La mayoría de países de Europa del Este apoyan los cambios aunque las respuestas difieren según el territorio. Angela Merkel es la líder internacional con mayor aceptación en los países del Este. Sólo un 14% de rusos y ucranianos acepta la homosexualidad.
Casi la mitad de rusos y un tercio de ucranianos y
búlgaros están en contra de la transición hacia el multipartidismo y el sistema
de libre mercado registrada después del periodo 1989-1991, según una encuesta
del Pew Research Center. Los cambios en la política y economía de los últimos
treinta años gozan de buena aceptación por parte de una mayoría de la Europa
del Este. La buena aceptación disminuyó en la encuesta anterior, realizada en
2009 y coincidiendo con la crisis económica, pero ha vuelto a subir este año.
Actualmente, Polonia y la anterior Alemania del Este se muestran favorables a
esta evolución en un 85% mientras que las poblaciones de Bulgaria, Ucrania y
Rusia se muestran más disconformes.
A excepción de estos tres países, la mayoría de europeos
del antiguo bloque oriental valoran positivamente los cambios tras la
disolución del comunismo. El estudio analizó las respuestas de 18.979 personas
de 17 países, de los que 14 son miembros de la Unión Europea, Rusia, Ucrania y
Estados Unidos.
La educación y la calidad de vida son los aspectos en los
que los encuestados perciben que sus países han progresado más en estas tres
últimas décadas, mientras que hay opiniones dispares respecto a la ley y el
orden y los valores familiares y la mayoría dice que ha habido un empeoro de la
sanidad.
Europa es vista como una buena influencia. Entre los 14
países encuestados de la Unión Europea, un 67% tiene una opinión positiva de la
institución y creen que formar parte de ella beneficia a sus estados miembros,
una postura que, en mayor o menor medida, es compartida por la mitad o más de
la población en todos los países del estudio. Polacos y lituanos, dos naciones
que no entraron en la UE hasta 2004, son quienes lideran el ranking en cuanto a
mejor valoración. Sin embargo, los votantes de partidos populistas de
ultraderecha opinan que la integración con Europa ha tenido consecuencias
negativas para sus países. También tienen visiones más hostiles hacia las
minorías.
Angela Merkel es la líder que más confianza inspira en
asuntos internacionales, con una media de aprobación del 57%, por delante de
Macron, Putin y Orban.
Destaca, no obstante, la insatisfacción generalizada con
las élites políticas, a quienes ven lejanas y despreocupadas por los intereses
de los ciudadanos. Un 69% discrepa con la afirmación “La mayoría de los
funcionarios electos se preocupan sobre lo que piensa la gente como yo”. Por
tanto, si bien las antiguas naciones soviéticas confían en el futuro de las
relaciones de su país con la Unión, se muestran pesimistas sobre el
funcionamiento de su propio sistema político.
La encuesta también ha analizado las prioridades de los
europeos, que dan gran importancia a la imparcialidad en la justicia y a la
igualdad de género. Menos relevantes son la libertad de religión y una sociedad
civil libre, aunque las preferencias varían según la nacionalidad.
Donde se ve una clara diferencia entre países de la
Europa del Este y de Oeste es en temas sociales como la aceptación de la
homosexualidad. En este aspecto en concreto, Suecia y España van en cabeza con
un 94% y un 89% respectivamente mientras que solamente un 14% de rusos y
ucranianos se muestran a favor. En cambio, las perspectivas económicas para la
siguiente generación son más optimistas en países como Ucrania, Lituania y
Polonia, lo cual contrasta con España, Italia, Reino Unido o Francia, en los
que menos de un cuarto de la población cree que los hijos vivirán mejor que sus
padres.
Pese a esta visión pesimista del futuro en ciertos
territorios, los resultados muestran una mejora en la percepción de la
situación económica en relación a la crisis de 2009, como es el caso de España,
en la que ha subido treinta puntos respecto a hace una década.