El mensaje se propagó como una imparable bola de fuego. Sucedía pocas horas después de que otro joven muriera asesinado en las protestas que se han desatado en Venezuela contra el gobierno de Nicolás Maduro.

En menos de una hora el rumor de que el líder de Voluntad Popular, encarcelado desde 2014, pudiera haber muerto, conmocionó aún más a una sociedad que vive días tras día en el sobresalto y la precariedad. Hace más de un mes que la esposa de López, Lilian Tintori, no puede visitarlo en el penal militar de Ramo Verde y su desesperación es grande. En medio de las especulaciones y una suerte de histeria colectiva avivada por las redes sociales, se presentó a las puertas del hospital militar para exigir alguna explicación que aclarara una maraña de versiones en la que no faltó un tuit del senador republicano Marco Rubio, uno de los más férreos críticos del chavismo en Washington, en el que daba por confirmado que el opositor estaba hospitalizado en "estado grave".

Mientras a viva voz y con lágrimas Tintori y su suegra pedían ver a su ser querido, Diosdado Cabello, el segundo hombre fuerte del gobierno, transmitía en directo su programa. Con el mazo dando, y a gritos y con comentarios soeces se burlaba de un "rumor" que, según él, había sido fabricado por la oposición. Con su proverbial vulgaridad, Cabello se refirió a López como el "monstruo de Ramo Verde", asegurando que se encontraba bien en su "cueva".

Tal y como suelen hacer los regímenes despóticos cuyos ciudadanos solo son marionetas que manejan a su antojo, poco después del alboroto mediático Cabello mostró un vídeo editado en el que aparecía el dirigente opositor en su celda y en buen estado, mencionando la fecha del 3 de mayo como prueba de que se encontraba en perfectas condiciones.

Solo faltaron risas enlatadas en el esperpéntico programa de un político cuya seña de identidad es una herramienta contundente, muestra inequívoca del talante bravucón del régimen de Maduro. Cabello pretendía desacreditar a la oposición, y llegó a aseverar que el entorno de López preferiría verlo muerto para exhibirlo como mártir y responsabilizar al Gobierno.

Difícilmente se sabrá a ciencia cierta cuál fue la intención detrás de un rumor que puso a prueba la fortaleza de una familia que vive bajo constante asedio. Pero sin duda el origen y la culpa de todo este desconcierto radican en un Gobierno que ignora las denuncias de una mujer que tiene derecho a visitar periódicamente a su marido preso. Maduro, Cabello y toda su corte bolivariana son los responsables de que se especule sobre la integridad física de un hombre inocente al que mantienen encerrado sin las mínimas garantías de derecho. Mientras más se prolonga el cautiverio de López en medio del secretismo, mayor es la incertidumbre.

A la vez que Maduro amarra su golpe de Estado para consolidar un sistema dictatorial, en las calles de Venezuela los jóvenes opositores son asesinados y brutalmente atacados por la policía política. Hoy por hoy es un régimen de terror donde todo vale, incluidos los perversos juegos psicológicos con la intención de ridiculizar y denigrar a la oposición. Leopoldo López es su rehén más preciado y están dispuestos a jugar con su vida como les venga en gana. A estas alturas sus maniobras son tan grotescas como el mazo de Cabello. Eso es lo que queda del circo chavista.