El debate racial resuena con fuerza en Estados Unidos. Por el 50º aniversario de la marcha por los derechos civiles este fin de semana y por los incidentes en Ferguson (Missouri), Staten Island, Cleveland, Wisconsin y un sinfin de estados en los último meses. En ellos, la actuación policial -que ha acabado con la muerte de un afroamericano sin que se presenten cargos contra los agentes- ha vuelto a traer a la superficie una tensión siempre latente en el país.

Con más de 45 millones de ciudadanos afroamericanos, que representan el 14,2% de la población, según la Oficina del Censo, esta comunidad sigue teniendo la percepción de que la igualdad real es una utopía. Una encuesta de Gallup, en enero de 2013 apuntaba que el 69% de los negros consultados creía que tenían menos oportunidades laborales para un trabajo cualificado que los blancos.

Empeoramiento de la situación

En los estudios continuados de la empresa de sondeos sobre cómo son las relaciones raciales en Estados Unidos, se aprecia un notable empeoramiento en el último año. Sólo un 30% de los encuestados en enero de 2015 señalaba que estaban satisfechos con las relaciones frente al 55% que lo declaraba un año antes. Éste es el porcentaje más bajo de los últimos 14 años.

Hace unos meses, el presidente Barack Obama insistía en que hay que "ser persistentes". Durante la entrevista en el canal Black Entertainment Televisión (BET), destinada a un público joven, Obama aseguraba que la situación actual "por muy doloroso que sean estos incidentes", no es comparable con hace medio siglo. "Las cosas están mejor, pero no bien", decía. Un discurso que ha retomado este fin de semana, instando a "trabajar para resolver el problema".

El camino recorrido y por recorrer

Al mirar hacia el Puente de Edmund Pettus de Selma y las imágenes del Bloody Sunday la visión Obama de que la situación ha mejorado es factible. Entre otras razones, porque él es el primer presidente afroamericano de EEUU. Hace 50 años, los 'negros' -ahora afroamericanos, porque el lenguaje también ha cambiado- no podían votar; tampoco otras minorías a las que se privaba de ese derecho constitucional. La legislación que eliminó esta discriminación fue aprobada por el entonces presidente Lyndon B. Johnson en agosto de 1965. La segregación estaba patente en las escuelas y en las calles.

En 1970, menos de un 10% de los afroamericanos tenía estudios universitarios, una cifra que en 2012, alcanzó el 21% entre los jóvenes de 40 años, según un estudio de Harvard. La formación académica, sin embargo, no siempre ha ido aparejada de buenos puestos de trabajo y sueldos. En 1983, los salarios de los negros eran un 18,4% más bajo que los de los blancos. Dos décadas más tarde, la brecha se había incrementado hasta el 21,6%

Estos datos son una muestra de que, como también decía Obama, el "proyecto está inacabado", en referencia al movimiento por los derechos civiles iniciado en los 60.

En febrero de 2014, el presidente puso en marcha la iniciativa 'My Brother's keeper' encaminada a mejorar el acceso a la educación de minorías como la latina y la afroamericana. En el área de la Justicia y las fuerzas del orden, también queda mucho por hacer. El último informe del Departamento de Justicia sobre los incidentes de Ferguson, en los que el afroamericano Michael Brown fue abatido por el agente Darren Wilson en agosto de 2014, ha sacado a la luz el trato discriminatorio de la policía. Después de analizar documentos del trabajo realizado por los agentes entre 2012 y 2014, encontraron que el 85% de las detenciones de tráfico y el 93% de los arrestos se fueron a ciudadanos de color; estos representan el 67% de la población del estado.