En China ya hay 2,7 millones de millonarios dispuestos a invertir sus fortunas en viajes, salud, educación, ropa de marca y joyas, pero también en relojes, vino, porcelana y arte.A pesar de ser ricos, sólo se toman 3 semanas de vacaciones al año.
Viajes,
salud y educación. Por encima de las necesidades del día a día o de los lujos
que suelen permitirse, estos son los principales gastos que tienen los cada vez
más numerosos ricos chinos. Gracias al extraordinario crecimiento económico que
viene experimentado este país desde su apertura al capitalismo hace más de tres
décadas, ya hay 2,7 millones de chinos que atesoran un patrimonio superior
a los seis millones de yuanes (714.000 euros).
En su
mayoría, son hombres (60%) con una edad media de 39 años. Junto a
ellos, hay otros 63.500 ultrarricos que amasan fortunas por valor de 100
millones de yuanes (12 millones de euros). Aunque la edad media en este caso
sube hasta los 41 años, el 80% siguen siendo varones.
Así
consta en el «Libro Blanco sobre el Consumidor de Lujo en China», publicado
recientemente por el Banco Industrial y el Instituto de Investigación Hurun,
donde el experto Rupert Hoogewerf elabora cada año una lista con los
principales magnates del país.
Para
descubrir los gustos y patrones de consumo de la nueva élite que han traído la
industrialización y la globalización, sus investigadores han
entrevistado a 878 personas con una fortuna media de 49 millones de yuanes
(5,8 millones de euros). A pesar de que ese dinero les da para tener hasta tres
coches de lujo y cuatro carísimos relojes de importantes marcas, apenas llegan
a tomarse tres semanas de vacaciones al año, lo que demuestra un estilo de vida
absorbido por el trabajo y con poco tiempo libre.
Para los
países occidentales como España, machacados por la crisis y con una acuciante
falta de liquidez, conocer las aficiones e intereses de los ricos chinos puede
ser fundamental a la hora de plantearse nuevos y lucrativos negocios. «La
calidad se percibe ahora como la primera característica de un artículo de lujo,
lo que refleja un cambio más allá del estatus social que representa», asegura
el informe, que cifra en un 3% de su fortuna anual los gastos que los
nuevos ricos chinos dedican a viajar cada año.
A
continuación le siguen la adquisición de productos de lujo y la educación
de los hijos, que se está revelando como una de sus mayores preocupaciones
junto al cuidado de la salud. A pesar de que la crisis los ha vuelto más
prudentes a la hora de gastar su dinero, la mayoría de los ricos chinos
aumentarán su presupuesto para viajes este año, mientras que el 40% destinará
una partida mayor a la salud y la educación de los niños. Cada vez a edades más
tempranas, el 85% planea enviar a sus hijos a escuelas del extranjero para que
puedan aspirar a ingresar en las universidades más elitistas del mundo, como
Harvard.
Volando
en clase Business, de Oxford acaba de regresar Zhang Yi, la acaudalada esposa
de un empresario de la provincia de Zhejiang que ha dejado allí a su hija, de
15 años, para estudiar en un colegio internacional – donde la mayoría de sus alumnos
son chinos – con el fin de perfeccionar sus conocimientos y poder entrar en su
prestigiosa universidad o en Cambridge. Entre las clases y el alojamiento en
una familia británica, su familia va a gastar cada año un millón de yuanes
(125.000 euros) hasta que cumpla los 18, a lo que tendrá que sumar luego
la matrícula en caso de que sea admitida en Oxford, cuyas tasas oscilan entre
7.500 y 33.500 euros.
Son las
exigencias de un mundo cada más masificado y competitivo pero donde, al mismo
tiempo, los servicios sociales han entrado en una grave decadencia. En China,
donde el dinero significa la barrera entre la vida y la muerte cuando uno
enferma, están aumentando los hospitales privados para atender no sólo a los
más potentados, sino también a la emergente clase media urbana.
Cuando
viajan de vacaciones, a los ricos chinos les gusta gastarse su dinero
en relojes (65%), ropa y complementos de las marcas más famosas (49%),
prendas de piel (48%), joyas (45%), cosméticos (43%), aparatos electrónicos
(31%), alcohol (20%) y arte (16%).
Entre
sus colecciones, destacan las de relojes (44%), caligrafías y pinturas antiguas
(31%), vino (23%), porcelana (13%), arte contemporáneo (13%), coches (10%) y
casas históricas (5%).
Entre
los caprichos con los que sueñan los millonarios chinos, el 13% aspira a
poder comprarse un «jet» privado pero, por miedo a que la crisis dilapide
sus fortunas, se han vuelto más ahorradores. Con la crisis, los ricos también
lloran, pero menos que el resto de los mortales.
Más
millonarios en Asia que en América
Por
primera vez, ya hay más millonarios en Asia que en Norteamérica. Un estudio
efectuado por Capgemini y el Royal Bank of Canada contabilizó el año pasado
3,37 millones de personas con al menos un millón de dólares disponible para
invertir, lo que supone un aumento del 1,6% con respecto al año anterior.
Sin embargo, su fortuna total se redujo un 1,1% hasta los 8,5 billones de
euros.
Por su
parte, los 3,35 millones de magnates norteamericanos siguen atesorando la mayor
parte de la riqueza mundial (9 billones de euros), aunque su número se redujo
un 1,1% y su patrimonio un 2,3%.
Los
ricos europeos, que perdieron la segunda posición en 2009, suman 3,17
millones y acaparan 8 billones de euros. Por culpa de la crisis, la
riqueza total del mundo se redujo el año pasado un 1,7% hasta llegar a 11
millones de personas, que suman 33,4 billones de euros.