-Grüder, especialista en Europa del Este del Centro
Internacional de Conversión de Bonn (BICC). No había ningún plan a gran escala
detrás, según dijo el experto a DW.
¿Cómo puede explicarse esto históricamente?
El Donbás apenas estaba poblado hasta mediados del siglo
XIX. Luego se convirtió en el centro más importante de la industrialización
rusa por sus yacimientos de carbón. "Durante esa época, el uso público de
la lengua ucraniana fue suprimido en el Imperio Ruso. y el idioma ruso se
impuso cada vez más en la educación", explica a DW el historiador Guido
Hausmann, del Instituto Leibniz de Estudios de Europa del Este y Sudeste (IOS),
de la Universidad de Ratisbona. "Por otro lado, muchos campesinos rusos
también llegaron a la nueva zona industrial", agrega.
Durante la breve independencia de Ucrania, en 1918, el
Donbás aún no formaba parte de ese país. Esto cambió cuando la URSS lo
convirtió en la República Socialista Soviética de Ucrania. Durante la época
soviética se instalaron más rusos en la región. Por ese motivo, relativamente
mucha gente de allí se siente vinculada a Rusia o, mejor dicho, todavía a la
Unión Soviética, recuerda Hausmann. "Sin embargo, la gente del Donbás
también ha hablado siempre ucraniano, y la mayoría sigue teniendo un fuerte
vínculo con Ucrania en la actualidad", sostiene el experto del Instituto
Leibniz.
El politólogo Heinemann-Grüder también piensa que suponer
que la etnia o la lengua materna de la población ucraniana influyen sobre la
identidad nacional es algo completamente engañoso: "Incluso en algunos
batallones del Ejército ucraniano que lucharon contra los separatistas en 2014
y 2015 se hablaba ruso". Ahora, probablemente ya no sea así. El uso del
idioma ruso también ha disminuido más drásticamente en los últimos años:
"Si ha habido alguna contribución a la formación de la nación ucraniana,
son las agresiones rusas de los últimos ocho años. Las bombas rusas han unido
aún más a Ucrania", dice Heinemann-Grüder.
¿Hay también intereses económicos?
Para la Unión Soviética, las regiones industriales de
Siberia fueron más importantes que el Donbás después de la Segunda Guerra
Mundial, pero para Ucrania, el Donbás fue la región industrial más importante
hasta 2014. Sin embargo, con el conflicto que se desarrolla allí, su
importancia ha disminuido. Muchas minas - especialmente en las zonas
separatistas- han sido abandonadas o están en muy mal estado. Con la guerra, se
han destruido más plantas industriales e infraestructuras.
Para Rusia, el poder económico de la región no es
decisivo, según el historiador Hausmann, pero sí lo es para Ucrania y su
independencia económica. "Uno de los objetivos bélicos decisivos de Rusia
es hacer que Ucrania dependa permanentemente de Rusia, políticamente, en lo
cultural, y también económicamente", apunta Hausmann.
¿Cuál es el significado simbólico e ideológico?
En el Donbás, la guerra ya lleva ocho años: en 2014, los
separatistas prorrusos proclamaron las provincias de Lugansk y Donetsk como
"repúblicas populares" independientes. Tras una fase de combates
abiertos entre los separatistas y el Ejército ucraniano, el Segundo Acuerdo de
Minsk, de 2015, resultó en un frágil alto el fuego y una "línea de
contacto" que separa las partes controladas por Ucrania de las zonas
separatistas en la región fronteriza con Rusia.
Más tarde, el 21 de febrero de 2022 -tres días antes de
la invasión de Ucrania- Rusia reconoció oficialmente a esas "repúblicas
populares". "Con esto, el gobierno ruso se refería a todo el
Donbás", aclara el experto del BICC, Heinemann-Grüder. Así que Rusia
tendría ahora que conquistar todo el territorio para llevar a cabo la anexión
que habían preparado con el reconocimiento. "Con eso, podrían declarar una
victoria ante su audiencia local y, posiblemente, poner fin a la guerra",
afirma el politólogo.
Además, en esas zonas combaten unidades ucranianas de orientación
nacionalista de derecha, especialmente el "Batallón Azov", que ya
contribuyó a evitar la toma de Mariúpol por los separatistas en 2014. "Con
una victoria sobre esas tropas, Putin podría declarar la finalización de la
supuesta misión de desnazificación, al menos en el Donbás", afirma
Heinemann-Grüder. La toma de la ciudad industrial y portuaria de Mariúpol, que
tras semanas de asedio y bombardeos se ha convertido en un símbolo del poder de
resistencia ucraniano, sería también un éxito simbólico.