El camino hacia Mosul, cuya segunda jornada conoció ayer escasos avances como anticipo de una larga contienda, será recorrido por un compleja constelación de ejércitos, milicias y países mal avenidos. "La operación es una peligrosa convergencia de actores chiíes, turcos y kurdos, pues compiten por su influencia en el norte de Irak. Un conflicto sectario, étnico e internacional proporcionará oportunidades al IS y otros grupos insurgentes suníes para reconstituirse en zonas que previamente hayan sido limpiadas", advierten desde el Instituto para el Estudio de la Guerra. Un complejo rompecabezas de jugadores con el único objetivo común de doblegar a los yihadistas.

FUERZAS DE SEGURIDAD IRAQUÍES

. El ejército iraquí junto a la Policía federal y unidades como las fuerzas antiterroristas iraquíes lideran la compleja batalla de Mosul. Más de dos años después de la caída de la urbe, las fuerzas del orden tratan de restituir su credibilidad tras diluirse como un azucarillo ante la embestida yihadista. Según órdenes del primer ministro Haidar al Abadi, serán los únicos batallones que accederán a la segunda ciudad de Irak mientras el resto permanece apostado en sus alrededores. En la campaña participan las divisiones 15 y 16 del ejército y la fuerza aérea, entrenados previamente por la coalición internacional. En total, entre 20.000 y 25.000 uniformados que tienen su principal cuartel en Al Qayara, una base ubicada a unos 60 kilómetros al sur de Mosul y arrebatada a los yihadistas el pasado julio.

PESHMERGA

. Los peshmerga (los que se enfrentan a la muerte, en kurdo) son el ejército "de facto" de la región autónoma del Kurdistán iraquí. Hasta 4.000 miembros de este batallón -integrado por los brazos armados de los dos partidos tradicionales del Kurdistán- participan en la primera fase de la operación para recuperar Mosul. Cuando el IS se hizo con el control de la segunda ciudad iraquí y extendió su dominio por el oeste del país, los soldados kurdos ocuparon el vacío dejado por policía y ejército iraquíes en su huida y comenzaron a administrar plazas disputadas históricamente con Bagdad. Desde entonces, han guardado entre quejas de falta de suministro de armas y estrecheces económicas los más de 1.000 kilómetros de frontera que la región comparte con los territorios controlados por los yihadistas. El principal temor, como sugiere el Instituto para el Estudio de la Guerra, es que Erbil "aproveche la oportunidad para expulsar a los árabes suníes de sus hogares como ya hicieron tras las operaciones en Sinyar en noviembre de 2015".

HASHID SHAABI

. Hashid Shaabi (Movilización Popular, en árabe) es un conglomerado de hasta cuarenta milicias -en su mayoría, chiíes- que cuenta con el respaldo de las autoridades chiíes de Bagdad y el vecino Irán. El batallón, compuesto por hasta 120.000 miembros, fue establecido en junio de 2014 pocos días después de que el IS irrumpiera en Mosul y Tikrit. Nació de una fetua (edicto islámico) lanzada por el gran ayatolá Ali al Sistani, la máxima autoridad religiosa chií del país, llamando a los civiles a alistarse para frenar el entonces imparable avance de los adláteres de Abu Bakr al Bagdadi. El número de combatientes chiíes en la operación es una incógnita. Hace una semana dos milicias clave reconocieron haber trasladado 2.000 hombres desde la ciudad siria de Alepo a Mosul. En la práctica, operan lejos de los dictados de la administración iraquí y son el principal elemento desestabilizador de esta campaña militar. Las violaciones de derechos humanos que firmaron durante las ofensivas en Ramadi y Faluya, también de mayoría suní, han sido explotadas hasta la saciedad por la propaganda yihadista. "No me preocupa el conflicto sectario. Todos somos iraquíes aunque tengamos diferentes ideologías. Nuestro enemigo es el Daesh", señala a EL MUNDO el general iraquí Najim al Yaburi, a cargo de las operaciones en la provincia de Nínive.

TRIBUS SUNÍES

. Pertenecen a clanes suníes que han desafiado el terror del IS. El principal grupo es Hashid al Watani (Movilización Nacional, en árabe), fundado y liderado por el prominente político Atheel al Nujaifi, quien ostentara hasta el pasado año el cargo de gobernador de Mosul en el exilio. "La población de Mosul está en guerra contra el Daesh", apunta a este diario Al Nujaifi deslizando el escenario de rebeliones internas en las zonas controladas aún por los yihadistas. El principal y controvertido apoyo de su milicia es Turquía, que ha entrenado a hasta 1.500 hombres entre críticas furibundas de Bagdad y la élite chií.

MILICIAS CRISTIANAS

. Bajo el paraguas de las Unidades de Protección de la Llanura de Nínive, fundadas a finales de 2014, la labor de los cristianos iraquíes se concentra en los pueblos cristianos de la provincia de Nínive. Vinculadas a formaciones como el Partido Patriótico Asirio y financiados por donaciones extranjeras, sus escuadrones están formados por varios miles de fieles que abrazaron las armas tras el avance del IS. "Somos un pequeño ejército que integran cristianos procedentes de distintos lugares de la provincia de Nínive. Tomar las armas no fue una decisión fácil pero no había más remedio que ser realistas", relató a este diario en 2014 Odisho Yusef, ex soldado del ejército iraquí.

COALICIÓN INTERNACIONAL

. La alianza liderada por Washington fue establecida hace dos años para derrotar al IS. Desde entonces su función ha sido bombardear las posiciones yihadistas en Irak proporcionando apoyo en los avances del ejército iraquí y kurdo y adiestrar a miles de soldados. Junto a EEUU, Reino Unido y Francia son los principales integrantes de una coalición en la que también participa un contingente español desplegado al sur de Bagdad. Según el Pentágono, la presencia de soldados estadounidenses se eleva a 5.262 efectivos.