Intenta en esta oportunidad la MUD reverdecer su relación con el pueblo, apelando a ese intercambio de mejores intenciones. Si este esfuerzo fue un fracaso a principios del año para la paz y reconducción de la administración, ¿por qué ahora será un éxito?

Para ese momento eran más los dignatarios de países libres convencidos que Maduro usurpaba la magistratura por confabulación del aspirante presidencial con funcionarias del poder electoral en detrimento de Henrique Capriles, quien cantó fraude.

Si el mandador desesperado intenta evitar renunciar por ausencia de apoyos y apela a estrategias extremas tales como confiar más en los colectivos armados, llámese Juan Montoya o 5 de marzo, que la Fuerza Armada Bolivariana; en la reunión unitaria el ambiente no es diferente.

Siento pena al observar el poco eco conseguido hoy por hoy en la sociedad civil ante la iniciativa de la conversación a pesar del llamado fraternal de la Iglesia.

No es este el momento de la coordinadora; el país exige libertad para Leopoldo López, Scarano, Ceballos y los retenidos por no callar, que los partidos tradicionales desdeñaron. Ese y no otro es el sentimiento patriota.

Ahora cuando las Naciones Unidas, la Unión Europea, la Internacional Socialista, el Papa Francisco abogan por la liberación de López en evidente sentencia de inocencia hacia el alcalde y los retenidos de conciencia, un sector intenta lavarle la cara al déspota.

El parroquiano nada quiere con los esbirros de febrero y los santiguadores de oficio. Sin ánimos tremendistas les indico que el venezolano, incluyendo el PSUV, está arrecho y hará todo lo que sea necesario para salir de esta pesadilla de desgobierno Chávez- Maduro. En el terruño sudamericano el único inventario que existe es la esperanza, lo físico se agota.

La conciliación con la izquierda revolucionaria de nada servirá, es un guión conocido, ojalá no le inventen a Jesús Torrealba una patraña como la que en fallido intento pasado por desprestigiar a Ramón G. Aveledo le endilgaron al cuerpo colegiado, ser solicitantes de posiciones burócratas en la administración central.

Es verdad que Leopoldo López asumió el camino de la protesta de calle consagrada en la carta magna, en el primer trimestre, pero sin duda asistir a ese encuentro en igual fecha mostraba claramente una celada y así lo avizoró.

Los grupos de ley no pueden convertirse en el eje de quienes adversan a Maduro Moros, deben solo sumarse sin ánimos de jefe.

Por los resultados de la anterior consulta y el apretón de manos de Capriles Radonski con el conductor seríamos hoy por desprestigio incoado desde Miraflores una suerte de despacho oficial, algo parecido a una taquilla de quejas y reclamos. López evita tal irrealidad.

El intercambio fructífero de criterios deseado por buena parte de la sociedad civil y que asume como coordinador internacional Aveledo pomposamente, debe ser en público y no en conciliábulo que tan nefastas consecuencias ha producido para los habitantes.

La gaceta oficial trae vía habilitante 28 leyes para abotonar con mayor rigor la chaqueta de fuerza impuesta a todos.

De estas que poco o nada se saben, destaca el estado de excepción, el cual puede ser esgrimido por el ejecutivo en épocas de paz cuando solo se justifica en momentos de calamidad pública. Preparen el bolsillo, ya a que al robo del dinero petrolero se preparan ahora para exprimir al contribuyente mediante, régimen cambiario, tasas aeroportuarias, timbres fiscales, unidades de propiedad social, pequeñas y medianas empresas, como la simplificación de trámites, entre otras.

Torrealba debe exponer a la luz de todos las demandas y estar dispuesto a defender su basamento con igual transparencia al requerir también derogaciones de textos no consultados.

Todas las mediciones de opinión dan como resultado salir, con Leopoldo López de favorito, de la actual conducción. En los corrillos, bodegas, campos de deportes, escuelas y universidades es común escuchar “por cualquier vía”.

La única reciprocidad conocida terminó siendo sorda y trajo como derivación aumento de la diáspora en el mundo; el sometimiento en cárceles, torturas y violaciones a menores de edad en retenes de la policía secreta; ausencia crítica de bienes comestibles; índices de muertes en manos del hampa nunca antes visto; y el hambre pareja. No se sienten a conversar con los invasores, párense en plazas Bolívar de la geografía y grítenles a los opresores que se vayan con su Maduro a cuesta.