A sólo dos semanas de las elecciones presidenciales en Colombia, la campaña de los dos candidatos que encabezan las encuestas -el actual presidente-candidato Juan Manuel Santos y su inmediato rival, Óscar Iván Zuluaga- se han enzarzado en una guerra sucia que ya se ha cobrado dos cabezas.

El primer escándalo estalló el pasado fin de semana, cuando el columnista de la revista «Semana» Daniel Coronell contó cómo J.J Rendón, estratega y publicista venezolano quien hace cuatro años logró rediseñar la campaña de Santos y lo llevó al éxito, recibió doce millones de dólares de los narcos a cambio de que les pusieran en contacto con el ahora presidente colombiano para negociar con la Justicia y evitar su extradición a Estados Unidos.

Según Coronell, Rendón fue mencionado por el narcotraficante Javier Antonio Calle Serna, miembro del Clan de los «Comba», uno de los nuevos grupos que manejan el negocio de la droga en Colombia, como el encargado de mediar ante Santos.

Rendón renunció de inmediato. Dijo que sí había intermediado, pero que nunca recibió un dólar de «los Comba». «Lo último que quiero es hacerle daño a la campaña del doctor Juan Manuel Santos, a quien admiro y respeto profundamente. Es obvio que este escándalo obedece a un complot para conseguir ese cometido», señaló.

Santos aceptó la renuncia y Óscar Iván Zuluaga, quien representa al partido Centro Democrático Alternativo, cuya cabeza visible es el hoy congresista Álvaro Uribe Vélez, subió ocho puntos en las encuestas.

Los santistas contraatacaron. Rodrigo Pardo, el director de RCN, canal de televisión abiertamente cercano a Santos, denunció cómo recibió una visita del principal asesor de Zuluaga, Luis Alfonso Hoyos, quien llegó acompañado de Andrés Fernando Sepúlveda, uno de los jóvenes que trabajaba en la campaña en el tema de redes sociales. «Hoyos ofreció entregarme una información muy delicada sobre la manera en que las FARC –en actuales negociaciones de paz con el Gobierno- estaban amenazando a quienes no votaran por el presidente Santos en el sur del país (bastión de las FARC, primera guerrilla del país, con la que Santos lleva más de un año negociando en La Habana)», dijo Pardo. Ex canciller y ex director del diario «El Espectador», Pardo explicó que no aceptó difundir la información porque, al cotejar datos, no eran fiables.

Contra el proceso de paz

Sepúlveda fue arrestado y podría afrontar 18 años de cárcel. Por su parte, Hoyos renunció a su cargo. Mientras tanto, el fiscal general colombiano, Eduardo Montealegre, explicó en rueda de prensa que este ingeniero tenía en su poder no sólo información valiosa y secreta sobre el proceso de paz en La Habana, sino la lista de personas que se han desmovilizado de la guerrilla. «La única finalidad de esta oficina -dijo refiriéndose a la función de Sepúlveda en la campaña de Zuluaga- era afectar el proceso de paz en La Habana», repitió.

Mientras los dardos iban de un lado a otro (e incluso el ex presidente Uribe (2002-2010), el más férreo opositor a Santos, metía leña al fuego diciendo que dos de esos doce millones de dólares de «los Comba» entregados a JJ. Rendón habían financiado la campaña de Santos en 2010), los demás candidatos a la presidencia colombiana -que junto al voto en blanco aglutinan el 60% de los votos- se mantuvieron en silencio. Se habla incluso de que se unan para derrotar a Santos y a Zuluaga. Todo puede ser posible a sólo dos semanas.