En una semana más, la población del planeta llegará a siete mil millones, según cálculos de la ONU.
La
población de la Tierra empezó a crecer de forma vertiginosa recién en el siglo
XVIII. Así y todo se calcula que entre 70 mil millones y 100 mil millones de
humanos han habitado la Tierra desde hace más o menos un millón de años. Esto
significa que el número actual de personas vivas no representa más de un diez
por ciento del total que han habitado alguna vez el planeta. Una curiosa
coincidencia, si tenemos en cuenta el prefacio escrito por Arthur C. Clarke en
su novela 2001 Odisea en el espacio: “hay aproximadamente 100 mil millones de
estrellas en la Vía Láctea. Así, por cada hombre que ha vivido, luce una
estrella en ese Universo”.
Pero más
allá de la poesía, está una dura realidad: una de cada nueve personas tiene más
de 60 años de edad. El envejecimiento de la población se está produciendo a un
ritmo más rápido en nuestros países en desarrollo, mientras la economía crece
al revés.
La FAO
estima que para cubrir las necesidades de la población mundial en los próximos
diez años, la producción de alimentos tendrá que duplicarse. Mil millones de
personas actualmente están mal nutridas. En Somalia, el Norte de Kenia, Yibuti
y Etiopía, millones de personas están condenadas a morir de hambre a corto
plazo, pero la población se ha más que duplicado en la última década.
Más de
1.000 millones de personas carecen de agua potable y más de 2.500 millones
viven sin saneamiento adecuado. 31 de los 193 estados miembros de la OMS gastan
menos de 35 dólares por persona al año y cuatro de ellos gastan menos de 10
para garantizar la salud de sus habitantes.
En
nuestro mundo actual, 1.000 millones de personas tienen entre 10 y 24 años y
casi nueve de diez jóvenes viven en países en vías de desarrollo. El desempleo
juvenil es cada vez más alto. Cada año, 16 millones de mujeres adolescentes se convierten
en madres y las complicaciones que tienen durante el embarazo son la principal
causa de muerte de mujeres entre los 15 y 19 años.
Los
recursos energéticos se encuentran en una etapa de agotamiento. El consumo
mundial diario de petróleo es de 30 mil millones de barriles al año, lo que
equivale al doble de las reservas de un país petrolero importante. Las energías
alternativas todavía no son viables y la energía nuclear está duramente
cuestionada desde Fukujima. Los bosques disminuyeron en 3 millones de hectáreas
en el último decenio, dándose la mayoría de pérdidas en países y áreas de las
regiones tropicales.
Siete
mil millones de seres humanos deben enfrentar estos desafíos, ojalá sea antes
de producir una explosión demográfica de nuevas estrellas en la Vía Láctea.