1. El próximo 4 de junio se realizará en Perú -una importante e histórica nación andina- el segundo turno de las elecciones nacionales, en el cual participarán 16 millones de electores. Si el candidato populista Ollanta Humala resulta derrotado, los peruanos podrán dar un decisivo frenazo a la embestida del neoimperialismo "chavista", cuyo más reciente logro, la victoria de su candidato anarco-indigenista en el gobierno de Bolivia, ya está mostrando lamentables frutos.

2. Al igual como lo hizo en Bolivia, el presidente Chávez, de Venezuela, ha intervenido directamente en los asuntos internos del Perú con declaraciones favorables a Humala y, al mismo tiempo, con ofensas a quienes se le oponen.

No obstante, en el caso peruano el hechizo parece estar volviéndose contra el hechicero, porque ciudadanos de todos los niveles y condiciones sociales han sabido defender la honra nacional. Al mismo tiempo, la Bolivia de hoy, con medidas del nuevo gobierno por un lado estatizantes y, por otro, anarquizantes, está siendo vista por los peruanos como una proyección del Perú de mañana en caso que la victoria sea de Humala.

Iberoamérica entera se vuelve entonces, con expectativa y esperanza, hacia el Perú y los peruanos, en un momento histórico del continente en que el neoimperialismo "chavista" va intentando empujar a diversos países de la región a nuevos abismos.

3. Muchos peruanos alegan, con razón, que la vida pública de dicho país se ha visto sacudida con ejemplos que contribuyeron a desprestigiar sus instituciones cívicas, abriendo así el camino para flautistas de Hamelin que arrastran tras de sí, con sus sones demagógicos, a sectores más desposeídos de la población. Se percibe que los peruanos comprenden que tal vez no tengan otra oportunidad como ésta, de sanear la vida pública. Porque, en caso que se produzca otra desilusión, el país podrá quedar a merced de las más desvariadas aventuras populistas. Una derrota de Humala no solucionará como por arte de magia los problemas del Perú, pero permitirá a las fuerzas más sanas de la nación movilizarse con firmeza delante de las futuras autoridades, en favor de la moralidad pública y del desarrollo del país, que pasa por el respeto a la propiedad y a la libre iniciativa.

4. El hegemonismo "chavista" que ahora pretende conquistar políticamente al Perú, es una mezcla de nacionalismo exacerbado, de populismo, de indigenismo y de castrismo. Su meta, más que la construcción de un modelo concreto de sociedad, parece ser la de descoyuntar las estructuras políticas, sociales, económicas, morales y psicológicas. Más que el comunismo meramente clásico, por esa senda parece delinearse un tipo de anarquía que no es muy diferente de la autogestión, que es la meta última del comunismo, un pseudo paraíso anárquico en el cual el propio Estado debería ser desmontado.

5. En este sentido, los debates y resoluciones del reciente Foro Social Mundial de Caracas dan pistas para entender no sólo las estrategias del neoimperialismo "chavista" sino sus propias metas, incluyendo las nuevas formas de revolución en curso en nuestro continente. Se ofrecen a nuestros lectores, gratuitamente, estudios específicos a este respecto, elaborados por el equipo de Destaque Internacional con base en los propios debates ocurridos en el Foro Social Mundial.