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13/09/2014 | El «sí» quiere sacar la flota nuclear para 2020

Borja Bergareche

El puerto de Faslane alberga desde 1963 la base de submarinos nucleares de la Navy

 

En caso de victoria del «sí» el próximo jueves, el nacionalismo escocés ha anunciado ya que la futura constitución escrita del hipotético nuevo Estado definiría a Escocia como un país «libre de nucleares». Según los planes de Alex Salmond, el Reino Unido tendría hasta 2020 para sacar de aguas escocesas la flota de submarinos nucleares fondeada en la base de Faslane, en la desembocadura del río Clyde al oeste de Glasgow. La perspectiva de un traslado forzoso pone los pelos de punta al «establishment» militar británico que, en 1963, eligió este puerto de aguas profundas como base de submarinos.

En abril, el almirante jefe de la Royal Navy, Sir George Zambellas, advirtió en un artículo publicado en «The Daily Telegraph» que un traslado «dañaría el corazón de las capacidades que comforman la Royal Navy, los Royal Marines, la Flota Auxiliar y la Fuerza Aérea de la Armada». En reiteradas ocasiones, Zambellas ha advertido que, «mientras el Reino Unido restante terminaría por adaptarse, el impacto más profundo lo sentiría Escocia», en un escenario de independencia.

El debate sobre el futuro de la flota nuclear es una de las cuestiones más debatidas tanto en los círculos oficiales tanto en Londres como en Edimburgo. El exministro de Defensa y actual titular de Exteriores, Philip Hammond, ha advertido ya que la secesión pondría en cuestión proyectos estratégicos de la industria de la defensa británica en Escocia, como la construcción de la nueva generación de fragatas de Tipo 26, prevista en los astilleros del río Clyde.

«Es un aspecto clave de cualquier negociación que pudiera surgir en caso de victoria del "sí", y una cuestión muy, muy importante», explica Hugh Chalmers, experto del Royal United Services Institute, uno de los think-tanks más respetados en el ámbito de la Defensa.


–¿En qué consisten las instalaciones?

El puerto de aguas profundas de Faslane sirve de base para los cuatro submarinos de la clase Vanguard que sostienen, desde los 90, la estrategia de disuasión nuclear británica, basada en la permanencia en el mar de al menos un submarino armado con misiles nucleares en todo momento. Los misiles de tipo Trident se almacenan de forma separada en un depósito en la cercana Coulport.

A diferencia del puerto, que podría replicarse en otras localizaciones, los expertos destacan las características únicas del depósito, dotado de equipamientos altamente especializados para el traslado de los misiles y de las cabezas nucleares, almacenados en búnkeres de hormigón construidos específicamente para esa función. Además, Reino Unido puede disponer de 70 misiles almacenados en un depósito estratégico conjunto situado en Georgia (EE.UU.).

–¿Es factible el traslado? Sí, pero en 2028

En 2012, un informe parlamentario concluyó que recrear unas instalaciones similares sería «muy problemático y muy caro». En cambio, los expertos del respetado «think-tank» Royal United Services Institute (RUSI) de Londres estiman que sería «factible» y con un coste asumible de entre 3.100 y 4.400 millones. Pero la fecha realista es, en su opinión, 2028 –y no 2020 como quiere Salmond–, coincidiendo con la entrada en operaciones de la nueva generación de submarinos llamada a suceder a los actuales Vanguard.

Entre las posibles ubicaciones alternativas, los expertos citan el puerto de aguas profundas de Milford Haven en Gales o Plymouth, donde la Armada tiene su principal base de reparación de submarinos en el astillero de Devonport. En este caso, la cercanía a un núcleo de población como Plymouth, con unos 250.000 habitantes, haría muy difícil el traslado del depósito de misiles. Los expertos incluyen también entre las alternativas viables el compartir bases conjuntas con países aliados, como Francia o la base de King's Bay, en Georgia (EE.UU.).

–¿Existen antecedentes?

Tras la creación del Estado Libre Irlandés en 1922, el Reino Unido siguió usando durante más de quince años tres puertos irlandeses de aguas profundas que resultaban clave para el despliegue de la Royal Navy, preocupada entonces por la creciente presencia de submarinos alemanes en el Atlántico. Londres ha descartado ya esta posibilidad. Como advierte Hugh Chalmers de RUSI, «el gobierno escocés reconoce que, si se independizan, habría un periodo en que el Reino Unido tendría sus fuerzas nucleares en un país extranjero, y el Reino Unido sería el primer país en hacerlo».

Hipótesis que, lógicamente, irrita al estamento militar. El almirante Sir Mark Stanhope, jefe de la Armada hasta el año pasado, advertía en una carta enviada este mes a Salmond que el traslado abriría un «peligroso periodo de inestabilidad». La medida sería «impopular con muchos de los aliados naturales de Escocia, especialmente nuestros amigos en Escandinavia y el Báltico que dependen del Reino Unido para la defensa mutua de su espacio aéreo y sus aguas territoriales».

El gobierno británico se ha mostrado dispuesto a cooperar en materia de contratos de defensa, por ejemplo, y algunas fuentes hablan de la «conectividad» militar que deberían tener las fuerzas armadas de una Escocia independiente y el resto del Reino Unido. Un escenario que quedará despejado el próximo jueves, con el voto de los escoceses.

ABC (España)

 



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