Una mirada en detalle a algunos de los demóratas que ganaron en la Cámara de Representantes y el Senado el martes pasado me deja un poco preocupado.

No se trata de demócratas globalizados, al estilo del ex presidente Bill Clinton, que entienden que una marea en alza eleva a todos los barcos, y que si otros países crecen, los Estados Unidos podrán exportarles más bienes. Por el contrario, muchos de los demócratas que acaban de ser electos son trogloditas en materia de comercio internacional.

Tomen el caso de Sherrod Brown, el democrata que ganó la banca del Senado en Ohio, el estado clave que le dio la victoria a Bush en el 2004. Durante sus 13 años en la Cámara de Representantes, Brown encabezó la lucha contra el tratado comercial con América Central y la República Dominicana. Además, votó en contra del libre comercio con Chile, y se opuso al Tratado de Libre Comercio con México.

''Estamos en contra de los tratados de libre comercio que matan empleos (en los Estados Unidos), traicionan nuestros valores y destruyen nuestras comunidades'', proclamó Brown en su discurso de la victoria el martes. Brown recientemente escribió un libro titulado Los mitos del libre comercio, en el que alega que los tratados comerciales con países latinoamericanos no hacen más que exportar empleos norteamericanos hacia el sur.

Brown está lejos de ser el único. Según un estudio de 62 legisladores electos por primera vez el martes, realizado por Simon J. Evenett y Michael Meier de la prestigiosa Universidad de St. Gallen, en Suiza, la gran mayoría de los recién electos son mucho más proteccionistas que sus predecesores.

En la Cámara Baja, 16 bancas previamente ocupadas por congresistas pro libre comercio serán ocupadas por legisladores escépticos o abiertamente contrarios al libre comercio, dice el estudio. En el Senado, 5 bancas que estaban en manos de legisladores pro libre comercio serán ocupadas ahora por opositores al libre comercio. No hay casos de opositores al libre comercio que hayan sido reemplazados por legisladores pro libre comercio, afirma el estudio. Lo que es más, demócratas que se han opuesto a los recientes tratados de libre comercio ahora presidirán comités claves del Congreso, que deberán decidir si extender la autoridad del Presidente para firmar nuevos acuerdos de libre comercio por la vía rápida, que expira en julio del 2007. El congresista Charlie Rangel (demócrata de Nueva York) presidirá el Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara Baja, por el que pasa toda la legislación comercial. Rangel recientemente votó en contra del Tratado de Libre comercio con Centroamérica, mientras que el saliente presidente del comité, el republicano Bill Thomas, votó a favor.

En el Senado, el demócrata Max Baucus reemplazará al republicano Charles Grassley como presidente del Comité de Finanzas. Baucus votó en contra del Tratado de Libre Comercio con Centro América, aunque anteriormente votó a fravor del Acuerdo de Libre Comercio con Chile.

La nueva presidenta de la Cámara Baja, la demócrata Nancy Pelosi, votó en contra del Tratado de Libre Comercio con América Central, a favor del acuerdo con Chile, y en contra de la autoridad para firmar acuerdos por la ''vía rápida'' en 1998. El nuevo presidente del Senado, el demócrata Harry Reid, ha votado consistentemente en contra de los tratados comerciales con América Central, Chile, y los países andinos.

Es poco probable que el nuevo Congreso ratifique los Acuerdos de Libre Comercio pendientes con Perú y Colombia, aunque quizás apruebe la extensión de las preferencias comerciales existentes a las naciones andinas, que expiran el 31 de diciembre. Muchos de los nuevos legisladores se oponen al libre comercio, o no lo ven como una prioridad.

''Ninguno de estos acuerdo comerciales será una alta prioridad'', dice David Lewis, un analista comercial con Manchester Associates en Washington D.C. ``Pelosi y sus colegas tienen como prioridad avanzar en los asuntos internos, como el salario mínimo''.

Mi opinión: estoy de acuerdo. El nuevo Congreso demócrata traerá una brisa de aire fresco a Washington, poniendo fin a la arrogancia de poder absoluto, y proponiendo mejores políticas en temas como Irak, inmigración e investigación de células madres.

Pero ojalá no convierta a Estados Unidos en un país proteccionista. Eso no sólo crearía más inestabilidad y más pobreza en América Latina, sino que resultaría en más inmigración ilegal. Ahora que los demócratas se impusieron a los republicanos, ojaláque los demócratas globalizados logren imponerse a sus colegas proteccionistas, y que estos últimos no se apoderen del partido, y del país.