En la historia del mundo, según los especialistas, unas 123 guerras tuvieron un componente religioso. La mayoría de ellas tuvieron como partícipes a países pertenecientes al mundo islámico. Por esto, las diferencias religiosas han sido una fuente frecuente de enfrentamientos entre los pueblos. En la larga lista de las guerras religiosas aparecen ciertamente las nueve Cruzadas con las que los cristianos intentaron defender sus lugares sagrados.
Curiosamente, en las recientes turbulencias bolivianas,
la Biblia resultó un componente central. Por un lado, el repentino líder
opositor boliviano, Luis Fernando Camacho, representante de los movimientos
cívicos del sur del país, ingresó al Palacio Quemado, en La Paz, blandiendo en
su mano el libro sagrado de los cristianos, acompañado de una bandera boliviana
y un proyecto de carta de dimisión que pretendía entregar al entonces
presidente Evo Morales.
Conforme a la tradición boliviana, los funcionarios juraban,
hasta no hace mucho, "por Dios y la Patria". Lo hacían ante un
ejemplar de la Biblia, y enseguida se persignaban. Esa fue la situación hasta
el año 2006, cuando Evo Morales asumiera la presidencia de su país. Tratándose
de un ateo confeso, Morales dejó rápidamente de lado todos los signos y señales
protocolares o litúrgicos que tenían alguna vinculación con el cristianismo.
Entre ellos, la Biblia.
Producida la renuncia de Evo Morales, forzada por las
circunstancias, su reemplazante, la senadora Jeanine Añez, al proclamarse
presidente interina, utilizó en la ceremonia no uno, sino dos, ejemplares de la
Biblia. Como demostración de la pujanza de los cristianos (tanto católicos,
como evangélicos) en el escenario nacional boliviano.
Al hacerlo, al tiempo de ingresar al palacio presidencial
boliviano con una Biblia en la mano, sus partidarios comenzaron a gritar:
"Gloria a Dios". Luego de ponerse la banda presidencial, la
presidenta interina saludó desde el balcón del aludido Palacio Quemado,
blandiendo en sus manos un ejemplar pequeño de la Biblia, con tapas rosadas.
¿CATOLICO DE BASE?
Cabe recordar que Evo Morales transformó a Bolivia, desde
la Constitución del 2009, en un Estado laico, y la ""señal de la
cruz"" fue reemplazada por un saludo con el brazo izquierdo en alto y
la mano derecha en el corazón.
No obstante lo antedicho, Evo Morales se proclamó alguna
vez católico de base, frase cuyo significado no es fácil desentrañar. Pero su
presunta cercanía religiosa, no le impidió acusar a los católicos de
"promover la matanza de los indígenas, en tiempos de la colonia".
En contrapunto, el nuevo líder cívico de la región de
Santa Cruz, el joven Luis Fernando Camacho, exhibió abiertamente la Biblia y se
refirió a ella con alguna frecuencia, al tiempo de poner en ejecución su
esfuerzo por tratar de forzar la salida de Evo Morales de la presidencia
boliviana. Además, organizó algunas de sus manifestaciones a los pies del
monumento de Cristo Redentor emplazado en Santa Cruz de la Sierra y se
arrodilló, ante todos, al entrar al Palacio Quemado, dejando allí, tras la
salida de Evo Morales, una Biblia, colocada cuidadosamente sobre la bandera
boliviana.
EL PASTOR CHUNG
El componente religioso en el complejo conflicto
boliviano tuvo, además, otra expresión reciente. Pese a que Bolivia es una
nación esencialmente católica, como en otros rincones de nuestra región los
llamados evangélicos tuvieron una participación realmente importante en el
juego político realizado en torno a la última elección presidencial en Bolivia.
Ocurre que en ellas participó como candidato
presidencial, un verdadero novato en la política: el pastor presbiteriano, Chi
Hyun Chung. Se presentó como representante del Partido Demócrata Cristiano de
Bolivia, luego de derrotar en el trayecto al ex mandatario boliviano, social
cristiano, Jaime Paz Zamora.
El pastor Chi tuvo un éxito resonante en sus primeros
pasos en el escenario grande de la política de su país y finalmente obtuvo, en
ese primer intento, nada menos que el 8,8% de los sufragios totales. Supo
entonces atraer no sólo a buena parte de la oposición, sino también a muchos
jóvenes desencantados. ¿Es esto realmente sorpresivo? Quizás, no. Porque los
bolivianos tienen -a estar a las encuestas- un 74,9% de católicos y un 17,9% de
evangélicos.
Quizás precisamente por lo expresado en el párrafo
precedente, el propio secretario General de la Organización de Estados
Americanos (OEA), el izquierdista ex canciller uruguayo Luis Almagro, hizo,
entre sus primeros llamados, un pedido expreso a la Iglesia Católica de ayuda
en los esfuerzos del organismo regional en procura de pacificar al país andino.
Y lo hizo nada menos que en una sesión del organismo, en su propia sede, en la
ciudad de Washington, en los Estados Unidos.
Explicando ese llamado, Almagro, que desde el vamos
sostiene con buenas razones que la salida de la crisis boliviana pasa por
realizar nuevas elecciones presidenciales, limpias y trasparentes, señaló que
la convocatoria a los dignatarios de la Iglesia Católica boliviana, suponía un
mecanismo para agregar una cuota importante de legitimidad al proceso
indispensable para dejar atrás la gravísima crisis que afecta a Bolivia.
UN ARMA
La Biblia, entonces, se transformó en un arma utilizada
por la oposición contra Evo Morales. Y terminó volviendo a entrar en el Palacio
Quemado. Ingresó esta vez de la mano de la senadora opositora y actual
presidente interino de Bolivia, Jeanine Añez, quien la llevara en sus propias
manos, ante la aprobación y el aplauso entusiasta de sus seguidores que la
acompañaban.
El libro sagrado al que más de mil millones de cristianos
veneran considerando que expresa la palabra de Dios tuvo, según queda visto, un
rol protagónico en la reciente crisis boliviana. El conjunto de textos sagrados
que contiene fue expresamente tenido como una suerte de bandera política
adicional por parte de los líderes opositores a Evo Morales.
Este último ha emitido sobre esta cuestión una opinión
que expresa, con claridad, su visión de la Biblia: "Usan la Biblia, usan a
Jesucristo, para hacer patear a las hermanas en Santa Cruz y hacer arrodillar a
hombres y mujeres. Causa bronca como usan la biblia, la oración, los rezos,
para discriminar a los más humildes".
La expresión transcripta del pensamiento del ex
presidente Evo Morales confirma que la Biblia se transformó, desgraciadamente,
en una de las armas con las que ambos bandos pulsearon en la reciente crisis
política boliviana.
Algunos pueden, quizás, suponer que los enfrentamientos
religiosos que ocurren en el mundo contemporáneo difícilmente deriven en
violencia. Quizás, desgraciadamente, no sea del todo así. Pese a la disminución
relativa de la influencia de las creencias religiosas en la vida pública
actual, éstas siguen flotando sobre algunos de los conflictos de los que somos
testigos. El reseñado caso boliviano parecería, en cierta manera, confirmar la
conclusión antedicha.
* Emilio Cardenas, Ex embajador de la República Argentina
ante las Naciones Unidas.