El 31 de octubre, autoridades de Brasil y Estados Unidos sumaron esfuerzos para desmantelar una
red que desde 2014, habría percibido unos US$
10 millones, producto del traslado de migrantes Asia hasta el Norte de América. Como resultado, capturaron siete personas y bloquearon
42 cuentas bancarias vinculadas a los sospechosos.
Tres de los miembros de esta organización habían sido previamente
identificados y acusados por una corte de Texas, estos serían: Saifullah
Al-Mamun, Mohamad Milon Hossain y Moktar Hossain.
Según la acusación,
la ruta partiría de países del sur de Asia como Afghanistan,
Bangladesh, India, Nepal y Pakistán. Por vuelos comerciales enviarían a
los migrantes a Sao Paulo, Brasil. Allí los recibiría Saifullah, quien
facilitaría el traslado de ellos hasta México, a través de una amplia
red de contactos que tendría en Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa
Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala.
Mohamad recibiría a los migrantes en la ciudad de Tapachula,
fronteriza con Guatemala. Allí les proveería pasajes aéreos que los
llevarían al norte de México. Moktar los hospedaría en un hotel de
Monterrey y posteriormente, contrataría un servicio que los llevara
hasta Río Grande, el cual debían cruzar para llegar a Estados Unidos.
Este servicio tendría un precio aproximado de US$12.500 por
persona. El alto costo no sólo cubriría el extenso trayecto, sino
también los documentos falsos que se les entregaría. De hecho, se habla
de la colaboración de un abogado que se encargaría de solicitar el refugio de los migrantes previo a su arribo a Brasil.
Análisis de InSight Crime
Pese al éxito del operativo, lo alarmante del mismo es que deja al
descubierto el alto grado de organización de esta estructura criminal.
Lo anterior se evidencia en su capacidad para: operar en más de un
continente, establecer contactos con redes locales en al menos ocho
países, brindar documentos falsos y creíbles que permitan el uso de
aerolíneas comerciales, diligenciar solicitudes de refugio y, usar más
de cuarenta cuentas bancarias para ocultar los ingresos adquiridos.
Por otro lado, el modus operandi refleja algunas de las tendencias,
que en los últimos años, se han detectado con respecto al tráfico
extra-continental de migrantes en la región.
Según un informe de 2018 realizado
por la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito
(ONUDD), estadísticas oficiales demuestran que la migración irregular
desde Asia hacia Suramérica ha incrementado. También expuso que los
migrantes que buscan llegar a suelo Norteamericano, tienden a entrar al
continente por vuelos aéreos comerciales con destino a Sao Paulo.
Finalmente, estableció que las redes transnacionales subcontratan
actores locales que prestan los servicios logísticos.
La Organización de Estados Americanos (OEA) también público
el mismo año otro informe sobre migraciones, según el cual la mayoría
de los migrantes que entran a Brasil vienen de afuera del hemisferio.
También identificó que el uso de documentos falsos es un método bastante
empleado. Así mismo, detectó que una vez en el continente, la mayoría
de los inmigrantes se mueven por tierra hacia el norte. Finalmente,
encontró que en México, el mayor flujo de migrantes extra-continentales
se registra en Tapachula.
De acuerdo a Roeland De Wilde,
jefe de la misión de la OIM en Costa Rica, es probable que incremente
este tipo de migración en el hemisferio, dadas las crecientes
dificultades que enfrentan los migrantes de Asia para entrar a Europa.
De ser así, las autoridades tendrían que afrontar con muchas más cabezas
como la que en esta ocasión logró cortar.