La histórica votación en el Sínodo General de la Iglesia de Inglaterra cierra un siglo de debate sobre la igualdad de género en la Comunión anglicana y asegura luz verde a la mujer en su ascenso hasta la cúspide de la jerarquía eclesiástica. El propio arzobispo de Canterbury, Justin Welby, aventura su relevo entre el sexo femenino dentro de unos diez años, pero de momento las primeras candidatas al obispado ocuparán un rango inferior, como asistentes del obispo diocesano.

Una vez ratificada la legislación, el próximo noviembre, la mujer habrá superado todas las trabas para entrar en el obispado por la puerta grande y con escaño en la Casa de los Obispos del Sínodo General. La Iglesia de Inglaterra igualará entonces su situación a la veintena de provincias anglicanas que cuenta con al menos una obispo femenina entre sus líderes espirituales, incluida la vecina isla de Irlanda.

Entre las primeras candidatas al obispado en Inglaterra se mencionan los siguientes nombres:

• Reverenda Rose Hudson-Wilkin, jamaicana de 51 años, casada y con tres hijos. Es la primera mujer que fue seleccionada para ejercer de capellán en la Cámara de los Comunes del Parlamento británico. Es vicaria también de dos parroquias del este de Londres.

• Reverenda Vivienne Falull, de 57 años y licenciada en Historia por la Universidad de Oxford, ascendió al sacerdocio entre el primer grupo de mujeres que fueron ordenadas en 1994. Deán de la catedral de York, ocupó el mismo puesto en Leicester y antes fue capellán de un par de colleges en las universidades de Cambridge y Oxford.

• Reverenda Jane Hedges, 57 años, es muy popular y conocida por sus funciones canónigas en la abadía de Westminster. Se ocupa de los feligreses más ilustres, desde la reina Isabel y sus familiares al papa Benedicto XVI en su visita al templo en 2010.