El asesor de Trump para Iberoamérica habla con ABC de España sobre su candidatura a presidir el Banco Interamericano de Desarrollo, que se renueva en septiembre.
Acostumbrado a sorprender, Donald Trump ha propuesto a su
máximo asesor sobre Iberoamérica para la presidencia del Banco Interamericano
de Desarrollo, que se renueva en septiembre. Mauricio Claver-Carone (Miami,
1975) será así la primera persona nacida en Estados Unidos en presidir la mayor
institución financiera de desarrollo para Iberoamérica y el Caribe, que fue
fundada en 1959. Su candidatura ha recibido el apoyo no sólo de los
republicanos, sino también de influyentes demócratas, como el senador hispano
Bob Menéndez. Hasta ahora, sus presidentes habían nacido todos en Iberoamérica,
por un pacto no escrito con EE.UU., que es el mayor inversor en el banco. Tras
el anuncio de la Casa Blanca, cinco expresidentes americanos —el colombiano
Juan Manuel Santos, el brasileño Fernando Henrique
Cardoso, el
chileno Ricardo Lagos, el uruguayo Julio María Sanguinetti y el mexicano
Ernesto Zedillo— publicaron una carta oponiéndose a que lidere el BID alguien
nacido en EE.UU. Claver-Carone, sin embargo, defiende una mayor implicación de
Washington en el continente, y promete, además, reforzar el papel de España,
que también es miembro del banco con derecho a voto, como «la puerta a Europa
de Latinoamérica». Habló con ABC el martes.
¿Tiene los votos necesarios para ganar la votación que va
a tener lugar en septiembre?
Sí, ya han dicho que sí 15 países de la región que suman
más del 50%. Adicionalmente, hay otros países que en privado han expresado su
apoyo. Lo que quisiéramos es lograr el mayor apoyo posible para tener una
agenda de trabajo conjunta, basada en lo que es nuestra visión: la relevancia
financiera del banco, la eficiencia de gobernabilidad y la transparencia.
¿Por qué ser presidente sólo de un mandato por cinco
años?
Es muy importante el hecho de que nada más haya habido
cuatro presidentes en 60 años. Eso no refleja nuestros valores democráticos.
Así empieza a sufrir la gobernanza del banco. Es muy importante que se tenga
claro para quién uno trabaja. Tras 15 o 20 años, una institución se va
olvidando de que las decisiones del banco deberían ser tomadas por el
directorio y los gobernadores.
¿Decisiones como cuáles?
Un ejemplo muy importante es el que está afectando a
España. Actualmente, se está mudando la oficina en Europa del BID de Madrid a
Bruselas. Eso es una decisión muy impactante en cuestiones estratégicas del
banco y en cuestiones financieras, porque impone un alto costo y cambia la
visión geoestratégica con Europa. España se ha opuesto a esa propuesta y
nosotros en EE.UU. hemos criticado el proceso, porque esa decisión tendría que
ser llevada a cabo por la junta de directores y de gobernadores. Sin embargo,
se está llevando a cabo unilateralmente. Mi visión personal, es francamente que
Madrid es la puerta a Europa de Latinoamérica. Para mí que nací en Miami, Miami
es la puerta de Latinoamérica hacia EE.UU., y Madrid es la puerta de
Latinoamérica a Europa y eso en sí tiene sus ventajas. Esta oficina debería
mantenerse en Madrid. Sin embargo, esa decisión la debe tomar la junta de
directores y los gobernadores conjuntamente. No debería ser tomada por los
líderes sin consultar con los directores.
Esa oficina se trasladó de París a Madrid en 2012.
Entonces ¿cuenta España con su compromiso de defender su permanencia en Madrid?
Absolutamente. Lo más importante es que esa decisión se
debe llevar a cabo por la junta de directores. Yo defiendo que es un beneficio
tener a Madrid y tener a España como un defensor de la región. Yo creo que
Madrid es una puerta privilegiada de Latinoamérica a Europa y creo que se
debería mantener. Como mínimo es un proceso que debe ser decidido por los
directores y gobernadores.
Recientemente usted dijo que «no representará más de lo
mismo de antes» en el BID. ¿A qué se refiere exactamente?
Todos los presidentes del banco han hecho aportes
importantes, pero creo que lo que ha estado haciendo el banco durante los
últimos 60 años no es suficiente para sobrepasar la crisis actual. El reto más
grande, francamente, que el BID va a tener en su historia es este. Podría ser
la crisis y la contracción económica más grande en la historia de
Latinoamérica. España es muy importante y desde luego yo concuerdo
completamente con la iniciativa que propuso el presidente del Gobierno español,
Pedro Sánchez, sobre la necesidad de financiación para Latinoamérica. Pero la
realidad es que quien va a movilizar esos recursos somos nosotros. Tenemos una
posición como la economía más grande del mundo con el sector privado de fondo;
como el mayor inversor en la región y con los mercados de capital más grandes y
más importantes del mundo.
