El III Congreso del Partido Socialista de Venezuela (PSUV) celebró su tercera jornada transformado en un cónclave de homenaje a dos Hugos: a Chávez en el día de su 60º natalicio, en un intento de fortalecer el culto semirreligioso a su figura, y a Carvajal, el general que fuera director de la Inteligencia Militar convertido en la estrella sorpresa tras su liberación y regreso desde Aruba.

Sobre el 'otro Hugo', como se le conocía durante la Presidencia de su tocayo, pesan varias denuncias de narcotráfico y de apoyo a la guerrilla de las Farc. "El amor del pueblo le mantiene vivo a Chávez, porque Chávez somos todos, por hoy y por siempre", clamó ayer domingo Nicolás Maduro, elegido por aclamación presidente del PSUV durante el fin de semana. El redentor del pueblo venezolano también fue nombrado líder perpetuo del partido. Dos elecciones preparadas desde hacía semanas, que no sorprendieron a nadie y que tampoco necesitaron una votación formal. El Congreso, que acaba mañana, discutirá acerca de las distintas propuestas que Maduro ha dejado encima de la mesa política, todas ellas atadas al Plan socialista de la Patria. La primera tesis de Maduro es que "sin socialismo no es sostenible ni la independencia ni la soberanía en Venezuela".

El hijo del presidente

Los debates públicos, en los que también participó su hijo, Nicolás Maduro Guerra, dieron ayer paso a los fuegos artificiales, tartas, cohetazos y la visita del presidente a la casa natal de su padre político en Sabaneta.

El primer mandatario plantó un árbol en el jardín familiar, a pocos metros de donde en 2013 confesó públicamente que se le había aparecido Chávez en forma de pajarito.

El cónclave chavista no abandonó sus habituales devaneos metafísicos, incluso para explicar los sorprendentes acontecimientos de las últimas horas. "'El Pollo' (otro de los seudónimos de Carvajal) está vivo y libre gracias al milagro que vivimos permanentemente. Un venezolano de bien, trabajador", se congratuló Maduro. Tanto fue el entusiasmo presidencial que fue la propia Cilia Flores, "primera combatiente revolucionaria", la encargada de recibir al general a pie de avión en el aeropuerto de Maiquetía.

Una vez en el Congreso, Carvajal obtuvo una de las mayores ovaciones de su vida: "¡Victoria popular, victoria popular!", le regalaron cientos de dirigentes del chavismo a uno de los militares más temidos del país.

Estados Unidos, que había iniciado los trámites de extradición contra Carvajal, no cree que se trate de un milagro divino.

El papel de Holanda

"Estamos preocupados por los informes confiables" que aseguran que Venezuela "amenazó" a Holanda y Aruba para obtener la liberación del "solicitado narcotraficante", según un comunicado emitido por el Departamento de Estado.

Carvajal figura en la Lista Clinton desde 2008 y su nombre aparece en al menos una docena de expedientes relacionados con la guerrilla de las Farc y el tráfico de drogas.

Washington, que se mostró "muy decepcionado", insiste en que seguirá luchando para obtener su captura. Para Maduro la decisión de Holanda fue "muy valiente". Y para el país centroeuropeo, la liberación de Carvajal se produjo en "aplicación del Derecho Internacional", tras haberle detenido a petición de Estados Unidos.

Eso sí, el ex jefe de los espías no podrá volver a los territorios holandeses: fue expulsado y declarado persona non grata. Analistas locales consideran que con esta decisión Holanda se lava las manos: libera al general interpretando a su favor normas internacionales, pero no le exonera de sus múltiples acusaciones.

Holanda y Venezuela mantienen unas buenas relaciones económicas, en materias petroleras y turísticas, estrechadas en noviembre pasado durante la visita a Caracas de los Reyes Guillermo Alejandro y Máxima. Aún más estrechas son las relaciones entre Caracas y Aruba, que en gran parte depende de sus rebajas energéticas y del turismo venezolano.

El hijo de Chávez contraatacó como suele, animado por la victoria diplomática obtenida tras cuatro días de verdadera angustia revolucionaria: amenazando. "Somos capaces de lo que sea para defender la revolución", resaltó Maduro, quien no dudó en señalar a uno de sus enemigos tradicionales: "El paraco (paramilitar) Álvaro Uribe (ex presidente de Colombia) se la juró".