“La amenaza terrorista viene, cada vez más, de dentro del país”. El ministro francés del Interior Manuel Valls describió de esta manera la realidad terrorista en Francia en un momento en el que el Gobierno intensifica la lucha contra las células islamistas implantadas en el territorio nacional.

El Senado acaba de adoptar un proyecto de ley que permitirá condenar a los franceses que cometan actos terroristas en el extranjero o que realicen viajes para seguir un adoctrinamiento y formarse en el yihad. La legislación autorizará a “perseguir y juzgar a gente relacionada con grupos terroristas aunque no haya cometido atentados en Francia”, precisó Valls.

‘Enemigos del interior’

El Gobierno calcula que los adeptos al islamismo radical en Francia son “varios cientos”. Estos individuos “son enemigos del interior”, afirmó el ministro delante de los senadores. Para localizar y detenerlos, el titular del Interior prometió que se llevará a cabo “un trabajo de vigilancia meticuloso”.

El pasado martes la policía detuvo en el barrio de Drancy, a las afueras de París a otros tres presuntos yihadistas que aún siguen retenidos. Los sospechosos tenían la intención de viajar a Somalia para combatir junto a los rebeldes radicales.

Islamista francésEstas detenciones de activistas islamistas se suman al reciente desmantelamiento de una célula terrorista, que según el gobierno, “preparaba atentados en Francia”. La prensa francesa describe el perfil de los detenidos: “Bastante jóvenes –de entre 19 y 25 años de edad-, de familias modestas, la mayoría de estos franceses se han convertido al islam hasta la ceguera”, explica el diario Le Figaro. “Fichados por historias de droga o violencia, tenían la intención de implantar el jihad en el corazón del Hexágono (Francia) antes de morir como mártires”. Los once detenidos se disponían a iniciar lo que ellos denominan su “guerra contra Francia”.

Además de realizar viajes de entrenamiento los sospechosos también frecuentan páginas de Internet de contenido islamista, según precisó el ministro que además aludió a la existencia de los campos de entrenamiento en Afganistán y Pakistan donde hay voluntarios provenientes de Europa, cuyo objetivo es “obtener los medios para actuar cuando regresen a su país”. En este sentido, Valls hizo referencia al asesino de Toulouse, Mohamed Merah, que acudió a esos lugares “con un pasaporte francés con la intención de atacar Francia a su vuelta”.

El Ejecutivo francés se toma muy en serio la amenaza terrorista puesto que “es elevada”. La Policía está tratando de averiguar si algunos miembros de la célula desmantelada a principios de octubre combaten actualmente en Siria contra el régimen de Bashar al Asad, según Le Monde.