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24/03/2018 | La crisis de Perú trastoca la agenda política en Latinoamérica

César González Calero

Perú se asoma al abismo tras el descrédito de su clase política

 

La crisis política en la que se ha sumido Perú tras ladimisión de Pedro Pablo Kuczynski porpresunta corrupción ha trastocado la agenda política en América Latina. Con la caída en desgracia del presidente peruano, el eje conservador sudamericano, encabezado por la Argentina de Mauricio Macri y el Brasil deMichel Temer, sufre un serio revés en su confrontación con Venezuela al perder a uno de sus puntales, promotor del denominado Grupo de Lima y anfitrión de la VIII Cumbre de las Américas que se celebrará a mediados de abril en la capital peruana y en la que el bloque conservador tiene previsto reafirmar las denuncias contra el gobierno de Nicolás Maduro. A Kuczynski le sucede su vicepresidente primero, el liberal Martín Vizcarra, de 55 años, investido ya como nuevo mandatario de Perú y que se ha impuesto una misión casi imposible nada más jurar su cargo: "Pondremos nuestro mayor esfuerzo en la lucha contra la corrupción".

Creado en agosto del año pasado y conformado por 14 países, el Grupo de Lima se ha erigido desde entonces en el principal órgano de denuncia contra Venezuela en la región, en sustitución de una Organización de Estados Americanos (OEA) en la que el eje bolivariano lograba hacer valer su contrapeso. Aunque Vizcarra ya apoyó en su día la exclusión de Maduro de la cumbre y seguramente mantendrá la posición crítica de Perú hacia el chavismo, la debilidad del nuevo mandatario (sin partido político y con un Congreso dominado por la oposición fujimorista) hace prever que entre sus prioridades no figurará de momento la política exterior.

La inestabilidad política por la que transita Perú llevó a varios mandatarios sudamericanos a plantearse su presencia en Lima en la Cumbre de las Américas. Macri y el colombiano Juan Manuel Santos, cuyos países son dos de los referentes del Grupo de Lima, dejaron en el aire su presencia en la capital peruana a la espera de ver cómo evoluciona la crisis. El respaldo público de Washington a Perú y la confirmación de que Donald Trump asistirá a la reunión, podrían arrastrar al resto de países a seguir su ejemplo. A la Casa Blanca le interesa mantener en pie un cónclave con el que espera frenar la caída progresiva de su influencia al sur del río Bravo. Al desinterés de Trump en Latinoamérica y su polémica política comercial se une el creciente peso de Rusia y China en la región, donde ambas potencias han redoblado sus inversiones en los últimos tiempos.

Maduro, a quien Kuczynski retiró la invitación a participar en la cumbre,ha celebrado su caída como si se tratara de una victoria política propia. Las gravesimputaciones de corrupción contra el ex presidente conservador peruano parecen haberle dado aire al líder chavista: "Y venía a darnos a nosotros lecciones de moral, de ética", se despachó Maduro, quien ha insistido en que viajará a Limadurante la reunión. Sin embargo, pese al optimismo del mandatario venezolano, el frente antichavista sigue activo en la región. Las próximas citas electorales en Colombia y Brasil serán cruciales para la recomposición de fuerzas. La próxima salida del poder de líderes como Santos o Temer dejan a Macri todavía más asentado como abanderado de la corriente conservadora en Sudamérica y principal oponente a Maduro. El ex empresario argentino goza de índices de aprobación elevados y sueña con la reelección en 2019 al frente de una coalición -Cambiemos- que ha destronado del poder al peronismo. Macri cuenta a su lado con el chileno Sebastián Piñera, cuyo reciente regreso al Palacio de La Moneda ha reforzado el eje antichavista en Sudamérica.

Mientras la región asiste atónita a la crisis política en Perú, las últimas horas de Kuczynski como presidente depararon más situaciones rocambolescas. El economista de 79 años presentó su dimisión el miércoles tras la divulgación de unos vídeos en los que miembros de su entorno trataban de sobornar a congresistas de la oposición para eludir una derrota en el juicio político que el mandatario debía afrontar en el Parlamento por presunta corrupción. Antes de la investidura de Vizcarra, el Congreso debía aprobar formalmente la renuncia de Kuczynski. El debate parlamentario se suspendió el jueves después de que circulara un borrador de resolución en el que se acusaba al presidente dimisionario de "traición a la patria". La votación se pospuso para el viernes por la mañana, unas horas antes de la ceremonia del traspaso de poderes. Alarmado, Kuczynski amenazó, vía Twitter, con retirar su renuncia si salía adelante esa resolución. Finalmente se retiró esa alusión y el proceso de transición institucional siguió su curso. Vizcarra ya es el nuevo presidente de un Perú descompuesto políticamente. El nuevo mandatario tendrá que rehabilitar a una clase política que ha tocado fondo.

El Pais (Es) (España)

 



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