Una queja común en el pasado es que a EE.UU. no le ha
importado lo suficiente el BID.
Aquí estamos haciendo lo contrario. Estamos poniendo
sobre la mesa nuestra credibilidad para colaborar con España y con la región,
para poder recuperarnos de la crisis y después sobrepasar los retos de
crecimiento en el futuro. Así se acelerará el compromiso de EE.UU., se creará
la confianza necesaria para que EE.UU. invierta y movilice los recursos que va
a necesitar la región en estos momentos de crisis.
Entonces, usted está de acuerdo con la iniciativa de
Pedro Sánchez de recaudar fondos para Iberoamérica y cree que su presidencia en
el BID puede incluso alinearse con esos objetivos?
Yo creo que mi presidencia es la mejor oportunidad que
tiene España y que tiene la región para movilizar las herramientas y los
recursos necesarios para ejecutarlo.
El año pasado hubo una gran polémica porque se iba a
celebrar la reunión anual del BID en China. Se canceló por la negativa de Pekín
a reconocer a los representantes del presidente encargado Juan Guaidó. ¿Cómo
hubiera gestionado ese problema?
Hoy en día en el BID Venezuela es representada por el
gobierno del presidente interino Guaidó. Obviamente los directores y los
gobernadores deberían votar esas decisiones en un proceso transparente con
todos los datos necesarios sobre una reunión de tal tipo.
Usted ha sido un firme defensor del cambio de régimen en
Venezuela. ¿No le produce insatisfacción marcharse antes de que el cambio, que
tan cerca parecía estar el año pasado, se haya consumado?
Yo no lo calificaría de cambio de régimen, sino de
transición a la democracia, y nosotros obviamente apoyamos esa transición
democrática. No dudamos de que esa transición a la democracia se va a llevar a
cabo. Y el reto más grande que va a existir en este momento va a ser cómo
ayudar a Venezuela a recuperarse y cómo ayudar a los países vecinos de la
región que están viviendo una crisis de proporciones estilo Siria, pero con una
décima parte de los recursos. El trabajo diplomático que hemos hecho hacia
Venezuela ha sido en conjunto con la gran mayoría, la abrumadora mayoría, de la
región. Ese trabajo sería muy consistente con lo que podríamos hacer en el BID,
trabajando con el gobernador y los directores de Venezuela que representan allí
al gobierno. También debemos enfocarnos en lo que va a ser una difícil, pero
importante transición económica para la reconstrucción de Venezuela.
Sobre Cuba, ¿trabajará también por ese tipo de cambio en
Cuba desde el BID?
Cuba no es miembro del BID. Obviamente todos deseamos que
haya una transición democrática en Cuba en su momento. Obviamente, el BID
podría jugar un papel muy importante para ayudar a una Cuba democrática en su
desarrollo económico y su recuperación. En el momento que hay una transición
democrática sería decisión de los directores y los gobernadores tramitar su
membresía. Pero creo que efectivamente, si los directores y gobernadores
deciden apoyar la presencia de Cuba, una Cuba democrática, pues entonces
efectivamente podría jugar un papel importante.
¿Qué les diría a los cinco expresidentes latinoamericanos
que se opusieron a su candidatura en una carta?
Para empezar, me encantaría conocerlos. No los conozco.
Conozco a todos los presidentes actuales de la región y creo que por eso me he
ido ganando su apoyo porque saben mi trayectoria, me conocen, conocen mi
visión. Creo que es un tópico oponerse a mí simplemente por donde nací. Una
persona nacida en Miami, de herencia latinoamericana y con una gran pasión por
la región, puede presidir esta institución. Creo que hasta cierto punto yo soy
un producto moderno de cierta integración que se ha llevado a cabo y pediría
obviamente que me juzguen por mi visión y por mi trayectoria y que no por un
prejuicio y por dónde nací.
Perfil de Mauricio Claver-Carone
Nacido en Miami y criado en España, Mauricio
Claver-Carone ingresó en septiembre de 2018 en el Consejo de Seguridad Nacional
de la Casa Blanca como responsable de la cartera iberoamericana. Antes había
pasado por el Fondo Monetario Internacional, en cuya junta de gobernadores
había representado a EE.UU. En función de mano derecha de Donald Trump para
todo lo que tenga que ver con el continente americano, Claver-Carone se ha
centrado especialmente en aumentar la presión sobre los regímenes cubano y
venezolano, según él explica en esta entrevista para forzar una regeneración
democrática. Este abogado de ascendencia cubana llegó a la Casa Blanca en 2018
de la mano de John Bolton cuando este era consejero de Seguridad Nacional. Tras
la controvertida salida de este último del Gobierno, no sólo mantuvo el puesto,
sino que se afianzó como la voz con más peso en la Presidencia sobre la
política de seguridad hacia el resto de América.