El hecho de que los países latinoamericanos actúen con tanta autoconfianza frente a Washington poco antes de la Cumbre de las Américas también tiene que ver con China, según varios expertos entrevistados por DW.
Es difícil recordar una cumbre internacional tan caótica
y con una preparación tan poco profesional como la Cumbre de las Américas que
se celebrará en Los Ángeles del 6 al 10 de junio. Hasta la fecha, no existe una
lista oficial de invitados, sino anuncios de boicot y desacuerdos abiertos
sobre quién debe o no debe ser invitado.
La reunión de los Jefes de Estado y de Gobierno de los
Estados del Caribe, América del Norte, América Central y América del Sur habría
sido en su día una cita ineludible para todos los presidentes de la región.
Esta vez, aparentemente, no lo es. Varios presidentes latinoamericanos han
condicionado su presencia a que todos los países latinoamericanos reciban una
invitación, en particular Nicaragua, Venezuela y Cuba. Estados Unidos, por su
parte, ya había anunciado a principios de mayo que no invitaría precisamente a
estos países de gobiernos autocráticos.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se enfrenta a
un revés diplomático si varios presidentes, entre ellos el mexicano, Andrés
Manuel López Obrador, no se presentan en Los Ángeles. Los diplomáticos estadounidenses
se esfuerzan actualmente por convencer al mayor número posible de jefes de
Estado y de Gobierno de la región para que acudan. ¿Es esto un signo de una
nueva autoconfianza latinoamericana frente a Estados Unidos? ¿Y tiene que ver
esa presunta autoconfianza con el creciente papel de China y, por tanto, con el
declive de la influencia de Washington?
Falta de interés
en Washington
"Seguro que tiene que ver con autoconfianza, pero
eso no es algo nuevo", dice Ralf Juan Leiteritz, politólogo y profesor de
la Universidad del Rosario, en Bogotá, Colombia, en entrevista con DW.
"Estados Unidos simplemente no ha tomado en serio a América Latina en las
últimas dos décadas, con ciertas excepciones como Venezuela, por ejemplo",
comenta Leiteritz. "A muchos les molesta la hipocresía de Estados Unidos
en cuanto a la defensa de las normas democráticas y de los intereses
supuestamente comunes, por ejemplo en Ucrania. Además, la importancia económica
de Estados Unidos para América Latina ha disminuido en los últimos años en
favor de China. Pero considero que la razón principal de la ausencia de algunos
jefes de Estado en la Cumbre de las Américas es política, y no se debe al papel
o la influencia de China", sostiene Leiteritz.
Dorian Kantor, profesor de Relaciones Internacionales y
Ciencia Política en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia,
expresa una opinión similar a DW: "Hay una nueva autoconfianza en América
Latina, eso es evidente". Según Kantor, eso tiene que ver, sin duda, no
solo con el abandono por parte de Estados Unidos, sino también con la creciente
importancia de China en la región. Dos factores que parecen ir de la mano. Para
Argentina, Brasil, Chile, Perú y Uruguay, China es ahora el socio comercial más
importante, muy por delante de Estados Unidos, Europa y Japón.
"Con el fin de la presidencia de Obama, se prestó
menos atención a la región. Mientras tanto, la influencia de China sigue
creciendo sin cesar: los países latinoamericanos siguen recibiendo un
importante apoyo financiero de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, China
domina esencialmente la tecnología 5G en América Latina y, en los últimos cinco
años, tres países latinoamericanos cambiaron de Taiwán a China en
reconocimiento de la política de una sola China”, resume Kantor.
China: ¿oportunidad o peligro?
Pero, ¿hasta qué punto es peligrosa o no la influencia de
China en la región? ¿Es algo malo y peligroso en sí mismo, como se suele
presentar en el mundo occidental, u ofrece la creciente interconexión económica
de los países latinoamericanos con China y otros países asiáticos también
oportunidades en un contexto de "abandono" por parte de Washington?
"Creo que hay muchos riesgos", señala el
politólogo Kantor. "El ejército chino opera una instalación satelital en
Argentina que, según Estados Unidos, se utiliza para la vigilancia y el control
de servicios de telecomunicaciones. Además, China proporciona equipo militar y
entrenamiento a Venezuela". Por otro lado, Kantor admite que China ha
demostrado ser un valioso socio comercial en el pasado. "América Latina se
ha beneficiado enormemente de las importaciones chinas de petróleo, carne de
vacuno y cobre, que fueron fundamentales para sacar a la región de la crisis
económica de 2008".
El sinólogo y experto en América Latina Benjamin
Creutzfeld, de la Universidad de Gotinga, subraya por su parte la fuerza
conceptual de la estrategia china. Pekín ha definido detalladamente su
estrategia para América Latina en dos documentos fundamentales, el primero en
2008 y el segundo en 2016, y la ha dividido meticulosamente en fases, explica.
El concepto del "no alineamiento activo"
Sin embargo, Creutzfeldt considera importante corregir la
imagen de América Latina como "juguete" impotente entre las potencias
mundiales y alude al concepto de "no alineamiento activo", que
presentaron hace dos años varios académicos y exdiplomáticos latinoamericanos
en un libro: "El no alineamiento activo y América Latina". Según
Creutzfeldt, la idea es que "los Estados latinoamericanos, aunque no estén
especialmente bien coordinados entre sí, se están distanciando más o menos
colectivamente de las potencias mundiales y, por tanto, también quieren tomar
decisiones más soberanas y pragmáticas". El margen de maniobra para una
política más independiente es ahora mayor con la presencia de China Esto no significa
automáticamente que uno se someta a la voluntad de China, indica Creutzfeldt.
"Hay un sentimiento creciente entre los países latinoamericanos de que no
tienen que formar parte de un bando, sino que pueden tomar decisiones
independientes y no dejarse mandonear. Si se crea temor sobre una red 5G china
en América Latina, perfecto, pero ¿quién
lo hará entonces?", pregunta Benjamin Creutzfeldt.
Detlef Nolte, investigador del Instituto GIGA de Estudios
Latinoamericanos de Hamburgo, admite en entrevista con DW que el concepto del
"no alineamiento activo" está ganando terreno en América Latina. Sin
embargo, duda de su viabilidad: "La desunión de América Latina, tanto en
temas regionales como a nivel internacional, habla en contra. Además, China y
Estados Unidos son actores fuertes. Una postura neutral también podría acarrear
desventajas". Nolte sospecha que los países latinoamericanos apenas pueden
permitirse una posición "neutral" debido a su desunión.
Sin embargo, el experto en América Latina del Instituto
GIGA cree que la amenaza que supuestamente supone China está sobredimensionada.
"China es un socio comercial importante, pero si tomamos a Europa y a
Estados Unidos juntos, ambos suelen ser incluso más importantes que China como
socio comercial. Y cuando se trata de las inversiones, las cosas son muy
diferentes. Los europeos son inversores mucho más importantes en Brasil,
Argentina o México que los chinos. Pero los chinos tienen esos proyectos espectaculares
a gran escala que aparecen en la prensa". Según Nolte, los estadounidenses
no deberían sorprenderse de que otros ocupen el terreno que ellos han
descuidado durante años.
Ralf Juan Leiteritz lo resume así: "De Washington se
oyen más palabras que hechos. Y la iniciativa estadounidense 'Build Back
Better' es, en términos de alcance, más bien una broma en comparación con la
Iniciativa de la Franja y la Ruta de China".
Al parecer, el presidente Biden, tendrá que hacer un gran
esfuerzo de convencimiento en la Cumbre de las Américas la próxima semana.
***este articulo fue publicado el 3 de junio de 2022