Los presidentes de Cuba, Raúl Castro, y de Estados Unidos, Barack Obama, ratificaron este lunes 21, durante su primer encuentro oficial en La Habana, su decisión de avanzar hacia una relación normal entre los dos países, pese a sus grandes diferencias en temas como democracia y derechos humanos.
Obama llegó a esta
capital en la tarde del domingo 20, acompañado de su familia, y bajo una
pertinaz llovizna realizó un breve recorrido por el centro histórico de Habana
Vieja que finalizó en la antigua catedral capitalina. Allí se reunió con el
cardenal Jaime Ortega, a quien agradeció su participación en el proceso de
restablecimiento de relaciones culminado en julio del año pasado.
Ese gesto fue
considerado muy significativo por sectores cercanos al catolicismo cubano.
"Creo que también está reconociendo el papel desempeñado por la Iglesia
Católica en la sociedad cubana y la solución a problemas relacionados con los
derechos humanos", comentó a IPS el profesor de historia de las religiones
Enrique López Oliva.
"No vemos a Cuba
como una amenaza para Estados Unidos y estamos escribiendo un nuevo capítulo en
las relaciones", señaló Obama en declaraciones al finalizar la reunión con
Castro. El mandatario visitante consideró que pese a las dificultades se está
avanzando en la cooperación en distintas áreas, como salud, ambiente y el
combate al tráfico de drogas.
Al defender su visión
sobre democracia y derechos humanos, Obama indicó que el impulso humano a la
libertad es un deseo universal y el objetivo de dialogar sobre este tema no es
dictar a Cuba cómo debe gobernarse sino tener una conversación franca y honesta
y aprender unos de otros. "Tampoco es el único tema a debatir",
agregó.
Los enfoques opuestos
entre La Habana y Washington han sido motivo de fuertes enfrentamientos
bilaterales en organismos internacionales. No obstante, figuró entre los
primeros asuntos a tratar y se ha mantenido como un punto recurrente durante
las negociaciones en busca de la normalización de los nexos diplomáticos.
Incluso delegaciones
de los dos países se reunieron con ese objetivo el 31 de marzo de 2015, en
Washington, y se prevé que una nueva cita se realice este año en la capital
cubana.
Ante una pregunta
sobre la existencia de presos políticos en el país, Castro pidió que le
hicieran llegar un listado de personas encarceladas para liberarlas de
inmediato.
En la víspera, apenas
horas antes del aterrizaje de Obama, fuerzas policiales efectuaron
numerosos arrestos entre disidentes que acompañaron a las Damas de Blanco,
grupo opositor de mujeres que marchan cada domingo, tras asistir a la misa
católica en un barrio capitalino.
Fuentes opositoras
indican que esas fueron detenciones temporales, una práctica que se ha hecho
habitual según activistas humanitarios. En vísperas de la visita del papa
Francisco, en septiembre, el presidente Castro excarceló a 3.522 reclusos
que purgaban condenas por distintos delitos.
El gobernante
anfitrión defendió la dimensión amplia de los derechos humanos en su país, que
incluye, entre otros, salud, educación y seguridad social para todos los
ciudadanos.
"No es justo, no
es correcto, que se tomen los derechos humanos como motivo de confrontación
política", consideró en el intercambio de ambos presidentes con la
prensa en el Palacio de la Revolución, al final de su encuentro, en el primer
día de visita oficial de Obama, que culmina este martes 22.
La agenda del
inquilino de la Casa Blanca incluyó en la tarde un encuentro con empresarios
estadounidenses y cubanoamericanos, además de representantes del sector
estatal, cooperativo y privado de Cuba.
En un local remozado
del emblemático barrio de Habana Vieja, a orillas de la bahía capitalina, Obama
aseguró que ambos países pueden "sentar las bases de la confianza",
en el foro de negocios, que reunió a más de 200 participantes.
Obama dedicó una
atención especial a intercambiar con mujeres y hombres del sector no estatal,
que presentaron sus emprendimientos, obstáculos y metas de crecimiento.
Con el deshielo
bilateral iniciado en diciembre de 2014, Estados Unidos aspira a que Cuba sea
"un socio que tenga éxito", remarcó el gobernante, y aconsejó
empoderar económicamente a mujeres y afrodescendientes.
El cubanoamericano
Ralph Patiño, que asistió al foro en la Cervecería Habana, indicó a IPS que
"el reto está en lograr más acercamiento y todo comienza por el
comercio".
"La sociedad civil
se beneficiará de paso con las relaciones comerciales", estimó el abogado
e inversionista, que cabildea desde hace dos años por la apertura bilateral.
Mientras el ingeniero
civil cubano Karel Pérez, que espera por la aprobación de las autoridades a su
cooperativa en informática, confesó a IPS que su proyecto de plataforma de
organización de eventos en Internet pudiera entrar en el comercio electrónico
gracias a la flexibilización del bloqueo estadounidense.
"Cuba necesita
de un intercambio comercial fuerte para levantar su economía, sin discriminar
por ningún tipo de sector, ya sea estatal o privado", valoró el
emprendedor.
Obama ha hecho gala
de buen humor y simpatía desde su llegada y aunque su recibimiento se ciñó al
protocolo, mucha gente se las arregló para prever el paso de su comitiva
y saludarlo. Todas las actividades oficiales del visitante han sido difundidas
en directo a todo el país por la televisión estatal cubana.
En horas de la mañana
del martes 22, tiene previsto dirigirse al pueblo de Cuba con un discurso
radiotelevisado desde el Gran Teatro de La Habana "Alicia Alonso".
También sostendrá un
encuentro en la sede de la embajada de su país con sectores de la
disidencia interna y cerrará su histórico viaje a esta nación caribeña con la
asistencia a juego amistoso de béisbol entre equipos de ambos países en el
Estadio Latinoamericano.
Para reforzar el
carácter histórico de esta visita, la primera en 88 años de un presidente
estadounidense a este país, este mismo lunes su secretario de Estado, John
Kerry, sostuvo un encuentro que no parecía posible hasta hace muy poco y que también
es determinante para el continente.
Se trató de una
reunión con los representantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia (FARC), que negocian en esta capital desde hace tres años un acuerdo
de paz con el gobierno de su país, con cuya delegación también se encontró por
separado.
Se trata de un nuevo
espaldarazo al proceso por parte de Obama y su administración.
Con aportes de Ivet
González, desde La Habana.
Editado por Estrella
Gutiérrez