Sólo hay una hipótesis que podría ofrecernos una explicación adecuada a lo que está sucediendo: los países industrializados, los más voraces consumidores del planeta, en su afán por acopiar existencias para los próximos meses, habían mantenido no sólo los precios altos sino en alza sostenida. Ya sus almacenes están repletos, por lo que parece. Han llevado a cabo con éxito una estrategia que ya les conocíamos. Sólo Chávez y sus genios de la "nueva" Pdvsa parece que no lo sabían.

Que en la entrada del frío en el hemisferio norte, cuando la lógica dicta que la necesidad de combustible dispare los precios, estos declinen con insistencia, nos develaría otros asuntos. Como bien lo explicó un experto petrolero en la misma BBC: si la OPEP sólo agrupa a un 40% de los productores de crudo, el 60% restante tiene sus manos libres. Adicionalmente, otras razones tienen que ver con la "lógica" del productor.

En efecto, imaginemos a un país productor de petróleo. Entusiasmado, "a lo Hugo Chávez", con esa realazón, su jefe comienza a comprometerse con obras, con subsidios a terceros, con dádivas-compras a millón. Con "regaladera", a fin de cuentas. En eso, súbitamente observa que su ministro de Energía comienza a hacerle señas de que la "botija" se está secando. Atrapado en medio del show, usted se entregará a cualquiera que le ofrezca precios de gallina flaca, porque no puede frenarse. Por esa razón -muy simple, pero muy lógica, como ven- esa decisión de la OPEP de "cortar la producción en 1.5 millones de barriles diarios" no va a funcionar. La misma BBC lo certificaba el viernes 20.

Hay, sin embargo, "otra" lógica mucho más perversa y que puede hacer un daño devastador.

Veámosla de cerca. En uno de los tantos actos en el Teresa Carreño, en el que Hugo Chávez se regodeaba en su "regaladera", burlonamente se refirió "a esos sesudos analistas que, acompañados de láminas, gráficos y cuentas, vaticinaban que cuando Chávez se vea con un disminuido precio del petróleo no tendrá más remedio que¿ Pues ¡sépase que el barril de petróleo nunca va a bajar de precio!" ¿Qué hará ahora con ese "¡nunca!"?

Bueno¿ el nunca ya llegó. ¿Entonces, qué? Ahora más que nunca se verá que la única revolución que había por estos montes era "bolivariana", con "b" minúscula.

Es decir: de los bolívares, no de Bolívar. Por eso lo que la sostenía y la sostiene -porque así se lo impuso la lógica férrea de la vida, y porque, además, así lo decidió él- era sólo el barril de petróleo. Esta es, pues, una revolución barrilera; nada más, pero tampoco, nada menos.

Al secarse el chorro, se secarán abruptamente las misiones¿ ¡y los estipendios a los misioneros! Detrás vendrán las parálisis progresivas de las obras faraónicas, que quedarán mochas. Y las de más allá de nuestras fronteras, ¡ni arrancarán!

La devaluación será el primer castigo y con ella una galopante inflación que hará estallar al Seniat. ¿Cómo cobrar impuestos cuando la gente ni plata para lo básico tiene?

¿Y la cara internacional de la revolución ahora revolcada? Instantáneamente se dejará sin efecto la compra de armas a Rusia, porque continuarla sería un escándalo intolerable. Como lo sería mantener al imposible gobierno de Evo Morales, la hipoteca cubana y la compradera de bonos-basura a la Argentina.

Mientras, quedarían sin efecto todos los "acuerdos" que este Don Regalón firmó por todos los rincones del planeta. Así su "buen nombre" quedará sellado para siempre.

Lo más grave para la fulana revolución sucedería de puertas adentro. Si con plata pa' regalar la conflictividad social está al rojo vivo, con una sequía abrupta llegaría a ser infernal, sobre todo si se ve aderezada con rapacidad en los predios gubernamentales. Y esta fenomenal conflictividad tendría una "siamesa" inexorable: la agitación política en todos los ámbitos públicos. Veríamos el renacer de sindicatos y universidades, mientras tendrían que cerrar las que el régimen desordenadamente ha abierto y extendido hasta la locura.

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