Inteligencia y Seguridad Frente Externo En Profundidad Economia y Finanzas Transparencia
  En Parrilla Medio Ambiente Sociedad High Tech Contacto
Frente Externo  
 
18/10/2017 | Donald Trump y los negocios de las armas

José E. Mosquera

La política exterior de Estados Unidos, en el Oriente Próximo y en el Asia Pacífico, sigue siendo como una partida de póker: regiones que concentran actualmente los conflictos geopolíticos internacionales más críticos. De hecho, son el péndulo de un acelerado rearme militar que genera rivalidades estratégicas y profundas inestabilidades políticas en estas dos convulsionadas zonas del planeta.

 

La visita del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en mayo de este año a Arabia Saudí, marcó un hito en la historia de la industria militar norteamericana. Trump firmó con Arabia Saudí el mayor contrato de ventas de armas en la historia reciente estadounidense, por US$110.000 millones.

Con la compra de armas rusas, que hizo la semana pasada, la monarquía Saudí paso a tener el segundo ejército mejor equipado en el Oriente Próximo. El gasto militar de Arabia Saudí supera los US$63.700 millones y se ha convertido en uno de los países más compradores de armas en el mundo, un lucrativo negocio estimulado de diversas maneras por las potencias que controlan la industria militar en el mundo.

Las compras de armas del régimen de Riad, a Estados Unidos, incluyen escudos antimisiles, radares, misiles y un poderoso programa balístico. Y además, contempla otros acuerdos comerciales con empresas norteamericanas por más de US$270.000 millones.

Las tensiones militares entre la Casa Blanca y el régimen norcoreano, desde que llego Trump a la Casa Blanca y su anunció que no va ratificar el acuerdo nuclear con Irán, no solo han desbarajustado las relaciones de Estados Unidos con sus aliados de la OTAN e Irán, sino que han incrementado los conflictos en el Oriente Próximo y en el Asia Pacífica. Impasse que a la vez estimula también las rivalidades geopolíticas en la Cuenca del Índico y genera un rearme de los países en estas zonas de conflictos. Pero al mismo tiempo son las industrias militares de Estados Unidos, Israel, Rusia, China, Francia y Alemania las grandes beneficiadas con las tensiones que generan las decisiones políticas de Trump. El inquilino de la Casa Blanca ha advertido reiteradas veces que el acuerdo nuclear con Irán no ha disminuido el clima de tensiones en la región, y con el primer ministro de Israel Benjamín Netanyahu acusan a Irán fomentar la inestabilidad política en Irak, Siria y Yemen.

De esta manera, Estados Unidos le hace el juego a la política israelí que fue el primer país de la región en oponerse al pacto nuclear, una apuesta que pondrá otra vez en escenas las viejas tensiones militares en la región. Pero con un telón de fondo de una movida política para incrementar el lucrativo negocio de la venta de armas en la región. En consecuencia, está llevando a Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Bahréin, Kuwait y Omán a rearmarse para defenderse de Irán. Por el otro lado, a Turquía a afrontar los conflictos derivados de la guerra en Siria y el régimen sirio a adquirir armas rusas afrontar a los rebeldes.

El millonario negocio que logró Trump coincide con el acuerdo firmado la semana pasada entre el régimen de Riad y Rusia para la adquisición del sistema de misiles antiaéreos S-400. Los intereses de las potencias han puesto a la monarquía Saudí a jugar a dos bandas, adquiriendo tecnología militar de los bloques, comprando a los rusos un sistema de protección antiaérea de última generación con misiles que pueden derribar aviones a una distancia de 400 kilómetros, una transacción del orden de US$13.000 millones.

Estados Unidos, Rusia, China, Alemania, Inglaterra, Francia e Israel dominan el mercado de las exportaciones de armas y los cinco principales compradores son India, Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos y Pakistán. Los chinos desde hace tres años son los terceros exportadores de armas después de Estados Unidos y Rusia. Superan a Francia, Inglaterra y Alemania.

Las tensiones en el Oriente Próximo y en el Asia Pacífico le han permitido a Rusia abrir nuevos de negocios de armas en países que estaban bajo el control de proveedores occidentales. Los rusos vendieron a Egipto 24 cazas MiG-35, y a Turquía el sistema de defensa antiaéreo S-400; además han incluido en su órbita a Filipinas, Indonesia, Bangladés y otros países. Francia y Alemania no se quedan atrás: han logrado jugosas ganancias en la piñata de la carrera armamentista en estas zonas de conflictos.

Los enfrentamientos de Trump con el líder norcoreano Kim Jong-un, así como las rivalidades de Estados Unidos en el Índico y en el Asia Pacífico con, China han estimulado también el rearme de Japón, Australia, Vietnam, Taiwán, Filipinas, Brunéi y Malasia, para contrarrestar las amenazas chinas. Estados Unidos también ha hecho que Corea del Sur y Japón se armen para defenderse de las amenazas de Pionyang. Igualmente, India ha robustecido su equipamiento militar para enfrentar sus rivalidades con China y Pakistan.

Francia ha formalizado acuerdos militares con Egipto Qatar y logró contratos de venta de doce submarinos a Australia por US$38.570 millones; firmó un acuerdo de cooperación militar con Japón y otros países de la región, que le permitió duplicar sus ganancias en la industria militar. Conclusión: la guerra sigue siendo un lucrativo negocio para las potencias. Se calcula que el rearme en los países del Asia Pacífico este año puede alcanzar los US$435.000 millones y, en 2020, los US$533.000 millones, cifra que superará un tercio del desembolso militar de todo el planeta en cinco años.

América Economía (Chile)

 



Otras Notas del Autor
fecha
Título
01/10/2017|
05/11/2016|
28/04/2016|
29/12/2015|
08/12/2015|
01/12/2015|
21/07/2015|
23/03/2015|
03/03/2015|
05/02/2015|
09/12/2014|

ver + notas
 
Center for the Study of the Presidency
Freedom House