Las mezquitas de Colonia, la cuarta ciudad de Alemania, han obtenido autorización para emitir los llamamientos a la oración de los viernes por los altavoces de sus minaretes. Para algunos coloneses, la convocatoria islámica a la oración es el mismo grito de conquista que los cristianos de Oriente Medio y África escuchan cinco veces, día y noche, a las puertas de sus iglesias y hogares. Ahora le ha llegado el turno a Alemania.
"La hegemonía occidental ha tocado a su fin",
afirmó recientemente el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. "Ha
durado siglos, pero se ha acabado".
Al mismo tiempo, las mezquitas de Colonia, la cuarta
ciudad alemana, han obtenido permiso para emitir por los altavoces de los
minaretes las llamadas a la oración de los viernes.
"Muchos habitantes de Colonia son musulmanes",
dice la alcaldesa, Henriette Reker, "y en mi opinión permitir las llamadas
a la oración de los almuédanos es un signo de respeto".
Para otros, la convocatoria islámica a la oración es el
mismo grito de conquista que los cristianos de Oriente Medio y África escuchan
cinco veces al día, día y noche, a las puertas de sus iglesias y hogares. Ahora
le ha llegado el turno a Alemania.
Hace 16 años, Benedicto XVI realizó su primera visita
papal a Colonia. En una peregrinación a la tumba de los Reyes Magos, invitó a
los jóvenes de Europa a volver a sus raíces. Al año siguiente, en Regensburg,
advirtió contra la violencia intrínseca del islam. Ahora, Colonia es el lugar
en el que Alemania ha firmado su capitulación ante el islam político.
En el diario Bild, el periodista Daniel Kremer ha recordado
que muchas de las mezquitas de Colonia son financiadas por el Gobierno turco y
manejadas por Erdogan, "que se opone a los valores liberales de nuestra
democracia"; y ha añadido:
..."Es un error equiparar las campanas de las
iglesias con el llamamiento [islámico] a la oración. Las campanas son una señal
sin discurso y además te dan la hora. Pero los muecines claman '¡Alá es
grande!' y '¡Doy fe de que no hay más dios que Alá!'. Hay una gran
diferencia"...
Las campanas de las iglesias no proclaman que el cristiano
es el único dios y que Jesús es su hijo.
El experto en integración Ahmad Mansur también ha puesto
en cuestión la decisión del Ayuntamiento de Colonia. "Esto no va de
libertad religiosa o de diversidad, como aduce la alcaldesa Recker", dice.
"La mezquita busca visibilidad. El almuédano es una manifestación de
poderío".
El año pasado un tribunal de la localidad de Münster
autorizó que una mezquita local difundiera el llamado a la oración de los
viernes por medio de altavoces. La mezquita en cuestión es gestionada por la
Unión Turco-Islámica para los Asuntos Religiosos (Ditib), la mayor coordinadora
de mezquitas de Alemania, que procura imanes, financiación y gestión a unos 900
templos y cuenta con 800.000 miembros, aproximadamente.
Poco después, el Gobierno del estado de Hesse dictó que
los muecines podían llamar a la oración por medio de los altavoces de los
minaretes sin solicitar autorización.
Según consigna Der Spiegel, ocho de las cien ciudades más
populosas de Alemania habían dado previamente luz verde a los llamamientos
islámicos públicos a la oración. En Düren, la mezquita turca Fatih convoca a
los fieles tres veces al día. La profesora de Etnología de la Universidad
Goethe de Frankfurt Susanne Schröter sostiene que los musulmanes ven en los llamados
a la oración el triunfo de un "islam fuerte" sobre una
"cristiandad débil", a lo que hay que sumar el deseo de que la media
luna musulmana reemplace a las estrellas de la UE.
"¿Se escuchará en toda Alemania el llamado del
muecín?", ha planteado Bild, el diario más popular del país. Ya se puede
escuchar en Múnich. Desde abril de 2020, cinco mezquitas de la ciudad lo emiten
por altavoces. "El llamamiento del almuédano no precisa aprobación",
informaron las autoridades de Hanover, donde hay 27 mezquitas. "Es como el
sonido de las campanas de las iglesias, el de la práctica de la libertad
religiosa, constitucionalmente protegida".
Desde Dresde se emitió una respuesta similar: "Nos
consideramos una sociedad urbana diversa y cosmopolita".
En Frankfurt, que alberga una mezquita con capacidad para
6.000 fieles, el alcalde dijo: "Como sucede con las campanas de las
iglesias, la ley no demanda un procedimiento de autorización para la oración
del muecín".
