La emoción suele aparecer en sus intervenciones y en esta ocasión, que parecía tratarse de la conquista del espacio, no fue diferente. La presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, celebraba el lanzamiento del primer satélite de comunicación hecho en Argentina. «Es una conquista de todos los argentinos. Me pregunto –dijo complacida- si yo no hubiera ganado las elecciones del 2007 y 2011, si hoy tendríamos este Arsat (el satélite), si lo tendríamos en el espacio… Esta es la gran duda y el gran interrogante que más que hacérmela yo sé lo tienen que hacer el resto de los argentinos».

En «cadena nacional», que obliga a interrumpir las señales de todas las emisoras de televisión y radio, Fernández de Kirchner, aprovechó su comentario como lanzadera de otros posteriores para sacudir, a su manera, a la oposición que ya calienta motores con vistas a las elecciones del 2015. «Los satélites no se pueden ni bajar ni derogar», comentó irónica.

La indirecta iba dirigida a los partidos que advierten que la cascada de leyes y reformas de última hora que está aprobando el Ejecutivo, con su mayoría parlamentaria, serán derogadas en un próximo Gobierno. «Ya están desplegadas las alas del Arsat y creo que también las alas de los argentinos y de Argentina», siguió la viuda de Néstor Kirchner.

Como es moneda corriente en las intervenciones de Cristina Fernández, mezcló la cuestión espacial con otros asuntos más domésticos o terrenales. El más polémico fue el de la deuda Argentina. «En tiempos donde fondos buitres, con alas negras, nos quieren embargar el presente, nos quieren hipotecar la vida de millones de argentinos y de futuras generaciones y otros de aquí adentro nos quieren derogar los sueños, les decimos que los sueños y el futuro no se derogan y las alas del Arsac están desplegadas».

Fallos en la telefonía

Desde su despacho de la Casa Rosada, CFK, siglas por las que se identifica a la presidenta, continuó su relato épico. «Parecía una utopía, una cosa de locos. Y sí, a lo mejor era un poco cosa de locos en aquel 2006 donde recién empezábamos a despegar de la crisis», insistió al recordar el año que se concibió el proyecto que tanto entusiasmaba, según dijo, al difunto ex presidente Néstor Kirchner.

El malestar en la población por el mal funcionamiento de la telefonía celular y las críticas a empresas, incluida Movistar/ Telefónica, son una constante en un país donde mantener sin cortes una conversación es casi motivo de celebración. Estos problemas no fueron mencionados por la presidenta. Fernández prefirió insistir en su discurso con los colores y el vuelo de pájaro del satélite y del mundo. «Las alas de la Argentina -insistió- que no son alas negras ni de destrucción, son alas blancas, del progreso, de la ciencia, de la tecnología, de la libertad, de la igualdad… Son las alas de la patria». Finalizada su intervención, la pregunta de qué sería de Argentina, «la gran duda, la gran interrogante», si ella no hubiera ganado dos veces consecutivas las elecciones, quedó flotando en el aire.