Hace 30 años se desmoronaba el comunismo en Europa del Este. ¿Qué piensan hoy los habitantes de esa región sobre la democracia y la economía de mercado? La respuesta la entrega un estudio del Pew Reasearch Center.
En 1989, Europa estaba de cabeza. El comunismo se fue
desplomando, país tras país, en el Bloque del Este, que terminó colapsando. Una
oleada de optimismo se impuso en el Viejo Continente al caer la Cortina de
Hierro.
Treinta años más tarde, los habitantes de Europa del Este
siguen apoyando ese vuelco político y social, pero no están del todo satisfechos
con la actual situación política y económica de sus países. Así lo revela un
estudio realizado por el instituto demoscópico estadounidense Pew Reasearch
Center, con la colaboración de la Fundación Körber, de Alemania, en que se
consultó a casi 19.000 personas. Su título: "Opinión pública europea, tres
décadas después de la caída del comunismo”.
Bienestar económico
"El grado de satisfacción depende de la prosperidad
económica”, dice Nora Müller. La directora de la sede de la Fundación Körber en
Berlín señala que, por esa razón, el sistema democrático pluripartidista y la
economía de mercado reciben notas especialmente buenas en países como Polonia y
Lituania, que han podido mejorar notablemente el estándar de vida de sus
ciudadanos desde 1989.
Especialmente en los países que ingresaron a la Unión
Europea y que se han beneficiado de ello económicamente, la población se
manifiesta positivamente sobre la evolución experimentada.
Pero la adhesión a los principios democráticos no es
pareja. "En los países de la UE en que la economía no marcha tan bien –por
ejemplo en Bulgaria- la satisfacción es menor”, señala Nora Müller.
Diferencias regionales
A nivel regional existen considerables diferencias. En
Polonia, un 85 por ciento de los encuestados se mostró a favor de la democracia
y la economía de mercado. Similar es el resultado del sondeo en el este de
Alemania (antigua RDA). En la República Checa se registró un 80 por ciento de
adhesión, y en Eslovaquia y Lituania, un 70 por ciento.
Mucho más débil es el respaldo en Ucrania, donde solo la
mitad de los entrevistados están satisfechos con el nuevo orden político y
económico. En Rusia, solo un 43 por ciento mostró entusiasmo por el sistema
pluripartidista y apenas un 38 por ciento manifestó su beneplácito con la
economía de mercado.
Valores políticos y familiares
Cerca del 40 por ciento de los europeos del este
considera que la evolución no ha sido tan positiva en aspectos relativos al
Estado de Derecho, el sistema de salud y los valores familiares.
En algunos países, eso va de la mano del rechazo a otros
modelos de vida. Por ejemplo, sigue habiendo grandes diferencias entre el este
y el oeste de Europa en cuanto a la aceptación de la homosexualidad.
Más allá de los límites geográficos, algunos principios
democráticos tienen más adeptos que otros. "Amplias mayorías asignan gran
importancia a un sistema judicial imparcial y a la equidad de género”, dicen
los autores. Y añaden que "menor es , en algunos casos, el respaldo a la
libertad religiosa y la libertad de acción de grupos de la sociedad civil”. Lo
que más aprecian los encuestados es un Estado de Derecho operante, la libertad
de expresión y la celebración de elecciones libres.
En general, los autores trazan un panorama positivo de
Europa, 30 años después de la caída de la cortina de hierro. Por lo menos, en
la mayoría de los países la gente mira hacia el futuro con cauteloso optimismo.
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