Nicolás Maduro convocó este sábado al chavismo para gritar "por la paz, contra el fascismo y contra el golpismo", en un intento de recuperar la calle perdida por el oficialismo durante toda la semana. Doce horas antes celebraba el Día de San Valentín con su mujer, Cilia Flores, con una cena romántica.

Así al menos lo anunció el viernes por la noche, durante la presentación de su otra gran apuesta gubernamental: el Plan de Pacificación. El lanzamiento de la iniciativa pacifista del 'hijo de Chávez' coincidió con la represión policial contra la marcha de estudiantes en Caracas.

Chorros de agua, perdigonazos y gases lacrimógenos caducados, que son de mayor alcance y más tóxicos, según Últimas Noticias. Miembros de la organización Provea acusaron al Gobierno español de proveer este material antidisturbios a la policía bolivariana.

Así se vive el surrealismo mágico de la revolución bolivariana, entre pintorescos anuncios de golpes de estado que nunca suceden (va una docena durante los 10 meses de gobierno de Maduro) y declaraciones que contradicen a los hechos. La opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha exigido al Gobierno que presente pruebas de la asonada militar.

"¡Vamos a darle calle a los que quieren calle! ¡Calle y más calle para que haya paz y más paz, patria y más patria! Llamo a todo el pueblo a la calle para garantizar la paz", clamó Maduro en la Avenida Bolívar.

El primer mandatario apeló a sus partidarios más radicales: "Ni un milímetro de debilidad, ni un segundo de vacilación... ¡Que se vayan para el carajo con su fascismo, que se vayan para el carajo y nos dejen construir patria!".

Maduro exprimió al máximo su habitual retórica bipolar, que como el péndulo de un reloj pasaba de exaltar la paz y el amor (incluido un largo beso a Flores, "la primera combatiente de la revolución" y la confesión de que "los patriotas podemos ir a rumbear y luego a la calle") a castigar y amenazar con saña a sus detractores.

Asonada fantasma

También acusó al ex presidente colombiano Álvaro Uribe de financiar a grupos fascistas. "Buscan llevar a nuestro país a un golpe de estado", insistió una vez más. "¡A Venezuela no la incendia nadie! ¡Alerta al pueblo! ¡Alerta a la Fuerza Armada!", destacó.

El principal culpable de la asonada fantasma, según la propaganda oficialista, sería Leopoldo López, coordinador de Voluntad Popular y líder del ala radical de la oposición. "¡Cobarde, fascista, entrégate, que te estamos buscando!", le conminó el presidente, que acusa a López de ser un prófugo. En cambio, desde el partido del ex alcalde de Chacao se asegura que su líder espera pacientemente la detención policial desde hace tres días.

Maduro dio un giro a sus habituales loas y aplausos a los llamados colectivos revolucionarios, a quienes testigos presenciales, ONG y grabaciones de vídeo acusan del asesinato de los dos jóvenes el 12F. "Aquel que se ponga una franela roja con la cara de Chávez y saque una pistola, ése no es revolucionario", concedió el presidente, quien sin embargo no ha ordenado el desarme de uno de los brazos más violentos del chavismo.

El anuncio de Maduro ocurre pocas horas después de que el Foro de la Vida, que agrupa a varias ONG, hubiera denunciado "el uso de cuerpos parapoliciales para disuadir o disolver las manifestaciones con armas de fuego".

Defensores de derechos humanos alertan desde el jueves sobre las "acciones represivas" de la policía y la "política de criminalización de la protesta", postura muy parecida a la expresada por Amnistía Internacional y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Peticiones de liberación de los detenidos

A la misma hora que Maduro arengaba a sus seguidores, una marcha convocada por madres de estudiantes crecía y crecía en su camino hacia la sede de la Magistratura. "Madres arrechas (valientes) con mis hijos no te metas", "Estudiantes, valientes, las madres están presentes" y "Madres con bolas, no con balas" se cantaba y se leían en las improvisadas pancartas.

Cientos de mujeres, vestidas de blanco en un remedo de las conocidas Damas de Blanco de Cuba, se sumaron a los jóvenes estudiantes, maltratados por la policía horas antes. Todos juntos recorrieron varias calles para volver a pedir la liberación de los estudiantes detenidos, pese a las advertencias realizadas por el Gobierno.

Maduro insistió en que no va a permitir que "tranquen las autopistas en este país". También castigó sin metrobús a los municipios opositores de Chacao, Sucre y Baruta, amparado en los destrozos de los últimos días.

Al otro lado de la ciudad, en el barrio español de La Candelaria, varias decenas de personas rezaron para homenajear al joven Bassil Dacosta, asesinado el miércoles de un balazo en la cabeza. De momento no hay ningún detenido por este crimen.

A las críticas de jóvenes, madres, oposición y organismos internacionales se sumó ayer Heinz Dieterich, antiguo gurú político de Hugo Chávez y creador del socialismo del siglo XXI. El politólogo germanomexicano apostó por la creación de un "Gobierno de salvación nacional" ante la situación de parálisis que vive el país, y que además puede llegar a ser una "catástrofe".

Según desveló Dieterich a la cadena CNN, una parte del chavismo vería con buenos ojos la inclusión del líder opositor Henrique Capriles en ese Gabinete. Un Gobierno más fuerte podría aplicar "medidas económicas dolorosas".