El jefe de Policía de Chongqing, Wang Lijun, será juzgado por intentar desertar a un consulado de Estados Unidos, donde reveló que la mujer de su superior había asesinado al británico Neil Heywood.
Nueva
vuelta de tuerca judicial en el escándalo de Bo Xilai, el popular
gerifalte del Partido Comunista chino defenestrado por corrupción y
cuya esposa, Gu Kailai, fue condenada a muerte el mes pasado por
envenenar al británico Neil Heywood, quien les ayudaba a evadir su fortuna
del país. Tras dicha sentencia, el policía que tiró de la manta y destapó dicho
caso, Wang Lijun, será también juzgado por aceptar
sobornos, “quebrantar la ley en su propio beneficio” e intento de
deserción.
Como jefe
de Policía de Chongqing, la megalópolis bañada por el Yangtse que dirigía Bo
Xilai, Wang Lijun era su mano derecha y le había ayudado en una polémica
campaña contra el crimen y la corrupción que se saldó con 2.000
detenciones, 500 procesamientos y 13 ejecuciones. Sin embargo, el agente huyó
el 6 de febrero a la cercana ciudad de Chengdu y se refugió en el Consulado de
Estados Unidos, donde alertó de que todas las sospechas por la muerte de Neil
Heywood, en principio atribuida a una borrachera, apuntaban a la mujer de su
superior.
Dicho
soplo, que obligó al régimen de Pekín a abrir una nueva investigación, ha
desvelado el peor escándalo de corrupción en China de los últimos años y
desatado una soterrada lucha de poder poco antes de que el Partido Comunista
renueve a su cúpula en el congreso previsto para este otoño. A pesar de que su
huida contribuyó a esclarecer el caso, o quizás precisamente por ello, Wang
Lijun será juzgado por dejar su puesto sin autorización e intentar desertar al
Consulado americano.
Así lo
informó el miércoles por la noche la agencia estatal de noticias Xinhua, que no
aclaró si el policía había pedido asilo diplomático en dicha legación. Una
solicitud que las autoridades estadounidenses no podían darle porque sólo la
conceden en su territorio o en sus puertos de entrada.
Aunque
Wang Lijun se enfrenta a una pena de varios años de cárcel, al menos ha
evitado la grave acusación de traición, ya que desde entonces ha colaborado con
el régimen de Pekín como testigo de cargo contra su antiguo jefe, Bo Xilai. De
hecho, se pasó buena parte de las 33 horas que se refugió en
el Consulado americano hablando por teléfono con altos cargos del Ministerio
de Seguridad, que lo recogieron y trasladaron a la capital china para que
cooperara en la investigación.
Su papel
como “arrepentido” no le ha impedido, sin embargo, ser procesado por “descuidar
conscientemente sus obligaciones y quebrantar la ley en beneficio propio”, ya
que no informó antes de sus sospechas sobre el crimen de Neil Hewyood. Además,
a tenor de Xinhua, “abusó de su poder en el ejercicio de sus pesquisas
policiales y se aprovechó de su posición para obtener grandes sumas de
dinero a cambio de favores”.
Por este
caso, Gu Kailai, la esposa de Bo Xilai, ha sido condenada a muerte,
pero la sentencia ha sido suspendida durante dos años, lo que podría
indicar que finalmente no será ejecutada y que la pena será conmutada por
cadena perpetua. Además, a su ayudante, Zhang Xiaojun, le cayeron nueve
años de prisión como cómplice, mientras que cuatro policías de Chongqing deberán
pasar entre cinco y once años entre rejas por ocultar el crimen.
Mientras
tanto, Bo Xilai sigue retenido por la Comisión Disciplinaria del Partido
Comunista, que lo investiga por corrupción. A pesar del escándalo, su nombre no
ha salido a relucir ni en el juicio a su mujer ni en la acusación contra su
jefe de Policía, ya que aparece como un peón sacrificado en la silenciosa lucha
de poder que han entablado las distintas facciones del régimen de cara al
congreso de otoño. Dicho cónclave prevé renovar a siete de los nueve miembros de
su todopoderoso Comité Permanente del Politburó, al que aspiraba Bo Xilai,
y aupará al vicepresidente Xi Jinping como sucesor del presidente Hu
Jintao.
Por otra
parte, el diario de Hong Kong “South China Morning Post” ha informado
de que el número dos de la Policía de Chongqing, Tang Jianhua,
también ha sido detenido por corrupción.