También ciudades como Dortmund, Hamm, Siegen, Düren y
Oldenburg permiten el llamado islámico a la oración mediante altavoces. En
Núremberg, sede de decenas de mezquitas, por lo visto "no es un
problema".
Michael Bertrams, expresidente del Tribunal Constitucional
de Renania del Norte-Westfalia, habla de un "triunfo político" del
presidente turco, mientras que Hamed Abdel-Samad, sociólogo que vive con
custodia policial por amenazas de muerte islamistas, es aún más claro:
..."La convocatoria a la oración empieza con 'Alahu
Akbar', que es también el grito de guerra de los musulmanes. Significa que Alá
es el más grande. Más grande que el enemigo, que el pueblo, que la vida, que
Alemania, que todo. Y como es más grande que todo, al final lo único que impera
es su ley, la sharia"...
Malte Kaufmann, miembro del Bundestag, ha escrito:
..."De ahora en adelante, cada viernes en Colonia,
'¡No hay más dios que Alá!'. Pero se supone que no está habiendo islamización
en Alemania (...) ¡Llevamos años advirtiéndolo! La exhortación del muecín es
una manifestación de poderío. El Occidente cristiano está siendo morosamente
traicionado"...
"Lo ocurrido con la Mezquita Central de Colonia da
cuenta de la ingenuidad de las autoridades alemanas a la hora de tratar con las
organizaciones islámicas", relató el Neue Zürcher Zeitung suizo, decano de
la prensa europea en alemán.
..."Antes de que se iniciara su construcción, la
Asociación Turca prometió a Fritz Schramma, en aquel entonces alcalde de la
ciudad, que los sermones se impartirían en alemán y que la mezquita sería un
lugar de encuentro para fieles de distintas religiones. Schramma, uno de los
principales patrocinadores de la mezquita, no fue invitado a la inauguración.
Querían crear un lugar para el encuentro intercultural en el que el islam fuera
predicado en alemán. En la estela erdoganita, se creó un centro islamista
nacionalista. Visto lo visto, quien piense que el muecín parará a los cinco
minutos vive en un mundo de fantasía"...
Diríase que lo que flota en el ambiente es una capitulación
vasta y pueril. "Quien diga sí a los campanarios debe decir sí a los
minaretes", afirma el cardenal Rainer Maria Woelki, arzobispo de Colonia.
Diríase que las iglesias alemanas se están suicidando. La archidiócesis de
Colonia –la mayor de Alemania y una de las más ricas del mundo– planea reducir
sus parroquias de 500 a 50 para el año 2030. A Colonia precisamente acudió
Erdogan a inaugurar la mezquita más grande, siendo recibido para la ocasión por
la canciller Angela Merkel, hija de un pastor prusiano. El gesto de buena
voluntad no impidió al presidente turco convertir la gran basílica bizantina de
Santa Sofía en una mezquita (2020). Sigamos en Colonia: la iglesia católica de
San Teodoro incluso hizo su aportación a la islamización de la ciudad financiando
la mezquita, en nombre de un diálogo interreligioso ilusorio.
Fue un escritor judío que escapó del Holocausto, Ralph
Giordano, quien criticó la decisión adoptada en Colonia, al "islam
político" y la "megalomanía de la gran mezquita", que, a su
juicio, es "una suerte de declaracion de guerra". En un artículo para
el FAZ, Giordani escribió:
..."Seguiré adoptando una posición crítica hacia los
imanes que se valen de las estructuras liberales y la tolerancia de la
Constitución para imponer concepciones totalitarias del Estado y que socavan
las normas del Estado de Derecho mediante el adoctrinamiento antioccidental a
la hora de impartir la sharia (...)
...Quiero ser capaz de decir eso y no quiero ver burkas o
chadores en las calles alemanas más de lo que quiero escuchar los llamamientos
de los muecines desde los minaretes. Tampoco voy a adaptar mi concepción de la
libertad de expresión a un demonio que la interpreta como sigue: 'Todo el mundo
tiene el derecho a expresar libremente su opinión siempre y cuando no sea
contraria a la sharia'. ¡No y tres veces no!"...
Una vez se abren las compuertas, sólo hay una carrera por
ver quién se rinde más rápido. Incluso el jefe de la Cancillería, que según
parece se convertirá en el líder de la CDU de Angela Merkel, Helge Braun, habló
en favor de permitir a las mezquitas emitir por los altavoces las convocatorias
a la oración.
