¿Qué ha hecho el IRS? Usando su inmenso poder, el IRS ha dirigido investigaciones contra organizaciones conservadoras y sus donantes, buscando a través de intimidación, el hacerle daño político y prevenirlos de ejercer sus derechos constitucionales. El Tea Party ha sido uno de sus blancos preferidos pero las acciones del IRS han salido a la palestra pública y el escándalo ha estallado.

Investigadores del Congreso bajo la dirección del Rep. Darrell Issa (R-Calif) están investigando los más altos niveles del IRS en Washington, comenzando con su principal asesor legal, William J. Wilkins, y sus dos asistentes. Es de notar que la posición de “Principal Asesor Legal” es una de sólo dos posiciones en el IRS que requiere nominación presidencial.

El Rep. Issa y sus investigadores instruyeron al IRS que presente la información en las computadoras de más de una docena de empleados de alto nivel. Estos incluyen, entre otros, a Wilkins, su asistente para operaciones, Christopher Sterner, y su asistente para cuestiones técnicas, Erik Corwin. También incluyen a otros nueve empleados con responsabilidad por organizaciones exentas de impuestos y entidades gubernamentales. En total, los investigadores congresionales han solicitado los hard drives (discos duros) de 19 abogados asignados a la oficina del principal asesor legal del IRS.

Datos de computadoras están siendo obtenidos de empleados del IRS a lo largo del país. Esto sugiere que la reacción inicial del IRS y la Casa Blanca que estas acciones se limitaban a un pequeño grupo de empleados en las oficinas del IRS en Cincinnati, Ohio, fue un intento de ocultar la magnitud del delito.

Los investigadores comenzaron interrogando a 15 empleados de las oficinas del IRS en Cincinnati pero han continuado con la inclusión de dos empleados en El Monte, Calif., dos en Baltimore, Maryland, uno en Laguna Niguel, Calif., y uno en Sacramento, Calif. Todo esto indica un programa centralizado de largo alcance. Uno de los empleados de Cincinnati confesó a los investigadores que él había llevado a cabo una búsqueda de aplicaciones del Tea Party para exención de impuestos y que su supervisor le informó que la orden había venido de Washington. Este empleado explicó a los investigadores que ni él ni sus colegas en la oficina eran culpables de haber cometido falta alguna. “Seguimos instrucciones de nuestros superiores. Tomen esto por lo que es: nos tiraron bajo el autobús”.

El Rep. Issa criticó severamente a la administración Obama por “engañar al pueblo estadounidense. Hasta la semana pasada, la administración decía que el delito era producto de un pequeño grupo en Cincinnati. Ahora sabemos que las órdenes se originaban en Washington”, Issa declaró a la periodista Candy Crowley en CNN.

Otro aspecto llamativo en este escándalo es que varios de los empleados de alto nivel del IRS implicados en el mismo recibieron bonos mientras cometían sus delitos:

Lois Lerner, directora de la división de organizaciones exentas de impuestos, recibió $42,000 en bonos. Esta es la misma Lois Lerner que, llamada a declarar ante el comité investigador de la Cámara, se acogió a la Quinta Enmienda.

Sarah Hall Ingram, comisionada para entidades gubernamentales y entidades exentas de impuestos, recibió bonos por valor de $103,000. Esta es la misma Sarah Hall Ingram que ha sido nombrada para dirigir la oficina del IRS responsable por implementar Obamacare.

Joseph Grant, sucesor de Hall Ingram, recibió bonos por $ 84,000.

La administración Obama tiene el bote lleno de agua y este escándalo es el que más impacto tiene en el público porque es un abuso de autoridad imperdonable por parte del IRS que infringe en los derechos constitucionales de personas y entidades.

Si puede decirse que hay algo risible en todo esto es que los defensores de la administración, los perritos falderos que piensan que Obama, al igual que el Papa, es infalible, insisten en que estos abusos no se llevaron a cabo por interés político. Ustedes, mis lectores, hagan su propio juicio.