La aparición pública a comienzos de año de "la Yaqui", Sandra Jaquelina Vargas, presunta líder de una organización narco en el departamento de Godoy Cruz, mostró una realidad que muchos no querían ver. El periodismo logró hacer su trabajo, pero Gobierno y Justicia se mostraban ajenos, hasta que la presión mediática generó una reacción oficial, lo que permitió que la mujer y parte de su banda, que incluye a familiares, encargados de la distribución, fueran imputados por asociación ilícita, venta de estupefacientes y lavado de activos. Por ahora, esa causa no avanza.

Al mismo tiempo, hay muchos movimientos en las diferentes barriadas mendocinas que no se detienen. En los últimos días, a la par de la difusión de nuevos casos y homicidios vinculados a la venta de estupefacientes, las autoridades se han encargado de aclarar y de relativizar cifras, entre ellas, las publicadas por la nacion, y aseguran que la comercialización minorista de estupefacientes es difícil de medir. Sin embargo, el titular de la Policía de Mendoza, Juan Carlos Caleri, ex director de la División Lucha contra el Narcotráfico, conocedor del paño, fue quien admitió que el narcomenudeo sigue en alza en la provincia y que en relación con el año pasado la cantidad de "quiosquitos" desbaratados por la fuerza creció estimativamente un 30%. Los datos oficiales indican que en lo que va del año ya se desbarataron 350 centros de comercialización en los barrios mendocinos.

El ministro de Seguridad, Leonardo Comperatore, intentó desacreditar la información, y explicó, como suele hacer en estos casos que incomodan, que "no aumentó el narcomenudeo en Mendoza, sino el accionar policial". Todo es muy sensible y confuso puertas adentro del Ministerio de Seguridad.

Para los especialistas en narcotráfico, no toda la responsabilidad recae en el Ejecutivo, sino que apuntan sus lupas hacia las decisiones judiciales que empiezan a amparar a los vendedores por cuestiones de subsistencia familiar y a rechazar las penas mínimas establecidas en el Código Penal, por lo que les aplican condenas, pero los dejan en libertad. Así, se les allana el sendero para seguir en el mercado.

Mientras, los homicidios en la provincia siguen en alza: en lo que va del año se incrementaron un 50% en relación con 2013.

Por otra parte, los estudiosos de la problemática cuestionan la despenalización y descriminalización de la tenencia para consumo por considerar que se van a generar personas más violentas.

En Mendoza ya es común conseguir drogas. Se vende marihuana y cocaína a la vuelta de la esquina y para abastecer la demanda, el microtráfico se ha convertido en el negocio perfecto para todos los eslabones de la cadena. Así las cosas, en la tierra del sol ya no se puede tapar esto con la mano. Alguien debe frenar esta locura y tomar conciencia del daño que hace a todos y actuar en consecuencia.