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17/03/2012 | Los niños y las guerras

Sabina Covo

“La guerra es la guerra, cada cual vela por su vida durante la misma y las atrocidades se ven menos atroces cuando hay que salvar el pellejo de cada cual.” Es así como describe el libro La Llave de Sara la sensación de los franceses que sabían que por orden nazi se llevaban niños judíos a campos de concentración durante el Veld Hiv, Redada del Velódromo de Invierno, el 6 de julio de 1942. Y luego ocupaban sus casas vacías por necesidad. Así se sentían los franceses hasta sabiendo que había más niños, que adultos, los que serían deportados y luego matados fuera del país por ordenes cumplidas por la misma policía francesa, esa misma en la que ellos confiaban.

 

La mayoría de los franceses durante la tragedia, veían a los niños judíos hambrientos, desnutridos o moribundos y no hacían nada al respecto, por temor.

Ángeles inocentes que no entendían porque por llevar una estrella judía en el pecho los sacaban de sus casas, separaban de sus padres, maltrataban y dejaban morir sin piedad, o luego mataban. El corazón se arruga solo de pensar en estas imágenes de la Europa del 42. Muchos niños cayeron en esta redada, una de las más grandes que se llevó a cabo en Francia, porque aunque estos niños fueran franceses eran considerados judíos por nacer en dicha fe, o raza.


La guerra es la guerra, sienten algunos hoy día cuando escuchan que en Afganistán fueron nueve niños los asesinados a balas por un soldado americano, demente. Se sobre pública la noticia mundialmente decía un analista, porque hay niños de por medio, pero también decía que estas matanzas eran del común en Afganistán, pero sin niños de por medio. Gracias a Dios se sobrepublica, porque sería un pecado callar ante semejante infamia.

Cuando ocurrió en Vel d Hiv, Francia se quiso olvidar y no lo reseñaban en clases de historia de algunas escuelas. Cuando caminas por las calles de Berlín y miras el piso de barrios que fueron judíos, ves nombre de niños de 15 meses, o 18, u 8 años, todos víctimas del racismo y la guerra nazi. Sin sentido. No al olvido. En Berlín recuerdan las muertes en cada paso que das.


Y no volverá a pasar un genocidio tan injusto en la historia mientras recordemos el no al racismo, o al clasismo, no hay raza superior. Todos somos iguales. Judíos y no judíos en esa época, afganos o estadounidenses hoy. Aman igual a sus hijos y sienten igual. Hoy se abren varios debates, una guerra, de 10 años.

La salud mental de los soldados involucrados tanto tiempo en estas guerras, antes y después, desde el entrenamiento para poder matar hasta el sentir de ver cadáveres o sangre.Pasa igual en la guerra ideológica que vivimos hoy día en el país, pagan niños que se han criado en Estados Unidos por sus padres haberlos traído pero más por los políticos que no logran ponerse de acuerdo para que estos tengan un futuro en el único país que conocen.

Y volvemos a la misma vuelta absurda, la política que es política, y la guerra es que es la guerra.


Y es que la guerra no es tan solo la guerra, es sin duda una maldita desgracia aunque se diga que el fin justifica los hechos. El dinero detrás de cada guerra, quien la gana o quien la pierde. Y mientras, los niños que siguen perdiendo sus vidas enteras por vivir víctimas de la hostilidad en el mundo. Los niños son niños, indefensos y llenos de fe.

 
www.sabinaopina.com

Miami Herald (Estados Unidos)

 



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