En el Aquisgrán del emperador Carlomagno, con su
maravillosa catedral, ya no es que la llamada del muecín sea una realidad, sino
que se está incorporando el islam al callejero. Así, ya tienen una
Moscheeplatz, la Plaza de la Mezquita. El cambio fue evidentemente saludado por
el primer edil, Marcel Philipp –así como por la turca Ditib–: "Como
alcalde, me siento muy feliz de tener una Plaza de la Mezquita", declaró.
El 11 de noviembre, el muecín llegó a Raunheim, a las
afueras de Frankfurt, la primera localidad de Hesse en tener permiso para
emitir por altavoces el llamado a la oración de los viernes y –durante el
Ramadán– del ocaso.
"En una sociedad democrática, el principio de
igualdad también aplica a la religión", explicó el alcalde, Thomas Jühe.
Luego está la cuestión demográfica: el 70% de los habitantes de Raunheim son
inmigrantes. "Aquí tenemos más musulmanes que cristianos", afirma Jühe.
Pues bien, aún se dice que lo del Gran Reemplazo y la
islamización de Europa son meras teorías conspiratorias. ¿Hemos comprendido
verdaderamente a qué se parecerá la Europa de mañana?
En una entrevista con Boulevard Voltaire, Thilo Sarrazin,
expresidente del Banco Central alemán y autor de dos superventas sobre el
multiculturalismo y el islam que provocaron un gran debate en Alemania,
sostiene que la decisión adoptada en Colonia se adapta perfectamente al futuro
demográfico del país:
..."Si la tendencia continúa, la población alemana
se extinguirá en los próximos cien años. En el último capítulo de Alemania está
desapareciendo bosquejo el rumbo que se seguirá en los años venideros (...) Lo
de Colonia no me sorprende, para nada. Se corresponde con mi idea de cómo se
desarrollarán las cosas por aquí. En Francia, Michel Houellebecq lanzó el mismo
mensaje en su libro Sumisión...
Incluso dos de los diarios nacionales del establishment
se han mostrado críticos con el actual estado de cosas. El Frankfurter
Allgemeine Zeitung (FAZ) criticó la decisión de Colonia de autorizar la
plegaria del muecín en las 50 mezquitas de la ciudad. Ronya Othmann escribió:
..."A diferencia del adhan, la llamada islámica a la
oración, el tañido de las campanas es sólo un sonido, no un mensaje. Tolerancia
es, como diversidad y respeto, un chicle tan mascado que ha perdido su sabor.
Erdogan ha inundado las localidades alevíes y yazidíes con mezquitas desde las
que resuena el credo islámico cinco veces al día; es un acto de sometimiento
islamista y no deberíamos permitirlo en Colonia...
El Süddeutsche Zeitung de Múnich fue aún más contundente:
..."La llamada a la oración no es una novedad en
Alemania. Desde hace mucho se realiza en decenas de ciudades. El Occidente
cristiano –si es que aún existe– no caerá de inmediato. Recep Tayyip Erdogan
citó una vez este poema: "Los minaretes son bayonetas, las cúpulas son
cascos (...), los creyentes son soldados". Una cosa es innegable: el
islamismo lleva décadas en auge. El acceso al poder de los talibanes en Afganistán
ha sido saludado por los islamistas como un bendito triunfo de la fe. Luego
está la conversión de Santa Sofía en una mezquita (...) Puede que esto tenga
poco que ver con las ideas y creencias de la mayoría de los musulmanes en
Alemania. Pero para un islamista, el adhan es la constatación diaria de un
mandato político"...
Ahora, en la Plaza Willy Brandt de Leipzig, hay una gran
carpa con la música a todo volumen, grandes banderas verdes con letras arábigas
y jóvenes distribuyendo folletos a los viandantes. Bild nos informa de que se
está celebrando el natalicio de Mahoma en una de las ciudades más importantes
de Alemania. El Pew Research Center estima que para 2050 habrá 17,5 millones de
musulmanes en el país, el 20% de la población. Hoy son sólo el 8%. ¿Acabará la
Ciudad de los Reyes Magos siendo la Ciudad de los Muecines?
"Preparaos para el rezo diario del almuédano",
ha advertido Henryk Broder en Die Welt. "Ya es una realidad en Estocolmo,
Londres, Bruselas, Ámsterdam...".
***Giulio Meotti, editor de Cultura de Il Foglio, es un
periodista y escritor italiano.